La aprobación de los currículos educativos por parte del Ministerio de Educación está suscitando emociones dispares. Son ya varios los sindicatos que han expresado su rechazo al último decreto de enseñanzas mínimas, el de la ESO, ratificado este martes en el Consejo de Ministros. No están de acuerdo en muchos puntos del contenido ni en la forma en la que pasará a evaluarse a los jóvenes de 12 a 16 años (dejarán de primar los aprobados o suspensos), pero temen también que la tardía aprobación de estos documentos les perjudique a la hora de aplicarlos de forma efectiva en los centros educativos.

"Hoy mismo se ha publicado el de primaria, donde hay que añadir que la nueva reorganización que supondrán estos currículums introducidos por la LOMLOE, generará un aumento extra de la burocracia entre los equipos directivos y el profesorado", alerta el sindicato independiente ANPE. 

Según denuncian en un comunicado, lo más probable es que los decretos autonómicos (la parte del currículo que le corresponde a las comunidades complementar) se tendrán que hacer con urgencia, lo que conlleva -según aseguran- que la comunidad educativa apenas tendrá tiempo para debatirlos. "El profesorado tendrá que acondicionar las programaciones este verano a manera de rompecabezas", subrayan, añadiendo que ese aumento de trabajo se verá "potenciado" por el desarrollo del Plan Digital.

"Nos preocupa la rapidez en los cambios organizativos y metodológicos que se generará en los centros educativos y en el profesorado, debido a que este próximo curso ya afectará a la Educación Infantil y también a los cursos impares de Primaria y ESO", reiteran. 

Esta es una preocupación compartida con los editores de libros de texto. La Asociación de Editores de Libros y Contenidos Educativos (Anele) expresó en enero su "preocupación" ante la "tardanza" en la aprobación de los decretos curriculares de las distintas etapas educativas. Según temían entonces, de demorarse más, no les iba a dar tiempo a tenerlos listos para los cursos en los que ya hay que aplicarse en el próximo mes de septiembre. 

"Tenemos que decir que el Ministerio está actuando de manera muy ralentizada, y hubiera sido deseable que los decretos estuvieran antes", coincide Maribel Loranca, responsable de Enseñanza de la UGT. Además, incide Loranca, el retraso no se está dando solamente con los currículos, sino con todo el desarrollo de la ley educativa, la LOMLOE. "Pasará lo de siempre, que los profesionales de la educación responderán bien, pero les supondrá una sobrecarga y no hay justificación que valga porque Educación debería haberlos preparado antes", asegura.

Los directores piden más peso en el currículo

No opinan lo mismo los directores. Esteban Álvarez, presidente de la Asociación de Directores de Institutos Públicos de Madrid (ADIMAD), niega a este periódico que el tiempo no sea suficiente para aplicar las nuevas competencias en los colegios e institutos. Según recuerda, las "líneas maestras" se hicieron públicas hace meses, "y muchas comunidades ya tenían preparados sus borradores". 

"Hay otra realidad", indica Álvarez. Se refiere a cómo está establecido por ley que el 50% del currículo dependerá del Gobierno y el 50% restante (60% para las comunidades con lenguas cooficiales) dependerá de cada gobierno autonómico. Sí que dejan una parte a los centros educativos, para que puedan adaptarlo según las necesidades socieconómicas y culturales de cada uno. Pero se trata de una reducida cantidad del 5%. "Lo que nos dejan es la posibilidad de poner tres comas", afea el presidente de ADIMAD, exigiendo un mayor peso en la decisión sobre las competencias mínimas que se fijan en los decretos. 

Lamentan no haber sido consultados

En lo que coinciden gran parte de los sindicatos educativos es en el sentimiento de haber sido dejados de lado a la hora de elaborar los currículos. Desde la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), critican, en declaraciones a 20minutos, que "en ningún momento" se les haya consultado. "El currículo no ha tenido en cuenta la opinión de los docentes", aseveran. Se refieren, sobre todo, al aprobado este martes, relativo a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Ya lo expresaron nada más aprobarse: el decreto "no mejorará el modelo educativo, arranca sin ninguna negociación y está al margen del criterio de los docentes". 

Rechazan además que se "minimice" la importancia de la memorización de los contenidos -ya que pasan a evaluarse más las competencias, el "saber hacer"-, y se posicionan en contra de la "promoción automática" que, a su juicio, no reconoce el esfuerzo y minusvalora la importancia de los contenidos. "Esto menoscaba el valor de la titulación de los centros públicos, vulnerando la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación superior y ampliando los nichos de negocio de la educación privada", señalan.

Tampoco aprueban la eliminación de las calificaciones numéricas (pasará a valorarse con notable, sobresaliente, etc.) ni la eliminación de las recuperaciones, pues consideran que esto solo "carga de más burocracia" a los profesores. Por ello, y puesto que las comunidades autónomas deben concretar ahora el 50% o 60% restante de esos currículos, piden alcanzar un Pacto de Estado "para evitar las diferencias actuales de niveles y los continuos cambios legislativos". 

Algo parecido denuncian desde ANPE. "No nos gusta el nuevo Reglamento Orgánico de Centros (ROC) elaborado desde Planificación, donde no se ha pedido opinión a los docentes, y se aumenta la permanencia de los profesores en el instituto, a la vez que se simplifican los departamentos en ámbitos, que podría llevar a la dilución de algunas especialidades de Secundaria", aseveran en comunicado al que ha tenido acceso 20minutos. Se plantean, además, si la nueva normativa que permite pasar de curso o titularse con materias suspensas "es realmente el modelo más adecuado para los alumnos".