Fin del juicio al 'francotirador' que planeó matar a Pedro Sánchez: "Imaginaba que era un héroe y salvaba a la patria"

Primera sesión del juicio contra Manuel Murillo, acusado de conspirar para asesinar a Pedro Sánchez.
Manuel Murillo, acusado de planear el asesinato de Pedro Sánchez, en la primera sesión judicial.
EFE
Primera sesión del juicio contra Manuel Murillo, acusado de conspirar para asesinar a Pedro Sánchez.

"Me arrepiento mucho de lo sucedido, todo fue fruto de una vida de soledad, donde lo único que tenía era el móvil como válvula de escape". Con esta frase, Manuel Murillo, el hombre de 66 años acusado de planear el asesinato del presidente Pedro Sánchez en 2018, ha ejercido este miércoles su derecho a la última palabra en el juicio en la Audiencia Nacional, insistiendo en su inocencia. Antes de que el tribunal dejara el caso visto para sentencia, el acusado se ha excusado en que "imaginaba que era un héroe y salvaba a la patria".

Tras tres intensas jornadas de juicio y después de haber consultado a testigos, médicos forenses, Mossos d'Esquadra y especialistas en armamento, el tribunal debe resolver si detrás de los mensajes que el exvigilante de seguridad -autodenominado 'el francotirador'- envió vía Whatsapp entre agosto y septiembre de 2018 existía un propósito real de magnicidio, tal y como sostiene el fiscal, o todo fueron elucubraciones producto del "orujo" y el "trankimazin", en lo que se ha basado su defensa.  

Entre algunas de las pruebas que se han presentado durante el proceso judicial, figuran mensajes que el hombre envió a grupos radicales como 'Terrassa España' y que decían:  "Al Sánchez hay que ir a cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea" o "si tocan a Franco, sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor (...) y esta vez no dejaremos ni uno".

En esta última sesión en la Audiencia Nacional, el Ministerio Público ha explicado en su informe final la pena solicitada el martes: 13 años de prisión, derivados de un delito de homicidio en grado de proposición (rebajado en la última sesión de  11 años y 6 meses a 6 años) y un delito de depósito de armas y municiones de guerra (7 años). 

A juicio del fiscal, la idea de Murillo de atentar contra Sánchez no "era genérica", ni fruto de "una ofuscación" o un "intento de impresionar a una chica como desafortunadamente aventuraron los forenses", sino un "plan concreto".

En la línea de este argumento, el fiscal ha asegurado que Murillo se puso en contacto con una coordinadora catalana de Vox, Patricia Muñoz, para contarle su plan porque ella podía tener acceso a la agenda política del presidente del Gobierno. "Era un invitado idóneo para ayudarle en la comisión del delito", ha apuntado. De hecho, la mujer acabó denunciando los hechos a las autoridades porque "se dio cuenta de que Murillo iba en serio", ha remarcado.

En aquella ocasión, a fecha del 12 de septiembre, Murillo conversó durante 45 minutos con Muñoz. Él inició el diálogo así: "Soy francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo hunda España. No haría falta guerras. Lo haría particularmente, sólo necesito periodistas".

ARSENAL

  • En 2018, los Mossos d'Esquadra encontraron en el domicilio del acusado un arsenal de 20 armas: 13 de ellas reglamentadas, 7 prohibidas (de las cuales una era un arma de guerra conocida como Cetme), una cerbatana, una ballesta, 305 cartuchos más de lo permitidos de arma larga y 260 más de arma corta, y un artefacto explosivo de 40cm prohibido.

Por otro lado, a la Fiscalía no le ha parecido "ninguna locura" la 'operación Valkiria' que preparaba el acusado después de la moción de censura que encumbró a Sánchez en el poder. "En 150 años de edad contemporánea, en España han sido asesinados cinco presidentes. Desgraciadamente, es algo posible". Para perpetrar el crimen, en su opinión, "no hace falta ser un militar fornido y experto en armas, basta con un arma de precisión y voluntad para cometer el crimen". Y según el Ministerio Público, Murillo reunía ambas condiciones. 

La defensa se enroca: "No hay nada de nada"

Por su parte, el abogado de Murillo ha centrado gran parte de su informe final en pedir la absolución respecto al delito de proposición de homicidio, y ha afeado a la Fiscalía que, en su opinión, cambiara de criterio en el procedimiento judicial, pues, según ha criticado, al principio no le daba "ninguna seriedad" a las amenazas del acusado y ahora, en el final del juicio, afirma que tenía un "plan concreto" para asesinar al presidente del Gobierno.

Asimismo, el letrado ha recriminado un "caos en la gestión" de los elementos intervenidos por los agentes, poniendo como ejemplo que el móvil del mismo llegó a las dependencias policiales encendido y sin haber pasado las debidas precauciones que aseguran que los dispositivos no pueden ser alterados.

En suma, el letrado ha reprochado al fiscal no haberse interesado "mínimamente" en la vida de Murillo, que, como ha recordado, tenía que ayudar a su madre enferma y a su hermana con esquizofrenia después de trabajar doce por la noche. Además, ha insistido, en la época donde mandó los mensajes que hoy lo incriminan "se aficionó al orujo" y tomaba somníferos para dormir debido a un trastorno del sueño "real" y "probado", que lo llevaba "a montarse esas películas". Pero el es "un hombre cristiano", que no "haría daño a una mosca", ha asegurado.

Para la defensa, la Fiscalía no se ha parado a investigar "nada de esto". En su lugar, han hecho un análisis "superficial" y "plano" de los mensajes, ha lamentado el letrado. "Con todos los respetos, me recuerda a cuando en el colegio la profesora de Lengua enseñaba el sujeto, verbo y predicado de una frase. Yo, Manuel Murillo, voy a hacer esto contra Pedro Sánchez. Ese es su análisis. Y se queda ahí, porque no tienen nada más", ha ilustrado.

Murillo: "Ya no escribo tonterías, me sirvió de lección"

Finalmente, Murillo ha hecho uso voluntario del derecho a la última palabra para pedir disculpas y excusar, como ha hecho siempre que ha tenido oportunidad, su comportamiento. "Me arrepiento de lo sucedido (...) Ya no escribo WhatsApps ni digo tontearías, esto me sirvió de buena lección", ha comentado antes de sostener que "el efecto de la bebida y el trankimazin para el sueño" le producía "estas ensoñaciones" que, sin darse cuenta, le "sacaban de dentro una película".

En relación al plan de asesinato que planteó a la coordinadora de Vox, del que ha dicho no acordarse y sentirse incrédulo tras leerlo en el calabazo el día de su detención, ha esgrimido a modo de explicación: "Yo daba a intentar decir que no quería que se produjera una guerra civil, que se estaba reproduciendo una situación parecida a la época de Franco. En mi cabeza me imaginaba que era un héroe y salvaba a la patria".

Años más tarde y pendiente de la resolución judicial que podría enviarle a prisión, ha reconocido que fue un "inconsciente" y que, "gracias a la Audiencia Nacional" que le concedió la libertad provisional, ha podido retomar su trabajo y su vida. Ahora, debe esperar a que el tribunal determiné cuál será su futuro. 

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