A Manuel Giménez Abad lo mataron un domingo de fútbol, camino de la Romareda, el 6 de mayo de 2001. Iba con su hijo a ver al Zaragoza cuando un pistolero le descerrajó tres tiros. Era senador y presidente del PP aragonés, pero había rechazado la escolta. Al día siguiente, 350.000 personan inundaron en protesta y duelo las calles de la capital aragonesa. “Aquel día mi padre acabó ensangrentado, en una fría acera de Zaragoza”, recordaba hoy en el XX Congreso del PP su hijo Borja.

Los populares quisieron abrir la segunda jornada con un homenaje a las víctimas del terrorismo representadas en Borja Giménez Larraz. Las menciones a las víctimas de ETA y a la lucha política contra la banda no han dejado de producirse en el Congreso del PP. Para el PP, el de ayer y el de hoy, la memoria del terrorismo es un asunto a mantener vivo y Feijóo seguirá la línea de lucha contra el olvido y las sinergias del PSOE con Bildu.

“Si queremos un futuro sin terror no podemos actuar como si el terrorismo no hubiera existido”, dijo José María Aznar en una ocasión, y hoy un video lo recordaba. Giménez Larraz ha hecho memoria: más de mil asesinatos y 300 sin resolver. Muchos eran militantes populares. “Este partido soporta el peso y la responsabilidad de ser heredero de quienes dieron su vida, nuestra historia nos compromete”, ha asegurado el hijo de Manuel Giménez Abad.

Para él, “garantizar un relato justo entre víctimas y verdugos” es la línea a seguir para combatir el blanqueamiento institucional, los beneficios penitenciarios a terroristas no arrepentidos, los homenajes a pistoleros en las calles del País Vasco y Navarra. Todo ello, “no es tolerable” y deja un agujero en la memoria democrática. “El sacrificio de las victimas permite que hoy podamos vivir en libertad, nuestra democracia estará siempre en deuda con ellos”, ha añadido Giménez Larraz, que abría su intervención con la célebre frase de Churchill: “Nunca tantos le debieron tanto a tan pocos”.