Los entornos de los colegios madrileños están cambiando. Ahora muchos de ellos disponen de espacios renovados, zonas mini aventura como en el colegio Gonzalo Fernández de Córdoba o aceras amplias con mejores accesos como en el colegio República de Venezuela. Los niños pueden salir de sus aulas sin correr riegos disfrutando de más espacio.

Los espacios de proximidad de los centros escolares han sido un núcleo de conflicto al que muchos padres y madres han tenido que enfrentarse cada día: atascos de entrada y salida, aglomeraciones de gente y de vehículos en la puerta de los colegios donde dejan a sus hijos. 

Esta preocupación para los padres y madres ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a tomar la iniciativa de mejorar los accesos a los centros educativos, gracias a las solicitudes de asociaciones de madres y padres de alumnos (Ampas) y concejales de los distritos más afectados. Pretenden modificar las zonas colindantes a los colegios para mejorar la accesibilidad y la movilidad.

Uno de los claros ejemplos de estas iniciativas se encuentra en el barrio de Latina, donde la Junta Municipal del barrio ha reconvertido una parcela abandonada junto al colegio de Educación Infantil y Primaria Gonzalo Fernández de Córdoba en un entorno verde y saludable con el fin de evitar aglomeraciones a las horas puntas de entrada y salida.

Este proyecto ha sido dotado de una inversión de 34.000 euros. Han instalado un área infantil de juegos con tobogán, columpios y espacio mini aventura. La actuación del Área de Desarrollo Urbano se ha centrado en transformar la parcela que da acceso a la entrada principal del colegio, desde la calle de Arenas de San Pedro, 25, en una zona verde con plantaciones de árboles y arbustos y zonas estanciales con bancos de madera donde, además, se ha instalado una fuente de agua potable a petición vecinal. Dos secciones de bancos con jardineras identifican y protegen la entrada al colegio. 

El Ayuntamiento de Madrid ha llevado a cabo otras intervenciones en escuelas como el colegio República de Venezuela situado en Usera. "Hemos ampliado las aceras, ahora son más accesibles y se han añadido vallas, siempre llevamos a cabo obras de seguridad. Con posterioridad el Área de Medio Ambiente ha hecho una señalización para que pueda conocerse la velocidad de 20km/h en la área del colegio. Aunque ya estaba la ordenanza, con la nueva señalización queda más clara", comenta Paloma García Romero delegada de Obras y Equipamientos. 

Las novedades que encontramos en la zona consisten en la ampliación de aceras, rebaje de bordillos, adaptación de pasos de peatones, creación de orejetas en los mismos, así como la renovación de la capa de rodadura y bordillo en todas las aceras y el asfaltado de la calzada para rebajar el ruido. Esta inversión ha superado los 218.000 euros.

Desde el Ayuntamiento de Madrid realizarán proyectos similares en 55 entornos escolares aprovechando las vacaciones de verano de los colegios. "Plataformas como Revuelta Escolar han estado en colaboración. Solicitamos a los concejales de los distritos que nos indicaran que colegios en su ámbito territorial necesitaban que se llevaran a cabo estas obras. Se han realizado 50 obras en 59 colegios en la actualidad, nuestro objetivo es que a final de la legislatura tengamos 218 colegios de ambiente seguro por petición de los concejales de distrito y Ampas", comenta Paloma García Romero. 

Se llevarán a cabo en verano numerosas obras en distintos centros educativos de los distritos madrileños para mejorar la accesibilidad de los colegios y hacer del día a día de los pequeños un entorno más seguro. Entre ellos se encuentran El Barberillo de Lavapiés en Arganzuela, Escuelas Aguirre en Retiro, Big Little School en Chamberí o Luis Feito en el distrito de Latina.

Pero desde asociaciones y movimientos como Revuelta Escolar creen que aún se puede hacer más y plantean al Ayuntamiento de Madrid que se analice dónde se concentra mayormente el tráfico al rededor de las escuelas y como redistribuirlo eficazmente.

"Ya está todo estudiado, no hacen falta grandes obras, solo redistribuir los vehículos para conseguir entornos limpios y seguros. Pedimos que se corte el paso de las calles colindantes para conseguir entornos libres de emisiones y más seguros para los niños. Debemos priorizar la salud de los más vulnerables, en este caso los niños", comenta Carmen Duce coordinadora de la campaña Clean Cities en España.

El foco está puesto en los más pequeños, no solo es necesario seguir centrando las fuerzas en establecer caminos escolares seguros si no que también se vele por un entorno de cero emisiones. "Los niños, parte de la población más vulnerable, conviven a diario con el ruido de los coches que se cuelan por la ventana de sus aulas y los gases tóxicos derivados del tráfico que ponen en riesgo su salud", comenta Carmen Duce.

En ciudades como Londres, estas medidas han comenzado a dar sus frutos, surgió School Streets un movimiento que permite cortar las calles donde esté situado el colegio a las horas de entrada y salida para facilitar la movilidad, reducir el riesgo de accidentes y los niveles de contaminación. 

"Se decidió limitar la velocidad porque entendíamos que era más compatible con la seguridad vial de los escolares, con la movilidad y el acceso de los propios padres a los centros escolares. En cuanto a la restricción hay algunos centros que lo llevan a cabo con acuerdos con policía municipal y con las juntas municipales de distrito", comenta Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente y Movilidad, al preguntarle sobre la propuesta de Clean Cities. 

"El control del espacio público es primordial, este suele ser invadido por los vehículos que impiden acceder a los colegios de forma autónoma y segura a los niños y niñas poniendo en riesgo su integridad", comentar Carmen Duce. El 17% de los atropellos a menores de 14 años registrados en Madrid en 2019 ocurrieron cerca de los centros escolares, datos alarmantes que no parecen decrecer con el paso de los años.

Durante el mes de mayo se celebraron más de 120 actos por toda España para hacer eco de esta problemática, desde movimientos y asociaciones plantean al Ayuntamiento que se analice dónde se concentra mayormente el tráfico al rededor de las escuelas y como redistribuirlo eficazmente.