Donan 80 'Caprichos' de Goya al Museo de Bellas Artes de València: de "mito familiar" a patrimonio de todos

Cuando el químico y doctor en Filosofía Antonio García-Molins, de ideas republicanas, huyó de España por el golpe de estado, eligió refugiarse en una Alemania que pronto acabaría viviendo su propio infierno. La llegada al poder de Hitler lo obligó a volver a un país franquista, pero no lo hizo solo: regresó con una colección completa de 'Los Caprichos' de Goya que había comprado en un anticuario de Baviera.
Donan 80 'Caprichos' de Goya al Museo de Bellas Artes de València: de "mito familiar" a patrimonio de todos
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Donan 80 'Caprichos' de Goya al Museo de Bellas Artes de València: de "mito familiar" a patrimonio de todos

Son un total de 80 grabados, una serie completa impresa por la Calcografía Nacional en 1868, que ahora su nieto, Ángel López García-Molins, ha decidido ceder al Museo de Bellas Artes de València. "Fundamentalmente esta donación es en memoria de mi abuelo", ha explicado durante una rueda de prensa este viernes, en la que explica que esta colección es un "mito familiar, por motivos sentimentales e ideológicos".

La ideología y los sentimientos, precisamente, impregnan cada una de las piezas. Francisco de Goya (1746-1928) abandonó su estilo inicial, aquel que lo llevó a retratar a la familia real, cuando sufrió una crisis personal derivada de su enfermedad entre 1792 y 1794. En ese momento ha explicado el director del museo, Pablo González, empezó a desarrolla una faceta distinta en sus artes pictóricas, abandonando la amabilidad de la imagen hacia un "lenguaje absolutamente innovador, de experiencias oníricas, casi dalinianas".

Después, entre 1796 y 1797, Goya emprendió un viaje junto a los duques de Alba a su palacio de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) entre 1796 y 1797. Así, recorre Andalucía y "va tomando apuntes que inspiraron sus caprichos", desde una "visión crítica muy mordaz a la realidad". Todo ello inspita 'Los Caprichos', con estampas que afrontan temas como la brujería, la crítica al matrimonio concertado, la prostitución, la ignorancia, la vanidad, la ociosidad de la nobleza y las criaturas grotescas.

Todas esas temáticas pueblan los grabados que salvó de la Alemania nazi Antonio López García-Molins, y que se han agrupado por temáticas. En ellos, hay personas que se metamorfosean en burros, monstruor subidos a escobas y "una crítica sistemática a todo", apunta Pablo González, desde "una estética de lo feo que es potentísima por lo innovadora" que resultó en su época, todo ello en un formato, el grabado en papel, que supuso la "democratización de la información" porque llegaba a todo el mundo y es "susceptible de volar".

DE BAVIERA A VALÈNCIA

Más de medio siglo después, Antonio García-Molins se refugia del golpe de estado franquista y de la Guerra Civil en Baviera, en Alemania. "El peor país donde refugiarse", lamenta su nieto. Allí compra 80 grabados de 'Los caprichos' en un anticuario. Con la llegada al poder del nazismo, teme que sus propiedades queden embargadas y regresa, con las piezas de Goya, a España, donde finalmente acabaría encarcelado un tiempo.

'Los Caprichos' han permanecido décadas en las estanterías de la familia García-Molins, preservados de la luz, que es enemiga del papel en el ámbito de la conservación. La hija de aquel químico republicano tuvo seis hijos y muchos de ellos querían dividir la colección, pero uno, Ángel López García-Molins, defendió que permaneciesen juntos, que la serie tenía que estar íntegra y expuesta. Su madre, que faltó hace tres años, decidió entonces que se los legaría todos a él, y él se los ha legado al Museo de Bellas Artes.

"Queríamos ceder esta colección a València, a la Comunitat Valenciana y especialmente a València", explica López, al tiempo que defiende que toda la sociedad pueda disfrutarlos y que formen parte del patrimonio común de los valencianos: "Esta ciudad tiene que mantener su posición como tercera ciudad de España".

El director del Museo de Bellas Artes ha agradecido su "generoso gesto" en el acto de este viernes y ha detallado cuál es el futuro de los grabados a partir de la donación. Debido a la fragilidad del papel, que debe permanecer en un entorno oscuro y solo puede estar en exposición, frente a la luz, un máximo de tres meses, se ha optado por mostrarlos por partes.

Ahora se exhiben 17 de los 80, una selección en la que han intentado "condensar la esencia" del conjunto, y están expuestos en un rincón algo más sombrío del museo hasta julio. La intención, ha avanzado, es que en marzo de 2023, y por un plazo de hasta tres meses, se muestre la serie completa en una exposición.

Pablo González apunta que "no es frecuente" que los museos puedan disponer en sus fondos de colecciones completas de 'Los Caprichos', que es algo que hasta ahora se circunscribía a pinacotecas como El Prado o el Museo Goya.

Espera que la imaginación de Goya inspire a la ciudadanía actual a la "reflexión crítica" porque, según asegura, las reflexiones que encierran "son actuales" y "válidas en el siglo XXI". "Hay situaciones que podríamos encontrar en la prensa de hoy", ha concluido.

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