MARIO ROMEO
OPINIÓN

Cataluña, diálogo y reformas

  • Presidente de Portes Obertes del Catalanisme.
Mario Romeo, Presidente de Portes Obertes del Catalanisme.
Mario Romeo, Presidente de Portes Obertes del Catalanisme.
EFE | Toni Albir
Mario Romeo, Presidente de Portes Obertes del Catalanisme.

En 2016 se presentó en el Espacio Francesca Bonnemaison de Barcelona, Portes Obertes del Catalanisme, plataforma creada con voluntad de tejer complicidades y promover diálogo y acuerdos desde el amplio espacio del catalanismo inclusivo y plural.

Portes Obertes reúne a personas de sensibilidades diversas que trabajan para poner en valor el catalanismo entendido como ámbito compartido, comprometido en la defensa de las aspiraciones sociales y nacionales de Cataluña y de su participación en la gobernanza de España.

En esta misma sala, hemos reunido a los portavoces de los grupos parlamentarios de ECP, Junts, ERC, y PSC para hablar de diálogo y reformas con el trasfondo de la Mesa de Diálogo, el impacto de la pandemia y de la guerra de Ucrania. 

Durante el largo paréntesis obligado por la pandemia, Portes Obertes del Catalanisme ha realizado un trabajo que creemos muy útil: reflexionar sobre retos importantes como la lengua, la ampliación del aeropuerto, la industria audiovisual o la transición energética... La última de nuestras reflexiones ha sido sobre las expectativas del diálogo. De ella ha surgido el debate al que me refiero, bautizado de forma provocativa: “¿Y ahora qué? Diálogo sí, reformas también”.

La acción de gobierno y la actividad parlamentaria está todavía demasiado vinculada al recuerdo del 'procés', lo que obliga a sus partidarios a poner más atención en la confrontación institucional que en la búsqueda de acuerdos"

La fractura del 'procés'

Han transcurrido casi cinco años desde que en Cataluña vivimos la fractura de 2017 y la vida política e institucional sigue condicionada por aquellos acontecimientos. La acción de gobierno y la actividad parlamentaria está todavía demasiado vinculada al recuerdo del 'procés', lo que obliga a sus partidarios a poner más atención en la confrontación institucional que en la búsqueda de acuerdos.

Es cierto que esta actitud convive, de forma cada vez más perceptible, con el agotamiento de muchas personas, partidarias del independentismo pero profundamente decepcionadas por este largo período que no ha comportado ningún avance en sus legítimas aspiraciones ni ninguna mejora del autogobierno.

Por otra parte, con el gobierno progresista en España se han creado condiciones para una atmósfera política e institucional más positiva, como la concesión de indultos, la voluntad de entendimiento en la política parlamentaria en las Cortes, la “Mesa de Diálogo”, los cambios en el Tribunal de Cuentas y un cierto esfuerzo por dotar al gobierno de una “política catalana”. 

Asimismo, y pese a las frecuentes discrepancias entre los partidos independentistas, el gobierno catalán incrementa su atención sobre los problemas sociales, económicos y en consecuencia, se ha entrado en una fase más pragmática.

Reformas de fondo 

La Mesa de Diálogo debe poner de manifiesto la capacidad del Gobierno de España de plantear reformas de fondo que faciliten el reconocimiento nacional de Cataluña y la mejora y profundización del autogobierno, a la vez que se muestra la disponibilidad del gobierno de Cataluña abandonar la retórica y las exigencias sin recorrido constitucional.

En paralelo al diálogo institucional entre ambos gobiernos, es necesario abrir un diálogo entre las fuerzas políticas catalanas que facilite el necesario consenso interno de país y dé la máxima fortaleza a las propuestas del Gobierno de Cataluña.

En paralelo al diálogo institucional entre ambos gobiernos, es necesario abrir un diálogo entre las fuerzas políticas catalanas que facilite el necesario consenso interno de país y dé la máxima fortaleza a las propuestas del Gobierno de Cataluña

La agenda de reformas debe prestar atención a un sistema de financiación de las comunidades que asegure la suficiencia, la corresponsabilidad fiscal, la transparencia y la solidaridad interterritorial que respete el principio de ordinalidad.

Debe mejorar también la definición de las competencias de las comunidades, evitando una interpretación expansiva de las leyes de bases por parte de las Cortes Generales y es necesario regular las instituciones de coordinación, como las conferencias sectoriales y la conferencia de presidentes. Muy especialmente, la reforma del Senado, como cámara de representación territorial.

Parece evidente que esta agenda de reformas para el conjunto de España es sólo alcanzable en una atmósfera de consenso político tan amplio, al menos, como el de la transición. No son reformas que puedan construirse sin el concurso del Partido Popular por su condición de gran partido del centro-derecha. Sabemos que este último elemento condiciona radicalmente la viabilidad de esta agenda y por eso es necesario reclamar una actitud constructiva a la derecha española.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento