La Comunidad de Madrid culmina este miércoles el expediente administrativo por el que se declara Bien de Interés Patrimonial (BIP) la casa de Vicente Aleixandre en Madrid. El inmueble, conocido como Velintonia por la antigua denominación de la calle en la que está situada que hoy lleva el nombre del premio Nobel, fue escenario de la vida y de la producción literaria del poeta sevillano, además de ser un refugio de literatos, entre los que se cuentan destacados miembros de la Generación del 27, así como artistas, intelectuales y políticos.

El Consejo de Gobierno ha dado luz verde al decreto que pone punto y final al procedimiento iniciado en noviembre de 2021 por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, con la incoación del expediente de declaración, a instancias del Ministerio de Cultura y Deporte, sobre la base de un informe que señalaba necesaria la protección como BIP del edificio por su especial significación histórica. 

"Es una figura que garantiza la conservación de su valor simbólico", señalan fuentes del Gobierno autonómico, aunque algunas voces han criticado esta declaración y no la de Bien de Interés Cultural (BIC), porque consideran que esta segunda figura otorgaría al histórico inmueble mayor protección. 

Velintonia 3: la casa olvidada de un Nobel

Durante el proceso de instrucción se han cumplido todos los trámites previstos en la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, recibiéndose informes favorables del Consejo Regional de Patrimonio Histórico y de la Real Academia de la Historia, sostiene el Ejecutivo.

El área que dirige Marta Rivera de la Cruz recibió durante la tramitación del expediente escritos de alegaciones que fueron estudiados. Este procedimiento acabó con la ratificación de la propuesta técnica tras incorporar algunas correcciones.

"La casa del poeta es una construcción que se caracteriza por su sencillez y sobriedad, con algunas notas populares características de la arquitectura racionalista propia del momento", apuntan desde Cultura. El valor simbólico de la casa es altísimo: además de ser el hogar de Vicente Aleixandre, acogió tertulias culturales, a las que acudieron, entre otros, Dámaso Alonso, Gerardo Diego o Rafael Alberti.

Después de la Guerra Civil también frecuentaron la vivienda Carlos Bousoño, José Luis Cano, José Hierro y los llamados Novísimos. Estos encuentros alcanzaron mayor notoriedad tras la concesión a Aleixandre del Premio Nobel de Literatura, en 1977.