Daños a los usuarios

86 pasajeros de la EMT se han lesionado: Esos huequecitos donde paran los buses se han convertido en la salvación para aparcar el coche pensando que no habrá más consecuencias porque «es sólo para un momento».

Pero estos vehículos impiden que los autobuses urbanos puedan acercarse a la acera, por lo que la distancia entre el suelo y el escalón del bus se hace mayor de lo que debiera. Y ¡pum!, la gente se cae. Durante este año, 64 personas han sufrido golpes o torceduras subiendo al bus y otras 22 bajando.

Soluciones

No se harán más bahías en el futuro: «Aunque el bus ocupe un carril, al menos la gente no se caerá», explica el portavoz de la EMT, Cayetano Benzo. «Ante la imposibilidad de arreglar lo de la doble fila, nuestra intención es que sólo se mantengan algunos refugios en zonas muy puntuales».

Los mismos coches de siempre

El Día Europeo sin Coche pasó por la capital sin pena ni gloria. Pocos conductores decidieron dejar sus vehículos en casa y los autobuses de la EMT no nos llevaron gratis como el domingo pasado. Tampoco había más peatones de lo normal en las calles, ni desde el centro de control de Tráfico del Ayuntamiento se informó de que no hubiera atascos. Estamos pegados al coche por mucho que la EMT nos recuerde que el medio ambiente se habría contaminado 13 veces más si los 40 millones de personas que van en autobús al año se pusieran al volante.