A Sánchez le habría gustado llegar a La Moncloa con mayoría absoluta, o, como mal menor, dependiendo solo de Podemos. No fue así, y necesitó también a ERC y Bildu. Está dentro del juego político que ese apoyo tenga un precio. Pero ese precio debe ser el pactado en 2019 y, en lo que Sánchez contó a la ciudadanía, no estaba poner la estabilidad del CNI –que desde su creación ha actuado bajo el mandato de Defensa y de Presidencia del Gobierno– en manos del independentismo. Para el PSOE es importante aprobar mañana su decreto de medidas económicas. Pero si piensa que puede pagar ese precio por los votos de ERC y Bildu, se equivocará. Y las facturas siempre vuelven.
OPINIÓN27.04.2022 - 07:33h
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