Lo peor de la calima llega hoy: el polvo sahariano dejará una "lluvia de sangre" con niveles perjudiciales para la salud

Coches cubiertos de barro por la calima
Coches cubiertos de barro por la calima
Juan Martínez
Coches cubiertos de barro por la calima
Según la predicción de Meteored, lo peor de la calima está por llegar. La mayor concentración de polvo en suspensión sobre grandes zonas de la Península será este martes por la tarde.
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La borrasca Celia, que entró este pasado domingo por el suroeste y se mantendrá en la Península en su desplazamiento hacia el este, ha dejado este lunes una excepcional presencia de polvo del Sáhara en suspensión en casi toda la península, aunque el fenómeno se ha dejado notar más en varias zonas del Levante. 

La conocida como calima, que no se producía con esta intensidad desde hace varias décadas, ha dotado de un aspecto extraterrestre a estas zonas y ha dejado impactantes imágenes. Esta mañana, de hecho, millones de coches han amanecidos llenos de barros en las zonas donde ese polvo en suspensión se ha mezclado con el agua de la lluvia. 

Pero lo peor de este fenómeno está por llegar. Según la predicción de Meteored, la mayor concentración de polvo en suspensión sobre grandes zonas de la Península se producirá este martes por la tarde. 

Normalmente a partir de 40 µg/m³ se considera que la cantidad de polvo en suspensión empieza a condicionar negativamente la calidad del aire y, por tanto, es perjudicial para la salud. Los principales síntomas están vinculados a problemas respiratorios e irritación de las mucosas: tos, obstrucción nasal y picor en los ojos. Si el fenómeno es persistente, pueden producirse broncoespasmos, dolor torácico y asma, sobre todo en personas con alergias o patologías.

Esta tarde, las concentraciones de polvo en suspensión podrían incluso superar los 300 µg/m³ en las zonas más afectadas, por lo que se recomienda evitar actividades prolongadas al aire libre que no sean necesarias.

La nube se irá propagando por todo el territorio peninsular y no se espera que la calima abandone el territorio peninsular hasta este jueves, cuando el viento tendrá una componente norte más marcada.

Durante la noche, la calima cayó sobre Madrid en forma de lluvia de barro. Así han amanecido las calles de la capital.

¿Qué es la calima?

La calima es la suspensión en la atmósfera de partículas sólidas no acuosas extremadamente pequeñas, invisibles al ojo humano, pero lo suficientemente numerosas como para darle al cielo una apariencia opalescente, según explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El rango de tamaño de estas partículas abarca desde unidades inferiores a las micras hasta decenas de micras y el origen es muy variado: puede proceder del suelo, de humos de incendios forestales, de emisiones industriales, de espráis salinos, de erupciones volcánicas e incluso estar compuesto por materia orgánica, como bacterias, pólenes, pelos de animales... Cuando el origen es principalmente una tormenta de polvo o arena, se habla de "calima de polvo" o "polvo en suspensión".

El término calima se usa cuando coinciden una visibilidad reducida y una humedad relativa menor del 70%. El grado de humedad es lo que la diferencia de la bruma, que está formada principalmente por gotitas de agua. En Canarias y la Península, los episodios de calima suelen deberse a intrusiones de polvo sahariano, como es el caso.

Dos tipos de calima

En función del origen de las partículas, existen dos clases de calima, tal y como explica eltiempo.es. El tipo A se conoce como 'natural' y se forma a partir del transporte de arena, sales del agua (sodio) u otros elementos presentes en el ambiente. El B son los denominados eventos especiales, cuyo origen reside en la contaminación o en los incendios forestales y cuya respiración es especialmente peligrosa para la salud.

Lo sucedido este pasado lunes en el litoral mediterráneo es un claro ejemplo del tipo A, que se da también con frecuencia en Canarias cuando los vientos de componente este arrastran polvo del desierto del Sáhara hasta el archipiélago. Un ejemplo de la clase B es el que se produce en invierno y con condiciones de gran estabilidad atmosférica en grandes urbes, como Madrid. En este segundo caso, la falta de viento y precipitaciones y la inversión térmica favorecen un estancamiento de los contaminantes sobre las ciudades y disminuyen la visibilidad y la calidad del aire.

Así afecta la calima en más comunidades de España:

Precipitación y calidad del aire

Cuando hay calima de tipo A y se producen precipitaciones, ocurre un fenómeno conocido como 'lluvia de barro' o 'lluvia de sangre', cuando las gotas de agua arrastran las partículas de polvo en suspensión y las depositan sobre el suelo y los objetos. Algo que podría suceder este martes por la previsión de lluvias. Si es de tipo B, puede dar lugar a la 'lluvia ácida', que es perjudicial para el medio ambiente.

En cuanto a su efecto sobre la calidad del aire, la calima suele empeorarla, especialmente el índice PM10 -partículas dispersas en la atmósfera con diámetro inferior a 10 µm-, detalla eltiempo.es. En España, en algunos episodios ha llegado a superarse 40 veces el valor máximo recomendado.

La calima puede tener también consecuencias negativas sobre la salud. Los principales síntomas están vinculados a problemas respiratorios e irritación de las mucosas: tos, obstrucción nasal y picor en los ojos. Si el fenómeno es persistente, pueden producirse broncoespasmos, dolor torácico y asma, sobre todo en personas con alergias o patologías.

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