La RAE recoge el término 'mascota' como animal de compañía, y con toda probabilidad, lo primero que se viene a la cabeza es un perro o un gato, pero la fascinación hacia especies más exóticas hace que muchas personas se inclinen a elegir para la convivencia animales tan peculiares como las arañas. Las ventajas frente a otras mascotas pasan por el bajo coste del mantenimiento y la alimentación, o la observación desde un lugar privilegiado del fascinante comportamiento de las arañas, pudiendo ser testigos de la construcción de la telaraña o madriguera, la muda del exoesqueleto y de sus técnicas de caza.

Los arácnidos más demandados para el mascotismo son las tarántulas, con más de 800 especies, y cuya tenencia está regulada y requiere licencia CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestre). La mayoría presentan un comportamiento dócil y tranquilo y no requieren gran dedicación, pero a cambio, necesitan a alguien con profundo conocimiento de la especie y responsabilidad en el trato y manejo, ya que la mordedura de ciertas especies es de importancia médica y los pelos que cubren sus cuerpos urticantes. El ritmo de vida y las dificultades socioeconómicas han propiciado que el interés hacia la terrariofilia, la creación de un pequeño mundo en un terrario habitado por un animal, esté creciendo. 

Tener tarántulas como mascotas pueden ser atractivo, pero el comercio masivo, a menudo incurriendo en el tráfico ilegal, y el impacto ecológico en sus hábitats originales y el riesgo de invasión en caso de abandono o escape, es una seria y grave amenaza para la fauna del mundo. Existe un problema casi aún mayor cuando hablamos de la existencia de arañas: no son carismáticas, no gozan de gran popularidad y la investigación sobre el número de especies o su comportamiento está a la cola frente a especies mejor valoradas.

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Un nuevo tipo de araña saltadora descubierta en abril en América del Sur, la Guriurius minuano, elevó la cifra de especies de arañas conocidas en el mundo a 50.000, con más de 4.000 géneros y más de 100 familias. Y si parecen muchas, los aracnólogos del Catálogo Mundial de Arañas, la base de datos que almacena la lista de las arañas descubiertas hasta la fecha con sede en Suiza, estiman que aún quedan el doble por descubrir e identificar.

No las vemos habitualmente, lo que es bueno para quienes les tienen miedo o asco, pero el promedio global de arañas por metro cuadrado es de 131 aproximadamente, aunque esta distribución no es homogénea y en algunos hábitats menos favorables esta densidad es menor, y en otras más ventajosas para ellas, es mayor.

“En España, rondamos las 1.500 especies de arañas, distribuidas en 402 géneros y 56 familias, de las cuáles, más de 280 especies son endemismos iberobaleares, es decir, que no se encuentran en otro lugar del mundo. La cuenca mediterránea, como región biogeográfica, es de hecho un punto crítico de endemicidad y riqueza de especies y alberga la mayor parte de las 4.500 especies presentes en toda Europa”, nos aclara José Manuel Vidal-Cordero, biólogo de la Estación Biológica Doñana- CSIC.

En 2018, tras el hallazgo de once nuevas especies ibéricas, los biólogos de la Universidad de Barcelona actualizaron el catálogo más completo que tenemos de las arañas presentes en los Parques Nacionales españoles.

Aracnofobia: aprendizaje e instinto incorporado

El miedo leve, moderado o desproporcionado a las arañas, así como a las serpientes es, en parte aprendido o cultural, y en parte innato, y algo que compartimos con los demás primates: biológicamente, estamos preparados para detectarlas con rapidez.

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Tener aptitudes innatas para localizar animales venenosos pudo ser una ventaja evolutiva para nuestros ancestros, que sobrevivían y transmitían sus agudos sentidos a su descendencia. Son, de hecho, la especie animal que despierta más fobia y repugnancia (generalmente predomina el asco a la fobia diagnosticada como tal, que se valora que solo padece un 5% de la población mundial), por encima de víboras y serpientes venenosas, según otros estudios. 

¿Es merecido y razonable en nuestra región? “De las cerca de 1500 especies de arañas conocidas en España, fundamentalmente solo dos especies pueden causar algún tipo de afección médica: la araña violín (Loxosceles rufescens) y la viuda negra mediterránea (Latrodectus tredecimguttatus), dos especies relativamente comunes en nuestro país, la primera de ellas incluso en las zonas urbanas, pero ninguna potencialmente mortal para el ser humano”, nos responde José Manuel. Nuestra especie no ha sido en ningún momento parte de la dieta de estos animales, por lo que evolutivamente no tienen particular interés en desperdiciar su veneno en nosotros salvo por reacciones defensivas o accidentales: “podríamos decir que casi todas las arañas son venenosas. Existen especies que se han especializado en capturar vertebrados como peces, aves o micromamíferos, pero la gran mayoría de las especies de arañas usan su veneno para inmovilizar a otros artrópodos con los que su veneno es especialmente eficaz. Lo hacen gracias a unos quelíceros de pequeño tamaño cuyas uñas no pueden atravesar la piel humana”.

Cristian Pertegal Pérez (CPP)

Al respecto de esto, se estima que a nivel global las arañas matan entre 400 y 800 millones de presas anualmente, que es el doble de lo que los humanos consumimos de carne y pescado durante el mismo periodo. La investigación puede consultarse aquí.

Este vertiginoso dato da una idea de la importancia que tienen en el funcionamiento natural de los ecosistemas, pero, sin embargo, su interés está infravalorado para la imagen pública y los programas políticos de estudio, protección y conservación son escasos, cuando no inexistentes.

J. Manuel Vidal-Cordero (JMVC)

“En la actualidad, solo una especie de entre las casi 4.500 especies de arañas conocidas en Europa figura en el Convenio de Berna y la Directiva de Hábitats de la Unión Europea: la araña negra de los alcornocales (Macrothele calpeiana), la especie de araña más grande de Europa. Y encima de todo, el estado de conservación de M. calpeiana se evaluó recientemente de acuerdo con los criterios de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) demostrando que esta especie es elegible para la categoría de Preocupación Menor”, comenta el experto sobre estos diminutos y abundantes animales. “Por otra parte, ocho arañas europeas nativas figuran en la Lista Roja mundial de especies amenazadas de la UICN. Además de las Listas Rojas nacionales, España (junto con otros países) también tienen listas subnacionales, que evalúan el estado de conservación de las arañas en una o más regiones o distritos específicos del país. El problema es que siendo uno de los tres países europeos (junto con Francia e Italia) con más especies de arañas, la proporción de especies españolas de las que se le ha estudiado su estado con respecto a las conocidas, es bajísima (0,7%), siendo solo 10, de las cerca de 1.500 especies existentes, las que están incluidas en el Libro Rojo nacional. La cuenca mediterránea tiene la diversidad de arañas más alta de Europa, pero faltan esfuerzos de conservación, tanto en términos de evaluaciones como de legislación nacional o subnacional”, añade el biólogo.

Álvaro Pérez Gómez (APG)

Estamos hablando de un grupo de animales tan excepcionales y de hábitos tan fascinantes como el de las Erigone spp., que perciben el campo electromagnético y utilizan la levitación eléctrica para volar con sus telas cientos de kilómetros. O el caso de las arañas saltadoras, que cariñosamente muchos biólogos y otros profesionales del medio natural han bautizado como “las arañas gato” por su conducta, (aparentemente les gusta perseguir punteros láser, como puede apreciarse en el vídeo a continuación), y un comportamiento curioso e inofensivo, que son una inestimable ayuda como aliadas para combatir plagas de mosquitos transmisores de enfermedades. En un estudio reciente de abril, la Evarcha culicivora, presente en África, tiene preferencia en depredar sobre insectos que han picado recientemente a una persona, y por eso eligen vivir cerca de seres humanos.

También las arañas saltadoras, o saltícidos, han demostrado poseer lo que llamamos sentido numérico innato, o lo que es lo mismo, la capacidad cognitiva para utilizar las matemáticas, hacer una valoración aproximada de cuántas presas tiene a su disposición y planear una estrategia de caza en consecuencia. Aún más sorprendente, también son capaces de diseñar, mediante representación mental, una ruta para sorprender a sus presas por la espalda, si es necesario. El estudio acerca de esta astuta habilidad puede leerse aquí.

Hay más de 6.000 géneros descritos en este grupo, lo que las hace la familia taxonómica más abundante entre todas las arañas identificadas en el mundo, aunque este dato puede dar un brusco giro a medida vayamos descubriendo nuevas especies.

El estudio de las arañas, pese a las dificultades que se encuentran los investigadores, está revelando que son capaces de hacer cosas muy complejas pese a tener un cerebro tan pequeño, y muestran una diferencia sorprendente en cuanto a comportamientos, conductas sociales y tácticas de caza, como nos explica José Manuel: “dentro del grupo de especies que usan telarañas para capturar a sus presas, en España tenemos telarañas orbiculares, triangulares, tubulares, en forma de sábana, tridimensionales y enredadoras. No obstante, también tenemos especies de arañas que escupen la tela para inmovilizar a su presa, otras, sin embargo, conocidas como arañas tramperas, excavan en el suelo madrigueras que cierran con una puerta rígida de seda que camuflan con el sustrato. Pero no todas las especies de arañas usan telarañas para capturar a sus presas. Muchas especies capturan a sus presas de forma activa, bien esperándolas pacientemente al acecho, bien buscándolas y persiguiéndolas. Incluso existen especies de arañas, llamadas cleptoparásitas, que no fabrican telas y cuya estrategia de alimentación consiste en robar presas capturadas en telarañas de otras especies”.

La crisis climática afecta a todos los seres vivos del planeta

El calentamiento global y los cambios climáticos caóticos y precipitados que se están produciendo, afectan directamente a todos los seres vivos terrestres y acuáticos, en una escala mundial.

Como nos dice el entomólogo: “entre los invertebrados terrestres, las arañas son uno de los grupos más importantes en términos de abundancia, diversidad, biomasa, historia evolutiva y roles funcionales. Con la gran riqueza de especies existentes, las arañas se encuentran entre los animales más comunes y ubicuos en la mayoría de los hábitats terrestres, donde cumplen como importante fuente de alimento para los niveles tróficos superiores. Algunas especies incluso han conquistado el medio acuático”. Gracias a esa presencia en todas partes, hasta en hábitats extremos, resultan un buen grupo para observar cómo está influyendo la deriva climática en sus poblaciones.

Así, por ejemplo, con el aumento de las temperaturas y el adelantamiento gradual de la primavera en el Ártico, un estudio recoge que las arañas lobo de la región están multiplicando sus nidadas. Aparentemente, este aumento de su población podría parecer positivo, pero esta afluencia súbita de crías hambrientas en un entorno tan extremo, puede tener graves consecuencias para el equilibrio del frágil ecosistema ártico.

En otro estudio de 2019, realizado en regiones tropicales donde están aumentando los ciclones y otros fenómenos meteorológicos severos, algunas especies de arañas sociales, reconocidas por compartir redes, cazar en grupo e incluso colaborar en la crianza de sus crías, se han vuelto más agresivas en su comunidad, generando conflictos, matándose entre sí y disolviendo los grupos.

El cambio climático duplicará el riesgo de ciclones tropicales intensos en 2050

Como nos ha dicho José Manuel Vidal-Cordero, son principalmente depredadoras de otros artrópodos, que representan el 50-70% de las especies del planeta. Le hemos preguntado sobre programas actuales de estudio o conservación en España y nos indica que "existe una importante falta de información sobre el estado de las especies de arañas en la región mediterránea que se debe principalmente a: una incertidumbre taxonómica, ya que muchas especies son poco conocidas o han sido descritas recientemente, y en segundo lugar por una incertidumbre geográfica, ya que solo se tiene fundamentalmente datos genéricos o parciales sobre el rango de distribución de las especies. Y aunque en España se reconoce la presencia de la mayoría de las especies, los datos de distribución son muy incompletos. Un buen ejemplo de ello es el de las conocidas arañas tigre (Argiope spp.) y de las arañas de jardín o de la cruz (Areneus spp.) cuya distribución está claramente infraestimada, pues contamos con un escaso número de registros para la región, a pesar de ser arañas muy fáciles de ver. Con objeto de mejorar el conocimiento sobre la distribución de estos géneros, actualmente, junto con Fernando Cortés-Fossati y Marcos Méndez Iglesias (de la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid) estamos desarrollando un proyecto de ciencia ciudadana llamado ARGIOPEOPLE mediante el cual cualquier persona puede contribuir mandando fotos con la fecha y el lugar donde han visto un ejemplar. Si bien los proyectos de ciencia ciudadana son difíciles de implementar en artrópodos debido a la dificultad de identificar las distintas especies a través de fotografías, existen algunos grupos para los cuales este tipo de herramientas puede funcionar, y las arañas tigre son uno de ellos. El género Argiope está representado en España solo por tres especies: A. bruenichi, A. lobata y A. trifasciata, las cuales son muy fáciles de distinguir a través de la fotografía. Por otro lado, de las doce especies del género Areneus presentes en la península, nuestro proyecto está interesado en dos de ellas: A. diadematus y A. pallidus., de las que necesitamos una foto dorsal y otra ventral para identificarlas."

J. Manuel Vidal-Cordero (JMVC)

Para participar en este proyecto, se pueden enviar las fotografías y los datos de localización GPS a esta dirección de correo: argiopeople@gmail.com

Cómo actuar ante una posible picadura

En España, la mayoría de accidentes por picaduras de arañas y que requieren tratamiento médico, tienen implicada a una araña violín, del género Loxosceles, autóctona de la cuenca mediterránea, que “es responsable del loxoscelismo necrótico, ya que su veneno presenta una sustancia, la esfingomielinasa D, capaz de matar el tejido celular. La gravedad varía desde el mero eritema hasta la úlcera necrótica, pero las lesiones graves son muy raras. Por otra parte, la viuda negra mediterránea es la responsable del latrodectismo, ya que su veneno presenta entre otras sustancias la alfa-latrotoxina, que lo convierte en neurotóxico. La sintomatología varía desde la rigidez y espasmos musculares a fallo respiratorio en el peor de los casos, pero en los dos supuestos existe una cura si se ha hecho un buen diagnóstico. Es sumamente importante que la comunidad médica no asocie ninguna lesión con una picadura de araña basándose en pruebas puramente circunstanciales. Hacerlo es descuidar la causa real de tal condición y retrasar la cura efectiva. No obstante, dada su rareza, las lesiones por picadura de araña deberían quedar relegadas al final de la lista de diagnóstico diferencial de las lesiones médicas”, explica José Manuel.

Son muy infrecuentes los casos de picadura de araña consideradas de importancia médica en España, y aún más insólitos los que acaban en muerte. Para prevenir una reacción defensiva de estos animales y que nos piquen, debemos evitar tocarlas o manipularlas una vez localizadas, no introducir la mano en huecos entre las rocas o grietas y asegurarnos de que no hay ningún animal si vamos a sentarnos. Si advertimos que una araña está sobre nosotros o la ropa, se recomienda apartala, o empujarla, con un objeto y nunca con la mano.

Proteger la biodiversidad implica conocerla

Como dice este fascinante estudio titulado Logros récord de las arañas y los científicos que las estudian, “desafortunadamente, el Homo sapiens está perdiendo conocimiento, comprensión y apreciación de los organismos con los que compartimos planeta”. Parece ser que los jóvenes cada vez muestran menos interés en pasar tiempo al aire libre y aún menos en aventurarse en entornos rurales y campestres, situación que se acentúa entre la franja adolescente, que en otro estudio reciente reconocen sentirse menos conectados con la naturaleza que el resto de edades.

España posee una riqueza natural asombrosa, con una variedad de hábitats que facilita que tengamos una biodiversidad envidiable que nos convierte en el país europeo con más ecosistemas, nichos ecológicos, especies de flora y fauna y diversidad genética dentro de cada especie. Somos unos privilegiados poco conscientes de esta abundancia, y si bien no todos pueden permitirse el lujo de salir al campo o realizar el llamado ecoturismo para disfrutar y aprender de las especies más representativas y populares de la fauna nacional, tal vez se puede empezar, jóvenes y adultos, por observar a las arañas con las que compartimos todos los espacios.

A fin de cuentas, como decía el poeta francés Paul Éluard: "Hay otros mundos, pero están en este".