Los perros son, sin duda, el animal de compañía sobre el que más conocemos, seguido de los gatos. Llevan conviviendo con nosotros muchos años y entenderlos y comunicarnos con ellos se ha vuelto algo casi natural. Sin embargo, seguimos teniendo que enfrentarnos a situaciones complicadas o a una falta de comunicación que terminan reflejándose en problemas de conducta por parte del animal, como los casos de agresividad.
Hablamos con Mikel Pino, educador canino y especialista en modificación de conductas en Kireba, sobre los problemas de agresividad más habituales en perros, quién también nos da algunos consejos para prevenirlos. "Los problemas de agresividad se basan en la seguridad del perro. Las agresiones, mayoritariamente, son más espectáculo que una intención real de pelea, aunque también hay casos, claro", cuenta.
Pino explica que los problemas de agresividad canina se dividen en los interespecíficos, cuando se trata de conductas entre el perro y las personas u otras razas; e intraespecíficos, cuando se trata de problemas entre perros. En este artículo trataremos la primera.
Agresividad interespecífica
Dentro de la agresividad interespecífica nos podemos topar con la agresión a extraños o la agresión en el núcleo familiar y, aunque las conductas del animal sean diferentes, según el experto el origen suele ser el mismo: la falta de seguridad. Cuando se trata de un problema dentro del núcleo familiar, Pino detalla que suele ser por tener "una conducta aprendida".
"El perro ha aprendido mal a gestionar ciertas situaciones, ha interiorizado que puede obtener cosas si actúa de forma violenta. Por esto, normalmente esa conducta no funciona con extraños", relata.
Pero, ¿cómo podemos evitar que nuestro perro se comporte así? Según el experto, "en estos casos lo importante es que no consigan lo que ellos quieren, especialmente si los tenemos desde pequeños". "Hay que enseñarles a ser ejemplares seguros que no necesitan comportarse con esa violencia para conseguir las cosas", añade.
"Para entenderlo mejor, esto es igual que un niño que se coge una pataleta porque quiere golosinas. Si tras la pataleta se las compras, el niño entenderá que comportándose así conseguirá las golosinas porque la primera vez le ha funcionado. Ocurre lo mismo con los perros", explica.
"Los problemas de agresividad se basan en la seguridad del perro"
En cuanto a los casos de perros que agreden a extraños, según el educador canino, estas conductas suelen ocurrir por miedo. "Ven una amenaza en el resto de extraños y no se sienten seguros. Por eso habría, de nuevo, que tratar la seguridad del perro, exponerle gradualmente a situaciones en las cuales él vaya viendo a extraños, mejor varios a la vez para que no se focalice", detalla.
"Lo importante en este tipo de tratamientos es que nunca se arreglan durante la situación en sí, tienes que crear herramientas alrededor para luego arreglar esa conducta. Es por esto que vamos buscando las situaciones en la que el perro se cruce con extraños y poco a poco se sienta más cómodo, pero sin forzarlo", explica Pino.
Para prevenir este tipo de conductas la clave es hacer una correcta socialización desde pequeño. "Si tienes un cachorro con tendencia a ladrar a extraños te tendrás que preocupar mucho más porque conozca gente diferente y vea que no pasa nunca nada, dándole la importancia justa a los ladridos (sin reñirle o prestarle demasiada atención)", concluye.
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