La Junta blinda el "San Pedro" de Murillo para que no salga de España, pero sigue en el aire su permanencia en Sevilla

  • Una plataforma pide al Estado que lo compre para garantizar que se quede en Los Venerables.
"San Pedro Penitente", de Murillo, en el antiguo hospital de Los Venerables.
"San Pedro Penitente", de Murillo, en el antiguo hospital de Los Venerables.
EP
"San Pedro Penitente", de Murillo, en el antiguo hospital de Los Venerables.

Dos siglos pasaron San Pedro Penitente y Santa Catalina de Alejandría fuera de España. En 1810, ambos lienzos de Bartolomé Esteban Murillo fueron expoliados en plena Guerra de la Independencia por orden del Mariscal Soult, que confeccionó con sus "razzias" por las iglesias españolas la mejor colección de arte español de la época en Francia.

Hasta 2014 no regresaron a España y lo hicieron para integrar la colección de Focus Abengoa en Los Venerables, pero las deudas de la empresa multinacional los ha puesto en el disparadero del mercado internacional.

Con la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del San Pedro Penitente, dictada ayer por el Consejo de Gobierno, y que se suma a la del pasado abril de la Santa Catalina, la Junta de Andalucía conjura la amenaza de «expatriación» de estas dos joyas del XVII.

La categorización, explicó ayer el consejero portavoz Elías Bendodo, "obliga a protegerlo por parte de su propietario, otorga a la Junta un derecho de tanteo sobre él en caso de venta y evita que salga de España". Lo que no está atado aún es su permanencia en la ciudad de Sevilla. Es, precisamente, lo que despierta las críticas de la plataforma ciudadana Los Murillo se quedan.

Su portavoz, Basilio Moreno, lamenta que ni la Junta ni especialmente el Gobierno de España adquieran la propiedad de los cuadros para garantizar que se queden en la ciudad. Según el ministro de Cultura, Miquel Iceta, el Estado esperará a que haya un comprador y un precio fijado para ver si ejerce su derecho de adquisición preferente. Para Moreno, se trata de una "actitud un poco cobarde" y pide a las administraciones que muevan dicha y pujen por ambas piezas para que nunca más salgan de Sevilla. 

Aunque se desconoce la fecha exacta de composición, las primeras referencias al San Pedro Penitente se encuentran en 1685, en el testamento de Justino de Neve, canónigo de la Catedral de Sevilla y célebre coleccionista que legó el cuadro al Hospital de los Venerables. Allí permaneció hasta que en 1810 acabó camino de Francia durante la Guerra de la Independencia. Tras dos siglos circulando en manos privadas, regresó en 2014 a Los Venerables. A nivel estilístico, plantea una síntesis entre la influencia barroca de Ribera y el sello de Murillo.

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