Desde que se supiera que el 'president' de la Generalitat, Ximo Puig, iba a llevar a cabo una remodelación del ejecutivo del botánico, -tras la marcha del portavoz socialista en Les Corts, Manolo Mata- el nombre del veterano Vicent Soler estaba en todas las quinielas para dejar una vacante.

Este mismo viernes, la que ha sido su Conselleria desde 2015, hacía pública una carta de Soler a la ministra de Hacienda, Mª Jesús Montero, con sabor a despedida.

En la misiva, el político valenciano pide a su compañera de filas socialistas que retome de forma "inmediata" la reforma del sistema de financiación autonómica y que proceda a la compensación de la deuda de la Comunitat Valenciana derivada de la infrafinanciación, a través de un cambio de titularidad de la misma o de cualquier otro mecanismo "objetivo y transparente".

Y es que la reivindicación de la financiación justa ha sido el principal eje de la acción del conseller durante los últimos años.Él, de hecho, ha sido el encargado de defender en cada uno de los presupuestos la inclusión de la partida de ingresos de 1.300 millones de euros 'reivindicativos', además de criticar insistentemente que la Comunitat reciba el FLA, préstamo, en lugar de la financiación que por derecho le corresponde, así como la asunción por parte del Estado de la deuda generada por la infrafinanciación.

Experimentado político, Soler fue decano de la Facultad de Economía de la Universitat de València y volvió al Consell en 2015 tres décadas después tras dirigir Administraciones Públicas entre 1985 y 1987 en el Ejecutivo socialista de Joan Lerma.

Es doctor en Economía (1978) por la Universitat de València y Research Scholar a la London School of Economics (1983) y su tesis doctoral fue la primera que se presentó en valenciano en la Facultad de Económicas de València en febrero de 1978. Su investigación se fue centrando progresivamente en el ámbito de la geografía económica publicando individual o colectivamente 20 libros, así como más de medio centenar artículos a diferentes revistas.

Soler inició su carrera institucional en el Consell del País Valencià, institución de gobierno preautonómico, del que fue director general de Administración Local entre junio de 1978 hasta la salida de los socialistas de este órgano.

Asimismo, fue jefe del Gabinete de la Presidencia de la Diputación de Valencia durante el mandato de Manuel Girona, donde puso en marcha las asesorías comarcales, y reavivó la Institución Alfons el Magnànim, entre 1979 y 1982. Además, fue portavoz del grupo en asuntos económicos y portavoz adjunto del grupo en las Corts Valencianes entre 1982 y 1985.

En el Gobierno valenciano entró en 1985 de la mano de Joan Lerma que lo situó al frente de Administración Pública. Soler dejó el Consell para hacerse cargo de la vicepresidencia del parlamento valenciano entre 1987 y 1995.

A partir de ahí fue concejal socialista en el Ayuntamiento de València, donde ejerció de oposición al Gobierno de Rita Barberá y asumió el área de cultura, educación y fiestas, durante un año. Soler se marchó voluntariamente en verano de 1996, después de que se aprobara una ordenanza sobre normalización lingüística que no se llegó a poner en marcha.

Asimismo, ha sido miembro del patronato de la Fundación Sociedad y Progreso y ha presidido la Sección Valenciana de la Fundación Ernest Lluch durante diez años (2002-2012).

'ELS 10 D'ALAQUÀS'

Soler inició su andadura política ya en la universidad y en 1975, representando con Ernest Lluch a Socialistas Valencianos Independientes, fue detenido en el episodio conocido como 'Els 10 d'Alaquàs', cuando se estaba constituyendo el Consell Democràtic del País Valencià.

Precisamente en la constitución de Les Corts fue el presidente de la Mesa de Edad al ser el diputado más longevo y pronunció un emotivo discurso en el que recordó ese episodio. Mostró su "profunda emoción" por haber vivido la evolución del parlamento "en carne propia" en las últimas décadas.

Hizo una llamada al diálogo entre los partidos con representación y a que los 99 parlamentarios de Les Corts se "dejen la piel" en defensa de los valencianos. "No hay política sin diálogo, no hay buena gobernabilidad sin acuerdo", aseveró.