Rusia deja de atacar la acería de Mariúpol para que las tropas ucranianas entreguen el último foco de resistencia y evacuar a los civiles

La planta de acero Azovstal, en Mariúpol, Ucrania, tras un bombardeo del ejército ruso el 18 de abril de 2022, en una captura de un vídeo tomado por un dron.
La planta de acero Azovstal, en Mariúpol, Ucrania, tras un bombardeo del ejército ruso.
AYUNTAMIENTO DE MARIÚPOL / EFE
La planta de acero Azovstal, en Mariúpol, Ucrania, tras un bombardeo del ejército ruso el 18 de abril de 2022, en una captura de un vídeo tomado por un dron.

Rusia cesó este martes las acciones militares en torno a la acería Azovstal, en la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, para que las tropas ucranianas desistan de seguir resistiendo, depongan definitivamente las armas y se rindan sin disparar un solo tiro.

Además de suspender "toda acción militar", las unidades de las Fuerzas Armadas de Rusia y de la autoproclamada República Popular de Donetsk se han replegado a "una distancia de seguridad" en todo el perímetro de Azovstal, señaló un comunicado castrense, recogido por Efe.

El jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, el coronel general Mijaíl Mizintsev, informó de que a las 14.00 horas de este martes las fuerzas rusas abrieron tres corredores humanitarios para la salida voluntaria de los combatientes ucranianos que hubiesen depuesto las armas.

Moscú se dirigió a Kiev para que diese la orden de que las fuerzas ucranianas atrincheradas en Azvostal renunciasen a una lucha "sin sentido" y abandonasen "el reducto de resistencia".

Mizintsev, consciente de que dicha orden podía no llegar, llamó a los soldados ucranianos en Mariúpol a que tomasen esa decisión de manera "autónoma" y entregasen las armas para salvar sus vidas.

"Situación catastrófica"

El general ruso admitió la "situación catastrófica" que se ha creado en la acería y aseguró que los corredores se abrieron "por motivos puramente humanitarios".

Cada columna humanitaria incluye una treintena de autobuses y otros automóviles de transporte, además de una decena de ambulancias.

Mizintsev insistió en que tanto las tropas rusas como las milicias prorrusas respetan el alto el fuego a lo largo de las tres rutas humanitarias.

Un día más de plazo

En un principio, e Ejército ruso dio este martes por la mañana hasta el mediodía a las fuerzas ucranianas que aún resisten en Mariúpol, especialmente en la acería de Azovstal, para que depusieran las armas.

Entre las 14.00 y las 16.00 hora local, debía producirse "la salida de todas las unidades armadas ucranianas y de los mercenarios, sin excepción, sin armas ni municiones", explicó esta Mizintsev, quien prometió el cumplimiento de "todas las normas de la Convención de Ginebra sobre el trato de los prisioneros de guerra".

A última hora de este martes, no obstante, el general Mizintsev amplió el plazo hasta este miércoles y volvió a ofrecer a las fuerzas ucranianas deponer las armas y retirarse de la planta metalúrgica para evacuar civiles.

"Las Fuerzas Armadas rusas, guiadas por principios puramente humanos, ofrecen nuevamente a los militantes batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros a partir de las 14.00 horas (hora local de Moscú) del 20 de abril de 2022, el cese de las hostilidades y deponer las armas", indicó, según informó la agencia rusa de noticias TASS y recoge Europa Press.

El general insistió en que las unidades de las Fuerzas Armadas rusa y de "la República Popular de Donetsk", a lo largo de todo el perímetro de Azovstal, establecerán una "distancia segura" y un izamiento de banderas: del lado ruso, rojo, y del lado ucraniano, blanco.

En la jornada de este martes, Rusia informó de que, durante la activación del alto el fuego para evacuar a civiles, los militares ucranianos no abandonaron la planta.

Según recoge la agencia Interfax, la televisión estatal rusa informó de que 120 personas dejaron sus hogares en los alrededores de Azovstal aprovechando estos corredores humanitarios.

Un millar de civiles

Antes del primer ultimátum de las autoridades rusas, el portavoz de las milicias de Donetsk, Eduard Basurin, había anunciado este martes por la mañana el comienzo del asalto a la acería, último foco de resistencia en la ciudad.

Según las autoridades cranianas, además de un número indeterminado de combatientes, más de mil civiles se encontrarían refugiados en Azovstal.

El comandante de la 36ª Brigada de Infantería de Marina ucraniana, Serhii Volyna, escribió el lunes una carta al papa Francisco en la que le pide ayuda para salvar a los ciudadanos de Mariúpol, donde permanecerían aún unas cien mil personas.

"Usted seguro que ha visto de todo en esta vida. Pero estoy seguro de que nunca ha visto lo que ahora está ocurriendo en Mariúpol. Porque así es el infierno sobre la Tierra", escribió, según informa Efe.

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