El verano comienza algo truncado para Agatha Ruiz de la Prada. Y es que, según la última sentencia del Tribunal Supremo, la piscina de Son Servera, villa que posee en Mallorca, podría desaparecer definitivamente.

Este proceso judicial comenzó en 2001 y en él se dice de anular el derecho de los propietarios a disfrutar de la zona de la piscina, la terraza y el embarcadero a pie de acantilado, que pertenece al chalet, pero que por la Ley de Costas debe ser de uso público.

Cuando la vivienda se construyó en su totalidad, allá por los años 50, contaba con todos los permisos correspondientes, y durante años primó el derecho privado en lugar del público, por el que luchaba el grupo ecologista y el activista Jaume Sastre.

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En junio de 2021, la Audiencia Nacional anuló las órdenes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del 2014 y 2016 que otorgaban esa prórroga que permitía mantener la zona afectada durante sesenta años más. 

Ese cambio legal obligaba a remodelar el recinto veraniego o, para poder mantenerla, la familia debía demostrar y justificar que tanto la piscina como la terraza no se podían ubicar en otro lugar de la propiedad.

"Vamos a seguir con los trámites que hagan falta en los tribunales a los que podemos recurrir. Ahora se va a presentar un recurso de amparo. Por ahora esta es la situación y espero poder disfrutar de mi casa este verano", aclara la diseñadora a Vanitatis. 

El recurso ha sido presentado por su hijo Tristán, ya que tras el divorcio de la estilista con el periodista Pedro J. Ramírez, cedieron esta parte del patrimonio a sus dos hijos, los cuales son titulares de la propiedad. 

"Lo ha hecho Tristán porque la concesión de la piscina y de la zona que ahora quieren hacer pública la solicitó su padre. Es un asunto que se encuentra judicializado y no sé que haré. Todo está en manos de los abogados, que son los que saben", aclara la marquesa de Castelldosríus.