Las incógnitas sobre la masacre perpetrada este martes en una escuela de Texas que ha dejado 19 niños muertos y dos profesoras comienzan a despejarse. El gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, había confirmado este miércoles en una rueda de prensa que el autor del tiroteo, Salvador Ramos, compartió sus intenciones con un usuario de Facebook 30 minutos antes de realizar la masacre. Este jueves, la CNN ha podido confirmar que la persona que recibió esos mensajes era una chica alemana con quién compartía su tiempo jugando online.

Según reconoció Abbott, el tirador había avisado de que "iba a matar a su abuela", para después enviar dos mensajes más a esta chica: "He disparado a mi abuela" y "voy a disparar a una escuela primaria".

La relación entre Ramos y esta joven (de la que no ha trascendido el nombre) se había forjado por la afición conjunta a jugar a videojuegos online. Según el medio estadounidense, ambos chateaban por vídeo todos los días a través de FaceTime y la propia joven confirmó que se comunicaba con él a través de Yubo, una aplicación social de transmisión en vivo. 

Durante sus conversaciones, Ramos le había dicho que planeaba ir a Europa a verla. La joven ha confirmado a CNN que le enviaba vídeos y selfies, y que parecía pasar mucho tiempo solo en casa. "Nunca tenía planes con sus amigos", ha asegurado, aunque ha reconocido que "parecía feliz y cómodo hablando conmigo".

Antes del ataque, Ramos le dijo a la adolescente que había comprado balas, a lo que ella preguntó que para que eran y Ramos contestó que debía esperar. La joven aseguró también a CNN que otros mensajes que le envió la alarmaron, como uno donde aseguraba que había "arrojado gatos muertos a las casas de las personas".

En la tarde del martes, Ramos comenzó a chatear con su amiga alemana como cada día y le comentó que su abuela estaba "hablando por teléfono con AT&T" y "era molesto". Unos minutos después, escribió: "Acabo de dispararle a mi abuela en la cabeza".

Poco después le comunicó su intención de acudir a un colegio para disparar. Acto seguido, Ramos cogió su arma, se dirigió a su coche y cometió una de la mayores masacres en Estados Unidos en una escuela en las últimas décadas