Una víctima del seísmo exige su derecho a vivir en una de las casas de Berlusconi

  • Ha recordado su promesa al primer ministro italiano.
  • Berlusconi ofreció sus casas a las víctimas del terremoto en L'Aquila.
  • Pidió a los italianos que acogiesen a los afectados por el seísmo, dijo que también lo haría y que reconstruiría la zona en 28 meses.
Fotografía de archivo del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Fotografía de archivo del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Reuters
Fotografía de archivo del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

Un hombre que se quedó sin hogar por el terremoto que azotó el centro de Italia en abril ha pedido al primer ministro, Silvio Berlusconi, que mantenga su promesa y proporcione alojamiento a las víctimas en una de sus casas. El seísmo que afectó fundamentalmente a la ciudad italiana de L'Aquila causó 228 muertos.

Esto no es una provocación, sino una petición legítima basada en las declaraciones del primer ministro

Antonio Bernardini, cuya casa en la ciudad montañosa de L'Aquila fue destruida por el seísmo, escribió a la agencia de Protección Civil diciendo que prefería hospedarse en la lujosa mansión de Berlusconi a orillas del mar en Cerdeña o en su residencia del centro de Roma "si es posible".

"Esto no es una provocación, sino una petición legítima basada en las declaraciones del primer ministro", dijo Bernardini. Miles de personas que se quedaron sin techo en el terremoto del 6 de abril viven aún en alojamientos temporales en hoteles o en campamentos. Bernardini asegura que muchos habían sido explotados por hoteleros sin escrúpulos y que se sentían tratados casi igual que los inmigrantes ilegales.

"Nos encontramos en condiciones de fragilidad e inferioridad", afirma Bernardini, cuya madre anciana murió justo un mes después de sacarla de entre los escombros de su casa. "Vivo en una pequeña habitación de hotel lejos de mi pueblo natal". "Dénos una señal concreta. Si no es a mí, aloje a otras víctimas", pidió al primer ministro.

"Condiciones de fragilidad"

Durante los esfuerzos de rescate, Berlusconi pidió a los italianos que acogiesen a las víctimas del terremoto y dijo: "Yo también haré lo que pueda ofreciendo mis casas". Prometió reconstruir L'Aquila en 28 meses y dar a las víctimas nuevos hogares.

Desde el terremoto, Berlusconi ha estado inmerso en un escándalo sobre su vida privada, que estalló cuando su esposa Verónica anunció a principios de mayo que iba a pedir el divorcio por sus infidelidades, y lo acusó de "frecuentar a menores".

Los fuertes índices de popularidad de Berlusconi se han visto afectados por el escándalo, cayendo cuatro puntos desde mayo a un 49%, según una encuesta publicada el mes pasado, pero los analistas advierten de que su respaldo se puede ver seriamente mermado si no mantiene las promesas a las víctimas del terremoto o sigue subiendo el desempleo.

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