Lo que hay detrás del récord histórico de contratos indefinidos en el mes de abril... y el 'boom' del fijo discontinuo

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
EFE
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

Los datos de empleo de abril han sorprendido a propios y extraños por una cifra que destaca por encima de las demás: 698.646 contratos indefinidos. Nunca antes desde que hay registros se habían formalizado tantos contratos indefinidos en un solo mes. Ni tampoco antes había tenido tanto peso la contratación indefinida sobre el total de empleos creados: casi uno de cada dos de los nuevos contratos lo fue sin fecha de caducidad.

Estos datos sin precedentes tienen una explicación principal y la respuesta está en la reforma laboral aprobada por el Gobierno a finales de diciembre de 2021, que establece importantes limitaciones al uso de los contratos temporales. Desde que entró en vigor la nueva legislación el pasado enero, la tasa de indefinidos se ha disparado desde el 10% de diciembre al 48,2% en abril. Pero el salto ha sido especialmente llamativo en comparación con marzo, mes en que la proporción fue del 30,7%.

La reducción de la temporalidad ha sido espectacular en sectores como la agricultura y la construcción. En el sector agrario, la tasa de contratación indefinida ha pasado del 3% en diciembre al 50% en abril, mientras que en la construcción el salto ha sido del 23% al 74%.

¿Por qué abril ha tenido unos datos tan llamativos? La razón principal es que el mes pasado fue el primero en el que la reforma laboral tuvo efectos plenos. En el primer trimestre, las empresas gozaron de un periodo de gracia para adaptarse a los tipos de contratos recogidos en la nueva ley. Una moratoria que concluyó el 1 de abril, cuando el esquema de contratos temporales anterior dejó de existir, dando paso a uno nuevo más restrictivo.

"La reforma laboral ha delimitado mucho cuando alguien puede ser temporal y ha dado opciones a las empresas para transformar a otros tipos de contratos, sobre todo fijos discontinuos. Lo que estamos viendo es el ajuste que las empresas están haciendo a la nueva situación normativa", explica Manuel Hidalgo, profesor de economía en la universidad Pablo Olavide e investigador en Esade.

El protagonismo del fijo discontinuo

La fórmula preferida por las empresas para contratar en este nuevo marco está siendo la del fijo discontinuo, un tipo de contrato indefinido, pero cuyo trabajo es de naturaleza estacional. En concreto, uno de cada tres contratos indefinidos firmados en abril lo fueron en esta modalidad, frente a uno de cada cuatro a tiempo parcial y un 40,8% restante a tiempo completo.

Abril fue un mes de contrastes en el mercado laboral español. Mientras los datos de afiliación a la Seguridad Social certifican que los meses en los que el mercado experimentó un boom han quedado atrás, por primera vez en la historia se han firmado casi el mismo número de contratos indefinidos que temporales. Además, el mes pasado cerró por primera vez con más de 20 millones de ocupados, la primera vez que se alcanza esta cifra desde que hay registros.

"Evidentemente, ha habido un trasvase muy importante de contratos temporales a contratos indefinidos. Pero hay que tener en cuenta que los temporales que se han convertido en indefinidos lo han sido como fijos discontinuos, es decir, que son trabajos que su naturaleza es estacional, aunque el contrato sea considerado como indefinido", explica María Jesús Fernández, economista sénior en Funcas. 

Los especialistas consultados señalan que las primeras señales que llegan tras la plena aplicación de la reforma son positivas, pero apuntan a que aún es pronto para concluir si la reforma está cumpliendo su propósito de acabar de una vez por todas con la temporalidad. 

Las claves del éxito

Una de las claves para medir el éxito de la norma residirá en si los nuevos contratos indefinidos durarán más que los temporales a los que sustituyen. Algo que aún es prematuro evaluar. Si con el paso del tiempo el nuevo empleo que se ha creado se destruye a la misma velocidad que con la anterior legislación laboral, el aumento de la tasa de indefinidos habrá sido un espejismo.

"Probablemente en el próximo mes veamos más contratos indefinidos que temporales. Ahora, de momento, es solo un efecto estadístico de cómo se registran los contratos. Luego veremos qué pasa en la realidad, sobre todo con la duración de las relaciones laborales", asegura Florentino Felgueroso, investigador en Fedea especializado en mercado laboral.

"Los datos a corto plazo son muy sorprendentes, pero no son lo que tenemos que tener como principal resultado. Si la reforma tiene éxito lo veremos a largo plazo. Porque tenemos un tejido productivo muy acomodado a una legislación que durante muchísimos años ha permitido a las empresas campar a sus anchas en cuestión de temporalidad y eso deja huella", sostiene, por su parte, Manuel Hidalgo.

Otra de las incógnitas pasa por saber qué ocurrirá con los contratos temporales que se firmaron antes de la reforma y que todavía siguen vigentes. De igual manera, será crucial para que la nueva ley cumpla sus objetivos la forma en que las empresas exploten la letra pequeña de las nuevas modalidades de contrato temporal, en principio más restrictivas.

"Habrá que ver si los contratos temporales que quedan después de la reforma se utilizan como antes o son pasos residuales. Si no se usan mucho, la reforma habrá tenido éxito. Si no, volveríamos otra vez a la temporalidad y al problema de la segmentación del empleo entre indefinidos y temporales", explica un asesor de un importante organismo de análisis económico que prefiere no revelar su nombre.

También queda la duda de hasta qué punto el nuevo esquema de contratación podría perjudicar a la creación de empleo. Algo que resultará muy difícil de evaluar en un contexto en el que las consecuencias de la guerra en Ucrania amenazan la economía global y, por ende, el mercado laboral.

"La desaceleración que pueda producirse a partir de ahora no sabemos en qué parte puede ser achacable a este cambio en la regulación que puede desincentivar la contratación o en qué parte es resultado de las condiciones del ciclo económico", sostiene María Jesús Fernández, de Funcas. 

Con todo, los especialistas consultados apuntan a que las señales que llegan por el momento son positivas y un paso previo necesario hacia el cambio de modelo. "Lo que estamos viendo ahora es necesario para que después pensemos que vaya a tener éxito [la reforma], y la reacción ha sido espectacular", concluye Manuel Hidalgo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento