La pareja de ucranianas que huyó de la guerra: "Estuvimos ocho días escondidas en un búnker mientras todo explotaba a nuestro alrededor"

Varias personas esperan ser atendidas en el centro de refugiados habilitado en Fira de Barcelona para la atención, acogida temporal y derivación de ciudadanos ucranianos que huyen de la guerra.
Varias personas esperan ser atendidas en el centro de refugiados habilitado en Fira de Barcelona para la atención, acogida temporal y derivación de ciudadanos ucranianos que huyen de la guerra.
EFE
Varias personas esperan ser atendidas en el centro de refugiados habilitado en Fira de Barcelona para la atención, acogida temporal y derivación de ciudadanos ucranianos que huyen de la guerra.

Lesya y Oxana vivían juntas en Kiev, la capital de Ucrania, hasta hace pocas semanas. A sus 27, “casi 28 años”, esta pareja tuvo una vida “normal” que se derrumbó de un día para otro. En medio, dos fechas clave: el 24 de febrero, día en el que Vladímir Putin, presidente ruso, decidió invadir su país vecino; y el 13 de marzo, cuando llegaron a España tras comenzar una huida que no se les olvidará nunca.

Ambas lo recuerdan en una conversación con 20Minutos mientras esperan a ser atendidas en el Centro de Refugiados que el Gobierno ha habilitado, junto con la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona, en uno de los pabellones de la Fira de la Ciudad Condal, que celebra más de 150 congresos anuales y que ahora acoge a centenas de ucranianos huidos cada día. En el resto del país hay tres centros así, situados en Madrid, Alicante y Málaga.

“Es difícil explicar cómo nos sentimos, teníamos una vida en Kiev”, cuenta Lesya, que lleva la voz cantante durante la charla. En este sentido, asegura que todos los días “sueña” con poder volver a su casa, un hogar que, por lo que ha podido ver por fotos, ha sido saqueado tras su marcha. El que fue su refugio hoy ha quedado reducido a “dos paredes y un techo”. Eso sí, no es lo más duro que ha dejado atrás: en Ucrania siguen sus padres, escondidos en el oeste del país, algo que recuerda todos los días.

La casa de sus progenitores, además, fue el lugar elegido por la pareja para esconderse de las bombas cuando éstas comenzaron a llenar el cielo de la capital ucraniana. “Entendimos que escondernos en la casa de mis padres, a las afueras de la ciudad, era lo más seguro”, cuenta que pensaron en un primer momento. Sin embargo, casi terminan en el abismo.

La decisión de huir llegó después de que la edificación de al lado sí fuera atacada, lo que reventó las ventanas y les dejó sin gas ni electricidad. “Había que elegir: o irse o sentarse allí a rezar y tener esperanza, pero para nosotros ya no tenía sentido quedarse”, añade. Había comenzado, entonces, el viaje “más largo” que recuerdan. Ambas cogieron un coche y, junto a otros vecinos, formaron una columna de vehículos en la que había varias banderas blancas, un símbolo con el que querían dejar claro que eran civiles.

Eso sí, obviamente terminaron encontrándose con varios tanques y soldados rusos, moviéndose de un lado a otro de la carretera y apuntándoles “con pistolas y con cañones”. “Me limité a conducir y a rezar”, dice Leysa, que no recuerda haber sufrido miedo en ese momento, algo que achaca al ‘shock’ al que le introdujo la situación. Finalmente, les dejaron pasar y conducir hasta el oeste. Llegaron a Lviv y, tras pasar allí dos días, cruzaron la frontera a Polonia, donde compraron el billete hacia España, país que le recomendó uno de sus amigos por ser “un país amigable” con los derechos LGTBi  y que les ha devuelto cierta tranquilidad tras alejarse del horror.

Casi la mitad de ucranianos refugiados, con protección

Como Lesya y Oxana, más de la mitad de los ucranianos que han llegado a España han recibido "protección temporal", que les otorga permiso de residencia y de trabajo. Son las cifras que dio el viernes, en la visita al Centro de Refugiados de Barcelona, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que aseguró que dicha figura se ha otorgado ya a 47.000 personas de las 110.000 que el Ejecutivo calcula que han llegado hasta ahora. “Les estamos dando todas las atenciones para que se sientan como en casa, para que cuando termine la guerra puedan volver a su casa”, declaró el presidente del Gobierno desde Barcelon.

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