España no teme que el veto de la UE al petróleo de Putin le deje sin crudo porque su 'grifo' favorito no está en Rusia... sino en Nigeria

Principales economías de la UE y países de los que importan su petróleo
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Rusia ha sido tradicionalmente el socio energético preferido por los países europeos. En la última década, la potencia euroasiática ha suministrado más de uno de cada cuatro litros de todo el petróleo que importa la Unión Europea, muy por encima de cualquier otro país. Sin embargo, en España otro nombre propio encabeza esa lista desde hace años: Nigeria.

Y es que este país situado al oeste del continente africano ha sido el principal exportador de crudo para España en los últimos cuatro años. Antes, ocuparon esa posición México, Irán... e incluso la propia Rusia. Según datos de Cores, el año pasado Nigeria vendió 10.275 miles de toneladas de esta sustancia a España. Más que  las que consiguieron México (7.648), Libia (6.270), Kazajistán (4.201), Estados Unidos (4.096), Arabia Saudí (3.942), Irak (3.751) o Rusia (2.569).

A nivel europeo (los últimos datos disponibles son de 2020), España se hizo con el 31% de todas las ventas de petróleo nigeriano a la UE. Hasta el punto de que España es el segundo país del mundo que más petróleo compra a Nigeria. En 2020, las ventas ascendieron a 2.517 millones de euros, una cifra que solo superó La India, con 4.359 millones.

Principales economías de la UE y países de los que importan su petróleo
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¿Por qué Nigeria?

"España siempre ha importado bastante de toda el África occidental y todo el Atlántico sur. No solamente de Nigeria, también de Angola y de Guinea Ecuatorial. Nigeria empezó a pesar mucho cuando se impusieron las sanciones a Irán. Y a España, un sitio que le vino bien fue Nigeria. "Básicamente, porque está cerca", explica en conversación con este periódico Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano.

"Desde el punto de vista geográfico, está mucho más cerca que Oriente Medio. La logística es más sencilla, aunque hay un cierto grado de riesgo", añade. Escribano explica además que a medida que suministradores como Irán o Libia han ido perdiendo protagonismo, España los ha ido sustituyendo por otros.

Y es que el mercado petrolífero es tan variado y líquido que el país de procedencia del crudo cambia cada año. "Es un mercado global. Lo que importa es a qué precio te lo ponen y qué características tiene ese crudo para luego meterlo en la refinería", sostiene Pedro Linares, profesor en la Universidad Pontificia de Comillas y especialista en energía. 

Linares señala que no todos los países tienen refinerías capaces de procesar cualquier tipo de crudo y este es un factor que también condiciona a qué países se compra. "Hay refinerías que tratan un determinado tipo de petróleo. Por ejemplo, el mexicano es complicado de tratar, pero hay otros como el saudí que es fácil. La variedad es enorme y depende de muchas cosas", añade.

La carrera por sustituir a Rusia aprieta el mercado

La escasa dependencia energética directa de España respecto de Rusia deja al país en una situación, a priori, más desahogada que la de otros vecinos de cara a una desconexión. Más aún en un momento en el que la Unión Europea ha roto el tabú de las sanciones energéticas tras embargar las compras de carbón procedente de Rusia. Además, el Parlamento Europeo aprobó a principios de mes una resolución en la que exigía "un embargo total e inmediato de las importaciones rusas de petróleo, carbón, combustible nuclear y gas". 

"Nuestro perfil de riesgo nos permite comprar en América Latina, en Trinidad y Tobago, Perú, Australia, Qatar… tenemos un perfil mucho más diversificado", explica Escribano. Además, este experto recuerda que en España el máximo que se puede obtener de un solo país es el 50% del suministro total. Algo que "da un margen que no tienen países que importan mucho más de un 50% de Rusia o están en el límite".

Sin embargo, desconectar de Rusia implica que los países más dependientes de ella se lancen al mercado en busca de nuevos proveedores, algo que podría presionar al alza los precios. "Las propias compañías, sobre todo las europeas, ya no quieren comprar crudo ruso. Todo el mundo está diversificando, buscando otros proveedores. Para Europa lo que queda más cerca es África Occidental y Nigeria es el gran productor ahí",  explica Escribano.

Sin embargo, no todos piensan que un embargo occidental al petróleo ruso sea una medida efectiva. "En un mercado tan global como el del petróleo tenemos que ser conscientes de que si no lo compramos nosotros [el petróleo ruso], probablemente se lo compre otro y no les hagamos daño reduciendo su flujo de ingresos", sostiene Linares.

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