Habrá quien lo vea y solo pueda soñar y elucubrar y fantasear. Y habrá quien lo haga e incluso llegue a considerarlo toda una ganga, ya que hoy por hoy son contados, por no decir cero, los casos de nuevos palacete construidos en los centros históricos de las grandes ciudades españolas. De ahí que la posibilidad de adquirir uno con tanto pasado entre sus muros como es el caso del Palacete Masaveu, en el número 19 de la calle Pérez de Sala, en Oviedo, quizá sea visto como un mirlo blanco por quienes estén dispuestos a pagar por él los 3,3 millones de euros que están pidiendo en su venta.

Noticia adelantada por La Nueva España y luego aumentada por Vanitatis y El español, la casona, como son conocidas en Asturias este tipo de construcciones, es una de las últimas de su clase en el Oviedo señorial en el que se encuentra, frente al auditorio Príncipe Felipe y al la lado de las oficinas de la Dirección Provincial de Oviedo de la Tesorería de la Seguridad Social. Es fácilmente reconocible por su fachada, hecha de piedra y ornamentación de principios de siglo pasado.

Pues fue entonces cuando se construyó, en 1902, el Palacete Masaveu, que toma su nombre de aquel que lo encargó, el banquero Pedro Masaveu Masaveu, siendo el arquitecto Juan Miguel de la Guardia quien dirigió la obra, aunque posteriormente, ya en los años 60, sería Julián Galán Gómez quien firmaría los retoques necesarios fruto del deterioro por el paso del tiempo y por la visión de nuevos propietarios.

Pedro Masaveu le vendió la propiedad en la citada década a otro empresario de banca, Vicente Rubio de la Riva, cuya familia es la actual propietaria y quien le ha puesto el cartel de 'Se Vende'. Rubio de la Riva fue quien decidió restaurar, modificar y corregir el interior de la vivienda, que si bien exhibe la singularidad de sus tiempos pretéritos, su composición fue bastante común en las edificaciones del cambio de siglo del XIX al XX.

El Palacete Masaveu, dentro de una fincacerrada con muro de más de dos metros de piedra, consta de dos edificios levantados sobre una enorme parcela de 2.066 metros cuadrados: uno principal y uno secundario. El primero de ellos, de 910,63 metros cuadrados construidos (662 son útiles tal y como se detalla en la web habitaclia), se distribuye en tres plantas, siendo una de ellas un semisótano, así como tiene bajo cubierta y terrazas. El pabellón auxiliar, de 175 metros cuadrados, consta de dos plantas y está ubicado en la parte trasera de la casa.

Al edificio principal, que desde la web apuntan que tiene un estado de conservación "inmejorable", se accede por el portal, así como cuenta con un portón para la entrada y salida de vehículos. Desde la reforma, apuntan desde el portal de El Confidencial, el interior está distribuido en espacios donde prima la amplitud. Y para aprovechar la luz, que sea en la primera planta y bajo cubierta donde se encuentran la inmensa mayoría de dormitorios, que cuentan con baño y vestidor.

Aprovechando precisamente ese espacio, en dicha planta es en la que se encuentran el salón, el comedor, el office, el despacho y la biblioteca, así como una cocina y el área del personal de servicio. Para moverse entre las plantas no solo existe la escalera sino que se le añadió un ascensor privado adaptado a personas con movilidad reducida. Asimismo, en la planta primera, en una de las habitaciones y para mantener las tradiciones, se ha mantenido una pequeña capilla con sacristía.

El espacio del semisótano se ha destinado a todos los servicios de la casa, como puede ser una zona de plancha, otra de lavandería, una bodega, las habitaciones del servicio o la centralización de la calefacción. Sin embargo, esta planta tiene la particularidad de poseer acceso directo a la finca a través de una gran sala de juegos. Además, en ella hay dos habitaciones con baños, donde siguen destacando, al igual que en el resto de la casa, las maderas nobles de la carpintería interior.

Explican desde Vanitatis que precisamente por todas estas características sus actuales dueños creen que podría servir tanto de hotel como, quizá, reconvertirlo en oficinas, residencia, clínica privada o hasta un museo (o algún uso social). Esto último no sería descabellado ya que, según se contempla el catálogo urbanístico de Oviedo, el Palacete Masaveu cuenta con la protección parcial del edificio por su antigüedad. Eso sí, hasta ahora, en sus alrededor de 120 años de historia, solo se ha destinado a uso residencial de los propietarios.

El mismo medio añade que se ha puesto en contacto con el ayuntamiento (al que, según La Nueva España, se le ofreció el palacete hace año y medio y no hubo respuesta) y la situación no ha cambiado, con la diferencia de que hay un posible comprador, que dedicaría el edificio a oficinas, aunque nada cerrado. Ni siquiera cerca.