Este pasado fin de semana, Ayuso fue elegida para liderar el PP madrileño. Un Congreso que, desde su convocatoria, ya trajo polémica. Ayuso es elegida como cabeza del PP madrileño para seguir confrontando con el aparato nacional del PP, presidido por Feijóo. Ya se cobró la cabeza del anterior presidente del PP y no tiene intención de aflojar.

Pero todo responde a una estrategia: la de que se hable de todo, menos de lo que es responsabilidad del gobierno regional. El equipo de Ayuso ha entendido perfectamente el juego que puede sacarse de las polémicas en las redes sociales. Empezó sus periplos en las teles, pero rápidamente se dieron cuenta de que los espacios televisivos tienen una desventaja para ella: las teles suelen llevar periodistas que preguntan, salvo la reformada televisión autonómica, que ya se encargaron de que se convirtiera en séquito informativo propio.

Mejor funcionan ahora en las redes sociales. Es un canal de dirección única, donde tú dices lo que quieres sin que tengas que justificar absolutamente nada. Ella lo sabe, su equipo lo sabe. Utilizan sus redes como un canal de contaminación informativa. Un espacio para los bulos y las fake news de las que se nutren sus equipos.

Una de las estrategias de Ayuso es la de culpar de todo, absolutamente todo, al Gobierno de España. Lo último, lo hemos visto con la reducción de trenes en nuestro Metro. Ayuso culpa de ello al Gobierno de España, cuando las competencias y la financiación dependen de la Comunidad de Madrid. Esto se sabe, ellos lo saben, pero aun así tratan de intoxicar a la opinión pública con este bulo.

Madrid se jacta de querer convertirse en un paraíso fiscal dentro de España, con cero impuestos. Lo cierto es que sí pagamos impuestos en Madrid, pero son los ricos quienes menos pagan. Y son los trabajadores quienes sufren la falta de inversiones públicas en los servicios públicos.

Ayuso pretende que con los impuestos que paga el agricultor andaluz, el Gobierno de España financie el Metro de Madrid, mientras el rico madrileño sigue sin pagar impuestos.