Viktor Orbán gana de forma muy clara las elecciones en Hungría y encadenará su cuarto mandato consecutivo

  • Fidesz mantiene la mayoría de dos tercios que permite las grandes reformas y mejora sus resultados de 2018.
  • La oposición, con seis partidos en una sola candidatura, fracasa estrepitosamente: empeora sus cifras por separado.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, celebra en Budapest su victoria en las elecciones parlamentarias de Hungría, en las que logró un cuarto mandato consecutivo.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, celebra en Budapest su victoria en las elecciones.
ZOLTAN FISCHER / EFE
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, celebra en Budapest su victoria en las elecciones parlamentarias de Hungría, en las que logró un cuarto mandato consecutivo.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, celebra en Budapest su victoria en las elecciones.
EFE / ATLAS

Viktor Orbán arrasó en las elecciones húngaras que se celebraron este domingo. El primer ministro, que se enfrentaba por primera vez a una oposición completamente unida en una coalición de hasta seis partidos, alcanzó más del 53% de los votos con más del 92% escrutado y revalidaría su posición de poder con su cuarto mandato consecutivo. Además, lograría mantener la mayoría de 133 escaños (consiguió 135), que representan los dos tercios del Parlamento y que puede dar pie a grandes reformas, entre ellas cualquiera de tipo constitucional. Su partido, Fidesz, mejora incluso sus resultados de 2018. El sistema electoral húngaro, que reparte 199 escaños, se divide entre un recuento a nivel nacional (93 diputados) y otro por circunscripciones (106 diputados), y con esta victoria Orbán no solo se asegura estar en el poder durante al menos doce años seguidos, sino que además se convertirá en el líder más longevo en toda la UE.

Por su parte, la oposición, encabezada por el conservador Peter Marky-Zay, se queda en 57 diputados, muy lejos de disputarle a Fidesz la victoria y con un nivel de voto mucho menor del esperado en las grandes ciudades, que eran el nicho al que aspiraban los seis partidos que formaban ese fallido frente anti Orbán. De hecho, su caída es de más de 10 puntos respecto a cuando se presentaron en los anteriores comicios por separado. "Ganamos", se apresuró a decir el primer ministro en cuanto la noche electoral avanzó en la buena dirección para él.

"Hemos conseguido una gran victoria", expresó, antes de agradecer la labor de sus votantes y de los voluntarios "que aman a su patria" y los votos tanto dentro como fuera del país. "Quiero enviar un mensaje a los húngaros de Transcarpatia: no temáis insistir, la patria está con vosotros", expresó. En ese discurso también tuvo algún dardo para Bruselas. "Grandes centros de poder y organizaciones internacionales han ido en nuestra contra. Ahora pueden decir que cada céntimo que han dado a la izquierda húngara ha sido un desperdicio", lanzando también críticas hacia la oposición.

Fidesz, al fin y al cabo, quiere consolidar una forma de hacer política que genera mucho rechazo fuera de Hungría. "Pero no debemos olvidar que no solo tenemos enemigos, sino también amigos en el mundo: creo que también hay corazones buenos entre nuestros amigos estadounidenses, polacos, italianos, españoles, serbios, eslovacos y austriacos que han estado con nosotros y nos han ayudado en los últimos meses", expresó Orbán, en un guiño a sus socios internacionales, entre los que se encuentra Vox.

La guerra en Ucrania y su posición de equidistancia respecto a Putin no le ha afectado a nivel interno tanto como se podría pensar, pues la sociedad húngara asume ese equilibrio como algo lógico. Para lo que sí le ha valido a Orbán la cercanía con el Kremlin es para que se fracture del todo su relación con Polonia -y la ruptura del grupo de Visegrado-, su principal socio en el marco de la Unión Europea y con quien las relaciones son ahora muy tirantes. En todo caso, podrá reconstruirlas una vez que ha revalidado su mandato.

Hungría ha acogido a casi 400.000 ucranianos que huyeron del conflicto bélico y la guerra se ha convertido en un tema de campaña, con la oposición calificando a Orbán de ser un "mini-Putin" por su tendencias autocráticas y subrayando su creciente aislamiento en la UE. Los partidos de la oposición y los observadores electorales de la OSCE han puesto el acento en las dificultades para derrotar a Orbán debido a su control de la mayoría de los medios del país y a contar con más medios financieros que sus contrincantes.

¿Quién es Viktor Orbán?

El programa de Orbán sigue sosteniéndose en sus grandes ejes: anti inmigración, pulso con Bruselas, una economía enfocada hacia sus élites y un rechazo de plano de las minorías y los colectivos que el Gobierno considera una especie de enemigos del régimen. De hecho, el Ejecutivo de Fidesz ha 'colado' un referéndum sobre el uso de temática LGTBI en los colegios. Es más, la muy polémica ley anti LGTBI aprobada por el Gobierno de Orbán ha supuesto uno de los últimos choques con Bruselas. En el otro lado, Marky-Zay apostaba por un discurso más moderado, cercano a la UE y apelando a la unión de los ciudadanos en torno a un proyecto común, pero sin una renuncia a la base de una sociedad que es muy conservadora.

Viktor Orbán, un liberal anticomunista que se ha ido escorando cada vez más hacia la derecha radical en los últimos años, se ha convertido en un líder ultraconservador de referencia para ese espectro político en la Unión Europea. Ya fue primer ministro entre 1998 y 2002, y volvió al cargo en 2010 para seguir en él hasta la actualidad. Supone un china en el zapato de la UE y sin ir más lejos el plan húngaro de recuperación sigue bloqueado por la Comisión Europea al no cumplir el Gobierno de Fidesz con el estado de derecho. Para sus contrarios, su modelo está claro: quiere copiar el modelo de Vladimir Putin.

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