La guerra desgasta la relación de Putin con su Ejército: despidos, amotinados y presión sobre el ministro de Defensa

Vladimir Putin junto a su ministro de defensa, Sergéi Shoigún
Vladimir Putin junto a su ministro de defensa, Serguéi Shoigú
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Vladimir Putin junto a su ministro de defensa, Sergéi Shoigún

El estancamiento del conflicto en Ucrania está tensando las relaciones de Putin con su cúpula militar y de Defensa, según los servicios de inteligencia de occidente. Así lo publicó The New York Times este miércoles en un artículo que hablaba del arresto domiciliario de dos miembros del Servicio Federal de Seguridad ruso y la destitución del vicejefe de la Guardia Nacional

Hasta Serguéi Shoigú, ministro de Defensa desde 2012, está perdiendo la confianza del presidente según la inteligencia británica y estadounidense.

El 24 de febrero Putin emprendió su “operación militar especial” con la idea de que una guerra relámpago en Ucrania le diese rápidamente la victoria. El conflicto se alarga ya más de un mes y las bajas se cuentan ya por miles. 

Ya el pasado jueves se hablaba de que Putin recibía información sesgada de su cúpula sobre el avance militar, lo cual niega el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

“Ni el Departamento de Estado ni el Pentágono tienen información real sobre lo que está sucediendo en el Kremlin”

“Ni el Departamento de Estado ni el Pentágono tienen información real sobre lo que está sucediendo en el Kremlin”, ha declarado Peskov en una rueda de prensa recogida por la agencia estatal rusa RIA Novosti. “No entienden al presidente Putin, no entienden el mecanismo de toma de decisiones y no entienden los esfuerzos de nuestro trabajo”.

La desaparición mediática del ministro de Defensa durante dos semanas ha provocado, sin embargo, todo tipo de especulaciones. Durante el pasado fin de semana Shoigú volvió a aparecer en la prensa oficial acallando los rumores sobre su posible cesión o sus roces con Putin, que a ojos de occidente son, de todas formas, evidentes. 

Muchos rusos se niegan a ir al frente

Al margen de la tensión entre altos mandos del ejército ruso, la disidencia y la baja moral crece entre los soldados rasos y entre los llamados a combatir. Los analistas estadounidenses llevan semanas hablando de los problemas de moral entre las tropas invasoras, la dificultad de encontrar reemplazos.

El Financial Times lo explica a través de la historia de un abogado ruso que se ofreció a defender a doce guardias nacionales que se negaban a ir luchar a Ucrania. Todos ellos fueron despedidos de la Guardia Nacional (recuérdese que se trata de una fuerza destinada a mantener el orden público). 

El abogado declaró a FT que "mucha gente no quiere ir a luchar", y que mas de 1.000 personas le habían llamado desde que se propuso llevar el caso. 

Es solo un ejemplo de una tendencia mayor. Cada día que pasa dificulta la tarea de Putin: establecer un relato que justifique la guerra.  

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