Los extraterrestres nunca han visitado la Tierra... porque podrían estar todos estancados o muertos

Recreación artística de la llegada de un extraterrestre a la Tierra.
Recreación artística de la llegada de un extraterrestre a la Tierra.
PIXABAY
Recreación artística de la llegada de un extraterrestre a la Tierra.

Desde hace décadas, los científicos han tratado de dar una respuesta coherente a una de las preguntas más recurrentes de la humanidad: ¿por qué los extraterrestres nunca han visitado la Tierra? Dos investigadores han encontrado recientemente una explicación posible a este eterno debate, que arroja a su vez un panorama inquietante sobre las civilizaciones avanzadas.

Los astrobiólogos Michael Wong, del Instituto Carnegie, y Stuart Bartlett, del Instituto de Tecnología de California, plantean en su artículo publicado en la revista Royal Society Open Science una hipótesis con la que pretenden resolver así la paradoja de Fermi.

Esta paradoja, que toma el nombre del físico Enrico Fermi, expone la aparente contradicción entre la inmensidad del universo, que sugiere que debería estar lleno de vida extraterrestre avanzada, y la ausencia de evidencia de que existan dichas civilizaciones. "¿Dónde están?", se preguntó en su día Fermi.

Según estos dos investigadores, "las civilizaciones colapsan por el agotamiento o se redirigen para priorizar la homeostasis, un estado en el que la expansión cósmica ya no es un objetivo, lo que dificulta su detección remota", sostienen en su estudio.

"Cualquier resultado, el despertar homeostático o el colapso de la civilización, sería consistente con la ausencia observada de civilizaciones [en toda la galaxia]", escriben Wong y Bartlett.

Para llegar a esta hipótesis, los expertos abundaron en aquellos estudios sobre el crecimiento 'superlineal' de las ciudades, que sugieren que a medida que aumentan en tamaño y población, su consumo de energía crece a un ritmo exponencial, lo que conduce inevitablemente a puntos de crisis o singularidades que provocan rápidos colapsos en el crecimiento, seguidos de un colapso aún más precipitado que podría acabar con esa civilización.

Teniendo en cuenta este planteamiento, "presumimos que una vez que una civilización planetaria haga la transición a un estado que pueda describirse como una ciudad global virtualmente conectada, se enfrentará a un 'agotamiento asintótico', una crisis final en la que la escala de tiempo del intervalo de singularidad se vuelve más pequeña que la escala de tiempo de la innovación", explican.

Según sugieren, estas civilizaciones cercanas al colapso serían las más fáciles de detectar para la humanidad, ya que estarían disipando grandes cantidades de energía de una manera "salvajemente insostenible". Por ello, "esto presenta la posibilidad de que muchas de las detecciones iniciales de vida extraterrestre por parte de la humanidad puedan ser del tipo inteligente, aunque no sabio", escriben en su artículo.

Para evitar su ruina, los investigadores apuntan que las civilizaciones podrían experimentar un "despertar homeostático", redirigiendo su producción del crecimiento ilimitado a través de las estrellas a una que priorice el bienestar social, el desarrollo sostenible y equitativo y la armonía con su entorno. Aun cuando dichas civilizaciones no abandonen por completo la exploración espacial, no se expandirían en escalas lo suficientemente grandes como para hacer probable el contacto con la Tierra.

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