Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Los verdes, la izquierda y las nucleares

La Central Nuclear de Cofrentes sufre una nueva parada no programada
La Central Nuclear de Cofrentes sufre una nueva parada no programada
EP
La Central Nuclear de Cofrentes sufre una nueva parada no programada

El Gobierno sigue adelante con el plan para cerrar las centrales nucleares entre 2027 y 2035 pese a que las consecuencias de la guerra en Ucrania y el aumento del precio de la energía serían razones suficientes para posponerlo. En realidad, lo sensato sería incorporar esta energía, que ahora mismo aporta una quinta parte de la electricidad que consumimos en España, como garantía de estabilidad de una red que queremos que funcione principalmente con renovables. Y, sin embargo, la cuenta atrás es irreversible según la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ratifica un escenario de cierres progresivos sin "expectativa de cambio", y alega que ninguna compañía ha manifestado interés alguno en realizar nuevas grandes inversiones para prolongar la vida de las centrales. La patronal del sector, agrupada en Foro Nuclear, donde están las grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Naturgy…), no va a enfrentarse con el Gobierno porque en 2019 pactaron un calendario de cierre y esas grandes compañías tienen sus intereses repartidos en todas las fuentes energéticas. La afirmación de la ministra es cierta, pero tiene trampa.

Frente a nuestra dependencia del gas y petróleo, con los precios marcando máximos, mientras la lucha contra el cambio climático nos exige que abandonemos cuanto antes los hidrocarburos, prescindir tan alegremente de la energía nuclear es un tiro en el pie. Nada tiene que ver con ser de derechas o izquierdas. En Finlandia, por ejemplo, el Partido Verde, que forma parte de la coalición del gobierno junto a socialdemócratas y liberales, y que cuenta con tres ministerios (Exteriores, Interior y Medio Ambiente), ha decidido en su último congreso nacional apoyar por amplísima mayoría la energía nuclear, prolongar la vida de las centrales actuales y apostar por los nuevos reactores más pequeños. Es el primer partido verde en el mundo en abandonar el antinuclearismo como ideología, y lo hace por razones científicas.

En España, en cambio, las izquierdas siguen prisioneras del prejuicio antinuclear

El manifiesto de los verdes finlandeses afirma que la energía nuclear es sostenible y que no tiene ningún sentido contraponerla a la eólica o solar. Las encuestas en Finlandia muestran un claro apoyo a esa nueva perspectiva, más aún después de la invasión rusa de Ucrania. En España, en cambio, las izquierdas siguen prisioneras del prejuicio antinuclear y ahora mismo solo PP, Vox y Cs apoyan revisar el calendario de cierre de las nucleares. Pero no todas las voces en la izquierda piensan igual. El exministro socialista Jordi Sevilla, autor de un libro imprescindibles sobre los retos sociales y económicos de nuestro país (La España herida), también defiende revisar el antinuclearismo. El PSOE debería evitar convertir la transición energética en otra trinchera política. 

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