"Armas, armas y más armas": Ucrania pide refuerzo militar a la OTAN para contener a una Rusia que afirma controlar ya Mariúpol

Miembros del ejército ucraniano caminan junto a blindados destruidos en Bucha.
Miembros del ejército ucraniano caminan junto a blindados destruidos en Bucha.
EFE/EPA/ROMAN PILIPEY
Miembros del ejército ucraniano caminan junto a blindados destruidos en Bucha.

Si las negociaciones de hace una semana en Estambul entre rusos y ucranianos apuntaban a una desescalada de las hostilidades, las imágenes de la matanza de Bucha han alejado por completo la resolución del conflicto. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, ha pedido este miércoles a sus aliados de la OTAN tres cosas: "Armas, armas y armas". Mientras tanto, Las fuerzas rusas se concentran ahora en el este, especialmente en el Donbás, donde la asediada Mariúpol podría estar ya tomada en su mayoría por Rusia.

"Mi agenda es muy simple, solo hay tres asuntos en ella: armas, armas y armas", dijo Kuleba a los periodistas a su llegada a la sede de la Alianza Atlántica. Su secretario general, Stoltenberg, ha afirmado estar preocupado por la ofensiva rusa en el este y afirma que "tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que esto puede durar mucho tiempo, muchos meses, incluso años".

Kuleba ha alegado que "el ejército ucraniano y la nación ucraniana entera ha demostrado que saben cómo luchar, cómo ganar, pero sin el suministro sostenible y suficiente de las armas que ha pedido Ucrania, estas victorias irán acompañadas de enormes sacrificios". Además, el jefe de la diplomacia ucraniana cree que "la mejor manera de ayudar a Ucrania es proveerle con todo lo necesario, de tal manera que la guerra no escale más".

Las negociaciones se han distanciado nuevamente. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, aseguró este jueves que está dispuesto a reunirse con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov "si eso ayuda a parar la guerra", pero le acusó de querer "bloquear las negociaciones".

Por su parte, Lavrov denunció este jueves un retroceso en las negociaciones con Ucrania debido a un cambio de postura de Kiev en relación con la anexionada península ucraniana de Crimea y con el Donbás.

Según Lavrov, Ucrania ha dado marcha atrás en algunos puntos consensuados en la reunión del Estambul del 29 de marzo. "La incapacidad de llegar a acuerdos caracteriza una vez más las auténticas intenciones de Kiev y su política de alargar e incluso abortar las negociaciones".

Moscú continúa negando sus implicaciones en la matanza de Bucha, que Moscú considera un "montaje" para torpedear las negociaciones y advierte que Rusia no jugará "al gato y al ratón".

Esta declaraciones de Rusia han sido respondidas por Kuleba. "Por lo que oigo públicamente del señor Lavrov, no soy optimista. Cada comentario que hace Lavrov está menoscabando y bloqueando las negociaciones", afirmó el jefe de la diplomacia ucraniana.

El puerto, el último reducto de Mariúpol

Mariúpol, la ciudad portuaria ucraniana a orillas del mar de Azov, está tomada por Rusia. Por lo menos eso es lo que asegura el portavoz de las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk, Eduard Basurin: "En la parte céntrica de la ciudad los principales combates han terminado".

La ciudad, asediada desde hace más de un mes y que ha sufrido uno de los peores bombardeos de la guerra en Ucrania, lleva semanas con combates calle a calle. Las tropas rusas y las milicias que las apoyan avanzan a diario y el territorio controlado por Ucrania ha ido menguando ante la imposibilidad de recibir apoyo. 

Este jueves, Basurin ha reconocido que "ya han entrado en el puerto", hasta ahora el último reducto ucraniano en la ciudad. El militar prorruso ha afirmado que están "limpiando el territorio y expulsando (a los efectivos ucranianos) a la zona industrial de Azovstal".

Las autoridades ucranianas aseguran que el 90% de la  infraestructuras de la ciudad está destruida a causa de la bombas rusas, y que permanecen todavía unas 130.000 personas atrapadas. Así mismo, Ucrania desmiente la toma de la localidad y aseveran que las tropas ucranianas aún resisten.

En el resto de la región del Donbás, la nueva ofensiva rusa ya ha comenzado. El asesor del presidente Zelenski, Oleksiy Arestovych, ha recordado que "las batallas más feroces se están librando en la región de Lugansk", donde la situación "es muy difícil".

Des que el 24 de febrero Rusia dio comienzo a la invasión de Ucrania, al menos 1.480 civiles ucranianos han muerto a causa de la guerra, según afirma la ONU. Esta organización reconoce que las cifras son más elevadas. La guerra parece dar un paso hacia la cronificación de los combates y las posturas de ambos países se alejan cada día que pasa.

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