Alemania, Dinamarca, Bélgica, Irlanda y España, los países con la factura de la luz más cara en la UE

  • Por debajo de la media anual de la eurozona se situaron, en cambio, Suecia (0,236 €/kWh), e Italia (0,231 €/kWh).
Una bombilla, en una foto de archivo
Una bombilla, en una foto de archivo.
EP
Una bombilla, en una foto de archivo

Alemania, Dinamarca, Bélgica, Irlanda y España se consolidaron durante la crisis del coronavirus como los cinco países de Europa con la factura doméstica de luz más alta del Viejo Continente, por delante de la media de la Unión Europea y de la Eurozona. Según los datos de la oficina comunitaria de estadística Eurostat, los precios abonados por los consumidores domésticos de España con un consumo anual entre los 2.500 y los 5.000 kilovatios hora (kWh), incluyendo todos los impuestos, han venido rondando, de media, los 0,242 €/kWh desde 2020.

Sin considerar la inflación y tomando como base únicamente el último ejercicio, cuya recta final vino marcada por el encarecimiento del gas y, por ende, por la espiral alcista en el mercado mayorista de la electricidad, el precio fue superior a la media en Alemania (0,321 €/kWh); Dinamarca (0,317 €/kWh); Bélgica (0,285 €/kWh), Irlanda (0,276 €/kWh); Y, España ( 0,257 €/kWh.)

Por debajo de la media anual de la eurozona se situaron, en cambio, Suecia (0,236 €/kWh), e Italia (0,231 €/kWh), mientras que Austria (0,225 €/kWh), Chipre (0,214 €/kWh) y Portugal (0,213 €/kWh), se quedaron por detrás del nivel de la UE. Inferiores aún fueron los precios en Francia, donde apenas se rozó los 0,2 €/kWh (en concreto, se quedó en 0,198 €/kWh).

El panorama en el país galo contrasta con la situación de estos días, donde el temporal de frío y el parón en la producción de sus centrales nucleares ha hecho repuntar el precio mayorista de la electricidad a máximos interdía de hasta 3.000 euros/megavatio hora (€/MWh).

Los datos de Eurostat reflejan cómo las tensiones en los mercados y el contexto macroeconómico, condicionado por el repunte de la inflación a partir del último trimestre de 2021, han impactado en el acceso a la energía eléctrica.

Así, España se situó, de nuevo, entre los países en los que más varió el precio de la luz para los consumidores domésticos, con el kWh un 13,3% más caro que en 2020, frente a la subida media del 7,1% en la UE, y del 5,8%, en la eurozona.

También notable fue la evolución en las facturas de los hogares del norte de Europa, por ejemplo, en Estonia y Letonia, donde el kWh se encareció de media respecto al año anterior un 29,1% (hasta los 0,163 €) y un 15,3% (hasta los 0,164 €), respectivamente, ante los máximos históricos del pasado diciembre a raíz de la fuerte demanda y los problemas de generación.

Aunque el alza más significativo se dio en Noruega, una de las grandes potencias europeas en energía renovable gracias a sus centrales hidroeléctricas, y segundo exportador de gas a Europa tras Rusia, al proporcionar entre el 20 y el 25 % del gas de la UE. Pese a ello, el precio medio superó en 2021 los 0,201 €/kWh, lo que supone un 50,6 % más que los 0,133 €/kWh de los doce meses previos.

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