
El Ayuntamiento de Barcelona destinará un total de 1,2 millones de euros procedentes de la recaudación de la tasa turística del primer y el segundo trimestre de 2021 a impulsar diferentes proyectos que reviertan en la mejora de diversos distritos de la ciudad, entre ellos, los de Horta-Guinardó, Sant Martí, Gràcia, Nou Barris, Sarrià-Sant Gervasi o Les Corts, tal y como ha anunciado este jueves el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, acompañado de Xavier Marcé, regidor de Turisme y de Industrias Creativas del consistorio.
Collboni ha remarcado la importancia de la industria turística para la capital catalana, recordando que esta supone un 15% de la riqueza que se genera y es la responsable directa de más de 150.000 puestos de trabajo. Durante lo peor de la pandemia, y con casi toda actividad económica turística cerrada por los confinamientos, los barrios del Raval y de la Trinitat Vella vieron como la tasa de desempleo superó el 50%.
Esta medida se ha aprobado esta mañana en el consistorio y pretende compensar al territorio de los inconvenientes que pueda suponer el turismo, dentro de una política municipal en la que llevan varios años, ha dicho Collboni, tratando de "hacer gobernable, de calidad y sostenible el modelo turístico", y de enviar un mensaje de "optimismo" acerca de un sector que en Barcelona ofrece "más de 170.000 plazas de alojamiento turístico legal" y contra el que el consistorio lleva a cabo una política de persecución de la oferta de alojamiento ilegal en alianza con el sector privado y hotelero. Invita al buen ánimo general de todos los colectivos implicados en la actividad turística "los buenos datos de ocupación" de la pasada Semana Santa, ha afirmado.
Esta medida tiene por objetivo municipal "conseguir que Barcelona, como Ayuntamiento, tenga una participación clara y determinada en el destino de la tasa turística y que este sea a favor de los barrios", ha dicho Collboni.
Marcé, por su parte, ha recordado este jueves el esfuerzo que está realizando el Ayuntamiento en pro de un turismo de calidad y que se aleje de las masificaciones que colapsaron el centro de la capital catalana justo antes de la pandemia. Ha puesto como ejemplo, la política pionera de inspección de alojamientos ilegales; el despliegue de agentes cívicos para ayudar a las tareas de control en zonas de gran afluencia de visitantes, y la elaboración de "nuevos proyectos de carácter cultural para desmasificar de turistas el centro".
El regidor de Turismo ha desglosado algunos de los usos que se le dará a esta cantidad de dinero recaudada por la tasa turística, entre ellos, la dinamización de las visitas guiadas de la prisión Model de Les Corts con la implementación de un programa de acción cívica y patrimonial de este espacio de memoria histórica; el impulso de una mayor actividad cultural alrededor de la isla de los museos de Montjuïc; la creación del Jardí Geològic de la Facultat de Biologia de la Universitat de Barcelona (UB) en el campus de Les Corts.
La medida aprobada este jueves tiene por objetivo municipal "conseguir que Barcelona, como Ayuntamiento, tenga una participación clara y determinada en el destino de la tasa turística y que este sea a favor de los barrios" (Jaume Collboni, primer teniente de alcalde)
También se destinarán parte de estos recursos económicos recaudados gracias a la pernoctación del turismo a la mejora de actividades en la montaña de Collserola y en la carretera de las Aigües; actividades cívicas en Gràcia e intervenciones patrimoniales en las baterías antiaéreas de Horta-Guinardó. En Sant Martí, parte de la tasa se usará para organizar visitas guidas teatralizadas por los ejes comerciales del Clot y del Poblenou "para atraer a gente de otras partes de la ciudad y a foráneos", ha añadido Marcé.
Además, se recuperará la memoria histórica del refugio antiaéreo de La Sagrera, en Sant Andreu, con las obras de la tercera fase de museización del espacio, que podría visitarse a partir de principios de 2023.
Al mismo tiempo, se reforzará la partida de informadores en tres de los puntos más turísticos de la ciudad: la Barceloneta, el Park Güell y la Sagrada Família. Marcé ha asegurado que el optimismo entre el sector turístico y el propio Ayuntamiento lleva a pensar en volver a recuperar cifras de recaudación del impuesto turístico de 3 millones de euros, triplicando la de 1,2 millones a la que tiene derecho de gestión el municipio.

Invitan a esta euforia contenida, datos como el de 1,6 millones de turistas que han visitado la capital catalana entre el 1 de enero de este año y finales del pasado mes de marzo y los 5 millones de pernoctaciones registradas. La plaza hotelera total de la ciudad está operativa en un 85% y el 75% del turismo es internacional (liderado por Francia, Estados Unidos, Italia y Alemania) con un ligero incremento del 3% del visitante procedente el resto del Estado.
En cambio, los turistas chinos y rusos, considerados de calidad, siguen casi ausentes debido a la expansión del coronavirus en Asia y a la guerra en Ucrania. Los precios de las habitaciones han subido, augurando un visitante de "mayor calidad y poder adquisitivo" en los próximos meses. El gasto del turista calculado a partir del uso de las tarjetas de crédito también se está recuperando en lo que llevamos de 2022, ha admitido Marcé, a niveles incluso por encima de los de 2019.
El turismo de negocios, con mayor capacidad de gasto, supone actualmente el 44,5%. No obstante, los museos son de los sectores a los que más les está costando arrancar tras el parón pandémico (aunque muchos de ellos no llegaron a cerrar) y la cifra de visitantes se encuentra un 25,5% por debajo de la del año de récord 2019.
Pero todos estos indicadores, aunque esperanzadores, siguen muy lejos del balance "excepcional" del año 2019, con 33 millones de pernoctaciones, no ha escondido Marcé. Sí que las previsiones indican que se podría llegar a 2023 con un 85% del turismo registrado en 2019 y la Semana Santa cerró con un 90% de ocupación teniendo en cuenta que operaban el 80% de plazas hoteleras disponibles.
Barcelona recaudó en 2019 un total de 17 millones de euros procedentes de la tasa turística, el 50% del total que generó la ciudad aquel año, de 34 millones de euros. La otra mitad se la queda la Agència Catalana de Turisme, dependiente de la Generalitat. La previsión de ingresos por este impuesto durante 2022, que vaya a parar a las arcas municipales, es de unos 8 millones de euros (la mitad de la que recibió en 2019) que podrían ascender a entre 12 y 13 millones de euros. Pero Marcé ha querido recalcar que estos datos son volubles y pueden cambiar mucho de cara a finales de año.
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