Científicos que dejan su trabajo por la lucha contra el cambio climático: "Nos estamos jugando nuestro futuro"

Víctor de Santos y Elena González dejaron su trabajo para dedicarse plenamente a la lucha contra el cambio climático.
Víctor de Santos y Elena González dejaron su trabajo para dedicarse plenamente a la lucha contra el cambio climático.
Extinction Rebellion Spain / 20minutos
Víctor de Santos y Elena González dejaron su trabajo para dedicarse plenamente a la lucha contra el cambio climático.

Víctor de Santos es ambientólogo. Trabajaba en el sector renovable, facilitando el despliegue de estas fuentes de energía limpia hasta que este febrero decidió dar un giro de 180 grados a su vida. Dimitió en su trabajo de un día para otro y se sumó a la bautizada como "rebelión científica", un movimiento que alienta a otros científicos y académicos a sumarse a la lucha contra el cambio climático. 

"Esta decisión, que no es nada fácil, la he tomado ahora, pero llevaba un tiempo pensándola", reconoce de Santos a 20minutos. Le ayudó ver que no era el único en tomar esa decisión, sino que otros científicos también habían optado por renunciar a su empleo antes incluso que él. El objetivo es que muchos más se sumen. No necesariamente dimitiendo de su trabajo, sino alzando la voz ante la crisis climática. Esta iniciativa tendrá su culmen en la primera semana de abril, cuando están convocadas manifestaciones en una veintena de países para exigir la movilización científica y académica, también con huelgas y encierros en lugares como centros de investigación.

El ambientólogo llegó a un punto en el que vio que era incompatible mantener un trabajo de ocho horas al día con ser coherente con el tiempo que creía necesario dedicar contra la emergencia climática. "No tiene sentido tener un trabajo estable cuando nos estamos jugando nuestro futuro y nuestra vida", explica. Él ya llevaba participando en el activismo climático -en 'Extinction Rebellion' de Madrid- desde el verano de 2020. Pero fue a medida que pasaba el tiempo, que se iba informando más, involucrando en mayor medida, cuando decidió aportar su granito de arena para este cambio social. "Al final esto es algo voluntario", incide, reconociendo la "suerte" y el "privilegio" de poder hacerlo "tirando de ahorros".

"Si tuviese un trabajo precario no podría haber tomado esta decisión, que además lo hago desde el privilegio de tener los conocimientos de haber viajado y de estar en un sector en el que encontraré trabajo en el futuro si necesito comer", afirma. 

Según cuenta, sí se llegó a replantear posibles formas de aportar a la causa sin tener que abandonar su trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que se dedicaba al sector de las energías renovables. "Pero también cuando estudias cómo han afectado los cambios sociales a través de la historia te das cuenta de que al final se consiguieron a través de la desobediencia civil y la lucha en las calles", subraya. De Santos cree que una situación de "máxima urgencia" requiere de grandes compromisos. "Nos estamos jugando nuestro futuro, nuestras vidas y las de las próximas generaciones. Necesitamos un cambio radical, y eso se consigue mediante la desobediencia civil no violenta", asegura. 

Además, señala que "el despliegue de las renovables también tiene muchas consecuencias detrás". Entonces, añade, "parte del mismo problema", pues sustituye el consumo energético por energías renovables, en vez de abogar por una reducción directa del consumo. Cuenta el ambientólogo que gran parte de esa conciencia procede de su lugar de origen, un pueblo de Segovia en el que, por su ruralidad, la gente está "más conectada" al campo" y percibe en mayor medida el impacto del cambio climático o las sequías.

"Mi sueño era descubrir vida en otros planetas"

Ahora bien, ¿por qué consideran tan crucial que se involucre la comunidad científica? "Tiene ese deber moral de tomar partida en esta lucha, porque son todos los grandes investigadores que llevan décadas investigando sobre la crisis climática y sobre todo para que la sociedad en general se dé cuenta de que es algo realmente grave", asevera. Además, concluye De Santos, "si quien tiene el conocimiento no se moviliza, no podemos pedir a la sociedad que lo haga".

En esto último coincide Elena González, compañera de Víctor en el movimiento social y otra de las científicas que también tomó la decisión de dedicarse a tiempo completo a la lucha contra el cambio climático. González se doctoró en astrofísica, y confiesa que renunciar a ese camino para ella fue "muy difícil", ya que ser astrónoma era el "sueño" de su vida. "Pero me he dado cuenta de que posiblemente el trabajo que estoy haciendo no sobreviva a las próximas décadas, pues el colapso climático es el fin de gran parte de la vida como la conocemos", lamenta. 

"Fui a una charla y me enteré de la gravedad de la crisis climática. Me causó mucha angustia y ansiedad"

Según relata a 20minutos, los primeros pensamientos de cambiar de rumbo le vinieron a la cabeza cuando estaba terminando la tesis en Inglaterra. "Fui a una charla y me enteré de la gravedad de la crisis climática. Me causó mucha angustia, ansiedad e incluso me daban ataques de pánico por la noche y muchas veces no podía ni dormir", cuenta. 

Al final, González zanjó su decisión: sí que iba a dedicarse a la lucha al cambio climático, pero habiendo terminado su tesis, ya que considera que el poder decir que es doctora genera mucho más impacto. "Yo abandoné todos mis sueños, porque desde que era pequeña siempre quise ser astrónoma, y mi sueño era descubrir vida en otros planetas. Pero me he dado cuenta de que todo el trabajo que iba a hacer y había hecho, se iba a perder. Fue muy duro, pero no queda otro remedio". Así, justo después de terminar su tesis a finales de 2021 y convertirse en doctorada en astrofísica, volvió a España para integrarse en esa "revolución científica" durante el tiempo que pueda permitírselo. 

"A nosotros no nos pueden descartar como un grupo de hippies, como siempre se ha tachado al movimiento climático"

"Mi padre es geólogo y tiene una carrera científica muy larga y él siempre ha querido que yo me dedicase a la ciencia, por lo que no le hizo mucha gracia que no quisiese seguir. Pero conforme le he ido pasando artículos lo ha ido aceptando y entendiendo más, y de hecho el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) no dejaba lugar a dudas", explica. 

El suyo, como el de Víctor, no es más que otro grito de desesperación que se une al clamor de un número cada vez mayor de personas que deciden plantarse ante la inacción. Acuden ahora a los científicos con la esperanza de que una denuncia procedente de alguien experto otorgue más legitimidad a la alerta sobre la emergencia climática. "No nos pueden descartar como un grupo de hippies, como siempre se ha despreciado al movimiento climático, y pensamos que los científicos, por nuestro conocimiento y por nuestros estudios, igual podemos entender mucho mejor los análisis científicos que alomejor otras personas. Tenemos una responsabilidad mayor", concluye González.

El último informe del IPCC, que fue filtrado precisamente por los movimientos Scientist Rebellion y Extinction Rebellion España, advierte sobre el preocupante aumento de los efectos del cambio climático en todas las regiones del planeta. Los expertos calculan que la Tierra podrá llegar a calentarse más de 4 grados en la segunda mitad de este siglo si se mantienen los nieves actuales de CO2

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