La cantidad de adolescentes de Barcelona víctimas de violencia emocional, física o sexual por parte de sus compañeros sentimentales aumenta, según datos de la encuesta de Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria (FRESC) de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), que se realiza cada cuatro o cinco años. El sondeo, que ha presentado este martes el Ayuntamiento, señala que en 2021 un 20% afirmó haber sufrido maltratos de su pareja durante los últimos 12 meses, porcentaje que se eleva al 23,43% entre las chicas y que es del 17,2% entre los chicos. Son cifras superiores a las de 2016, cuando fueron del 16,6% en el caso de ellas y del 11,4% en el de ellos.

La directora del Observatorio de la ASPB, Lucía Artazcoz, ha dicho que este incremento puede ser "real" o es posible que se deba a que "antes se normalizaban más" los malos tratos y ahora "se ha incrementado la sensibilidad".

La encuesta, que se hizo a 3.290 alumnos de segundo y cuarto de ESO y de segundo de Bachillerato y de Ciclos Formativos de Grado Medio (CFGM) de febrero a mayo del año pasado (jóvenes de entre 13 y 19 años), muestra, asimismo, que el maltrato es más elevado entre los estudiantes de cuarto de Secundaria (26,3% de chicas y 19% de chicos).

Señala, además, que un 37% de las chicas ha sufrido acoso sexual alguna vez en su vida, por un 5,9% de los chicos, y que este es mayor en los barrios más desfavorecidos socioeconómicamente. Los espacios donde las adolescentes lo padecen más son la calle, los lugares de ocio y las redes sociales.

Un 25% de las alumnas y un 16,7% de los alumnos afirma haber sido víctima de acoso por internet y un 10,6% de ellas reconoce haber usado la red para perjudicar a alguien, por un 15,5% de ellos.

Insatisfechos con su aspecto

En cuanto a la imagen corporal que tienen los adolescentes de sí mismos, casi un 60% está insatisfecho con ella (63,2% de las chicas y 55,3% de los chicos), 11,1 puntos más que en 2016 (44,2%). Esto "puede estar relacionado con los estereotipos sociales y la influencia de las redes sociales", apunta el estudio.

Este refleja también que el aspecto físico es la principal causa de  discriminación en ambos sexos. Un 53% de las adolescentes y un 39% de los adolescentes se han visto desfavorecidos alguna vez por este motivo. Cuatro de cada 10 alumnas se han sentido discriminadas por su género, por uno de cada 10 alumnos.

Más malestar emocional

Crecen, asimismo, los adolescentes que manifiestan malestar emocional. Si en 2016 eran un 23% de las chicas, en 2021 eran el 38,6%, y si entonces eran el 11,3% de los chicos, el año pasado eran el 20,3%. Entre ellas, este malestar es mayor en barrios socioeconómicamente desfavorecidos. La concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados, Gemma Tarafa, ha afirmado que la pandemia y las restricciones que ha comportado pueden explicar, en parte, este aumento.

También ha destacado que a pesar de que empeoran algunos datos respecto a 2016, la mayoría de estudiantes considera que su salud es excelente o muy buena y un 75% dice tener unas relaciones familiares y escolares buenas o muy buenas.

Juego problemático y drogas

La encuesta analiza por primera vez el juego con dinero en el alumnado adolescente y apunta que un 6% de los chicos realiza un "posible juego problemático", que le lleva a mentir para seguir practicándolo o a apostar cada vez mayores cantidades. Este porcentaje es solo del 1,1% entre las chicas.

En cuanto al uso de sustancias adictivas, en general el consumo diario de tabaco continúa su tendencia decreciente. Igualmente, se ha reducido el de cannabis en ambos sexos, sobre todo entre los chicos. En cuanto al alcohol, baja el consumo intensivo, especialmente del alumnado de 17 a 19 años. 

Medio ambiente

La encuesta también refleja que el 73% de los adolescentes está preocupado por el cambio climático, el 83% considera que sus consecuencias tienen un efecto negativo en nuestras vidas y el 70%, que sus acciones individuales pueden ayudar a hacer un mundo mejor para las futuras generaciones.

El 42% del alumnado percibe mucho ruido en el trayecto entre su casa y su centro educativo, una percepción que es mayor en los barrios de nivel socioeconómico favorecido. 

Un 45% opina que hay poca vegetación en el camino hacia el lugar donde estudia y un 32%, que hay mucho de tráfico.