Si una idea está quedando clara en esta edición de Maestros de la costura, es que no debe darse nada por sentado. Una nueva entrega del concurso vio la luz este martes en La 1, y tuvo un final de lo más sorprendente, pues fue expulsada Isabel Gomila, una de las grandes favoritas de la edición y, además, veterana.

También lo fueron los dos delantales negros restantes. Así, el segundo candidato a abandonar el concurso fue Eduardo Navarrete. Borja, en cambio, salió airoso de la prueba de expulsión, que consistió en diseñar y fabricar una prenda que reuniera las características de la slow fashion en tan solo 90 minutos.

Sin embargo, fue la holandesa la elegida para dejar el talent, algo que asumió muy afectada. Según dijo, coser le daba ganas de vivir y el programa le suponía una manera de evadirse de los problemas del exterior: "Me olvido de todo lo que tengo fuera, ha sido un maravilloso portal para mostrar mi trabajo y un rayo de luz enorme".

La presentadora, Raquel Sánchez Silva, añadió que creía que el haber acudido al formato "con una necesidad", en alusión a sus problemas económicos, había hecho que Gomila no fuese libre, algo que la exconcursante reafirmó. Otra persona muy afectada por la expulsión fue Lorenzo Caprile, juez en el concurso, que se fundió en un tierno abrazo con la diseñadora.

Esta fue expulsada por un problema de proporciones que los jueces consideraron imperdonable. Por el contrario, fue la mejor noche para Lili, que se convirtió en la mejor valorada en una primera prueba capitaneada por Jorge Acuña.

El trinfo supuso un punto de inflexión en su trayectoria en el talent, pues hasta ese momento había sido considerada la más débil del concurso. La prueba consistió en adaptar un vestido recto a un maniquí y, aunque Gomila también obtuvo una puntuación más que correcta, al final de la noche su suerte cambió radicalmente y tuvo que despedirse.

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