Será justo dentro de una semana, el día 23 de marzo. En mitad por la polémica decisión de Reino Unido, autorizan su extradición a Estados Unidos, el periodista y activista Julian Assange va a casarse. Y además su boda será un tanto caótica, como ha sido su vida desde que decidiese fundar Wikileaks y revelar secretos gubernamentales.

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Para empezar, tendrá lugar en la cárcel en la que se encuentra, la prisión de Belmarsh, al sur de Londres, y lo hará con muy poco tiempo para poder prepararla, dado que quien ha confirmado esa fecha ha sido su prometida, Stella Moris. A través de su cuenta de Twitter ha comentado junto con una fotografía de ellos bajo un arcoíris que Belmarsh había "programado" su boda para "el miércoles 23 a las 13.00h".

Aún hay más, puesto que, tal y como ha informado el Daily Mail, Julian Assange, que en julio cumplirá 51 años, va a honrar "sus raíces escocesas" durante la ceremonia e irá vestido con una falda escocesa (un kilt) confeccionada por la ilustre diseñadora británica -y amiga suya- Vivienne Westwood y que ha hecho en especial para esta ocasión, así como también ha diseñado el vestido de novia, que será de corte clásico. Además, el periódico da por hecho que la ceremonia será por lo civil, aunque agrega que después habrá un breve responso católico.

Como no podía ser de otra forma dadas las circunstancias, asegura el medio que uno de cada cuatro invitados serán los propios guardias de la cárcel de máxima seguridad en la que Assange se encuentra desde hace casi tres años. The Guardian, sin embargo, reduce aún más la cifra y asegura que solo habrá cuatro invitados: dos guardias y los dos hijos de la pareja, Gabriel y Max, de 4 y 3 años respectivamente.

La pareja lleva comprometida desde el exilio de siete años que el periodista vivió en la Embajada de Ecuador en Londres. Moris, de 38 años, ha indicado que "obviamente" están "muy emocionados, a pesar de que las circunstancias son muy restrictivas" dado que "sigue habiendo interferencias injustificadas" en sus planes de boda, no dejándoles siquiera que haya un fotógrafo que inmortalice el momento.

La propia Morris ha agradecido todos los mensajes de cariño y dándoles la enhorabuena aprovechando para hacer, como no ha dejado de hacer desde hace varios años, campaña por la libertad de su prometido. "¡Muchas gracias por todos vuestros buenos deseos! Sería muy útil que hiciéramos una lluvia de ideas colectiva para encontrar alguna forma creativa de que aquellas personas que quieran sumarse a la celebración de nuestro matrimonio ayuden a la libertad de Julian", ha finalizado