Así se desinforma con imágenes de videojuegos sobre la invasión de Rusia a Ucrania

Bulo
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CEDIDA
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Desde el inicio de los ataques de Rusia en Ucrania, han circulado vídeos e imágenes en redes sociales que están descontextualizadas y que no están relacionadas con la invasión. Habéis enviado cientos de contenidos a través del servicio de WhatsApp de Maldita.es (+34 644 229 319). De hecho, algunos vídeos ni siquiera corresponden a acontecimientos reales, sino que salen de videojuegos de guerra.

Por ejemplo, el mismo día que comenzaron los ataques, el 24 de febrero, empezó a difundirse un vídeo en el que se puede ver un avión lanzando proyectiles contra unos edificios, mientras que recibe fuego antiaéreo hasta que finalmente es derribado.

El pasado 25 de marzo, también alertamos de unas imágenes en las que supuestamente se observa a “cuatro helicópteros rusos siendo destruidos en Ucrania”.

Bulos
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CAPTURAS

¿Qué tienen en común estos dos vídeos? Que ninguno de ellos son reales: son bulos. Ambos mensajes utilizan imágenes del mismo videojuego, el simulador militar Arma 3.

No es la primera vez que en Maldita.es vemos montajes realizados a través de este videojuego. Ya en 2019 os contamos como una supuesta “batería antiaérea israelí” era, en realidad, una simulación realizada dentro del mismo juego. 

Bulo
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CAPTURA

Estos usos de imágenes de videojuegos para ilustrar conflictos bélicos han llegado incluso a medios e instituciones oficiales en algunos países. En 2020, el Ministerio de Defensa ruso utilizó imágenes de AC-130 Gunship Simulator: Special Ops Squadron para asegurar que Estados Unidos estaba ayudando al ISIS. En 2021 algunos medios de comunicación indios difundieron imágenes de Arma 3 para asegurar que Pakistán había bombardeado Afganistán. El propio Ministerio de Defensa ucraniano mantiene en redes sociales un vídeo sobre la invasión de Rusia que en realidad corresponde al videojuego DCS: World.

¿Cómo diferenciar un videojuego de la realidad?

¿Pero cómo pueden las imágenes de un videojuego ser confundidas con imágenes reales de un conflicto? Se podría argumentar que el hiperrealismo que está alcanzando el sector de los videojuegos en los últimos años gracias a motores tan potentes como Unreal Engine es fácil que lleve a la confusión. Pero las imágenes que más se están difundiendo pertenecen, como hemos comentado, a Arma 3 y DCS: World: dos simuladores militares lanzados en 2013 y 2009, respectivamente.

Si bien estos juegos han ido recibiendo actualizaciones visuales, no resulta difícil diferenciarlos de la vida real en un contexto habitual, y más para el jugador habido. Pero toqueteando algunos aspectos de estos simuladores se puede hacer pasar un vídeo por real, sobre todo para la gente que tiene menos experiencia dentro del mundo del videojuego.

A continuación, recogemos algunos elementos que nos pueden ayudar a diferenciar un vídeo real de una simulación.

  • Sentido común: muchas veces nuestro propio sentido común nos puede ayudar a detectar si una situación es real o simulada. El hecho de que dos fuerzas de combate estén exageradamente cerca, o que una aeronave no mantenga distancias con elementos antiaéreos, son situaciones que difícilmente se podrían dar en un contexto real, y que deberían darnos pistas de que estamos viendo un vídeo falso.
  • Vídeos con poca iluminación: los escenarios oscuros ayudan a que no se le vean las costuras a las texturas y los motores gráficos dentro de los videojuegos. Pese a su realismo, los videojuegos aún tienen muchos problemas para representar fielmente texturas y detalles. Una capa de oscuridad impide que nuestro ojo repare en estos elementos, y otorgan a los videojuegos un mayor realismo. No es casualidad que la mayoría de los vídeos que hemos visto como ejemplo simulen batallas nocturnas.
  • Baja resolución: al contrario de lo que podría parecer, un vídeo en alta resolución nos permitirá atender a los detalles del videojuego y ver sus limitaciones a la hora de representar la realidad. Sin embargo, si bajamos la resolución de estos vídeos es mucho más difícil distinguir estos elementos. Lo que antes era una simulación demasiado perfecta y detallada de un caza, se convierte en una mancha en movimiento que no nos permite distinguirla de una aeronave real.
  • Distancia y cámara en mano: otro de las características que tienen en común estos vídeos es que muestran elementos que tienen lugar a mucha distancia, como combates aéreos, para evitar que nos fijemos en las imperfecciones de una simulación. Además, estos vídeos se graban intentando imitar el movimiento que tendríamos al grabar con un teléfono móvil, pero es demasiado perfecto y carece de las vibraciones que tendríamos al sujetar una cámara. Este tipo de planos son muy raramente utilizados en los videojuegos, y son uno de los principales elementos que puede llevar a confundirlos con un vídeo real.
  • Sonido demasiado perfecto: una de las características que tienen estas simulaciones es la de intentar presentar el mayor realismo posible. Es por ello que utilizan una calidad de audio que es imposible de conseguir sin un equipo profesional. Además, el uso de librerías de sonidos lleva a que en muchas ocasiones se repitan exactamente los mismos efectos de sonido como el de las explosiones, algo que no pasa en la vida real.
  •  Fuego y humo: uno de los elementos que más le cuesta imitar a los motores gráficos es el fuego y el humo. Si reparamos en las explosiones de estos simuladores, nos podemos fijar en que son demasiado espectaculares y predominan las llamas, como hacen las explosiones en las películas, frente a las nubes de polvo que levantaría un estallido en la vida real. Además, la iluminación que generan estos elementos sobre otras superficies también suele ser difícil de replicar y es deficiente.
  • Fallos del sistema y bugs: si algo caracteriza una simulación es que no es perfecta y puede tener errores. Si aparecen elementos que desafíen las leyes de la física, como árboles flotando o elementos atravesando paredes, es muy probable que estemos ante un videojuego.

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