Accidente de Spanair: "Tienes que asumir lo que ves, no te da tiempo para pensar"

Ha pasado un año desde la catástrofe aérea de Spanair pero Isabel Casado, jefa del departamento de Capacitación y Calidad del Samur, la sigue teniendo muy presente y no sólo por el horror que tuvo que contemplar con sus propios ojos sino porque la tragedia la rozó ya que dos de sus compañeros se encontraban a bordo del avión siniestrado.

"Lo más duro fue la asistencia sanitaria sabiendo que dos compañeros estaban entre los heridos", relató. Casi 365 días después, la médico del Samur herida, Ligia Palomino, y su compañero, el conductor del servicio de emergencias madrileño José Pablo Flores García, se recuperan satisfactoriamente. "Están bien, recuperándose de ello", dice Casado.

Recuerda como lo más duro del día, dentro del cúmulo sin fin de experiencias a olvidar, que el Samur tuvo que trabajar sabiendo que dos compañeros estaban entre los heridos. "No lo sabíamos cuando llegamos pero cuando estábamos atendiendo nos dijeron que habían sido trasladados, así que al nivel de ansiedad por lo que estás viendo se sumó el de preguntarse cómo estarían", señaló Casado.

"Gente corriendo por el pasillo"

Nada hacía prever que ese 20 de agosto iba a ser un día distinto del caluroso verano madrileño. La tranquilidad se paró en el Samur un poco antes de la hora de comer. "Empecé a oír a gente corriendo por el pasillo. Me dijeron que se podía tratar de un accidente aéreo", recuerda Casado.

La jefa del departamento de Capacitación y Calidad del Samur se trasladó hasta Barajas desde la sede del Samur, en la Casa de Campo. Lo primero que vio fue la enorme columna de humo que hacía presagiar lo peor. Allí se puso al frente del puesto médico avanzado, donde iban llegando las víctimas y posteriormente distribuidas. Lo esencial era que las evacuaciones y estabilizaciones de los heridos se hicieran con la mayor rapidez posible.

"Asumir lo que ves"

"Tienes que asumir lo que ves, no te da tiempo para pensar las razones de por qué vemos lo que vemos, simplemente actúas", explicó Isabel Casado. Todo ello con una cruel experiencia previa, la del 11-M. La diferencia es que allí había "un peligro latente, en pocos segundos te da tiempo a pensar que estás en riesgo pero (en Barajas) no existía esa sensación".

A pesar de la dilatada experiencia de estos profesionales, las tragedias también hacen mella en ellos. Es por eso que el equipo de psicólogos del Samur diera la posibilidad a sus propios compañeros de ser atendidos si percibían que la situación les desbordaba. "Nos dieron esa posibilidad de soltar todo lo que nos estaba pasando pero no se montó nada extraordinario", explicó la jefa del departamento de Capacitación y Calidad del Samur.

Y es que, aunque están muy preparados, cualquier suceso que tienen que cubrir en el desarrollo de su trabajo les puede impactar de tal manera que les impide seguir con su día a día. Casado puso un ejemplo, atender a un niño malherido. Precisamente ésa es una de las imágenes más crueles del accidente de Spanair para ella. "Fue muy duro tener que ordenar (a los compañeros desplazados) mover cadáveres de niños", declaró.

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