La violencia de género, detrás del 78% de las desapariciones criminales en Cataluña

Agentes de los Mossos d'Esquadra en un vehículo.
Agentes de los Mossos d'Esquadra en un vehículo.
MOSSOS D'ESQUADRA
Agentes de los Mossos d'Esquadra en un vehículo.

El jefe de la Unidad Central de Personas Desaparecidas de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra, el sargento Pere Sánchez, ha afirmado que un 78% de los casos de desaparición de ámbito criminal en Cataluña están relacionados con situaciones previas de violencia de género: "Es una realidad, una desgraciada realidad".

Lo ha explicado en una entrevista de Europa Press con motivo del Día de las Personas Desparecidas Sin Causa Aparente, que se celebra este 9 de marzo, junto a la jefa de la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desparecidas, la cabo Laura Villanueva.

Sánchez ha detallado que en Cataluña cada año hay uno o dos casos de desapariciones de ámbito criminal -en las que se intuyen indicios criminales- aunque "hay mucha cifra negra de casos" que quizá no se han denunciado.

Ha explicado que, aunque pasen años sin resolverse una desaparición sin causa aparente, "la investigación no se cierra nunca" y se siguen verificando declaraciones y buscando nuevos indicios.

Sin embargo, si la persona desparecida es menor de 65 años, se le declara la muerte a los 10 años de la desaparición, mientras que si es mayor de 65 años, se le declara muerto tras cinco años.

Primeras horas clave

Villanueva ha dicho que las desapariciones son "multicausales y complejas" y ha subrayado el papel de la Oficina de Atención a las Familias, que permanece en contacto con asociaciones de desaparecidos, con la Secretaría General del Estado y con los mossos que llevan las investigación, además de acompañar e informar a la familia de todos los avances.

"Las primeras horas de una desaparición son cruciales, y se tiene que derribar el mito de que se tiene que esperar 48 horas para denunciar. En el momento en el que se sabe que en las rutinas diarias de esta persona esto no es normal, se tiene que poner una denuncia", ha manifestado Villanueva.

También ha explicado que si una persona no quiere ser encontrada tiene derecho a su intimidad y a desaparecer, y que si una vez encontrada, la persona no quiere que se avise a la familia, se intenta hablar con él o ella "para al menos decir a la familia que está bien".

El papel de los medios

Otra de las labores de la oficina es orientar a las familias sobre la conveniencia o no de difundir una desaparición a través de los medios de comunicación, aunque Villanueva ha dicho que muchas familias tratan de "agarrarse a cualquier información que les lleve al hallazgo de su familiar desaparecido", por lo que muchas también contactan con videntes y detectives.

"Cuando es un desaparecido con Alzheimer sí que interesa que se haga difusión, porque es vital y así se localizará a la persona de forma rápida. En otras desapariciones tenemos que proteger a las familias, porque quizás perjudica a su estado de ánimo o se perjudica a las investigaciones policiales", ha afirmado.

Detectives privados

La detective privada de detectives Oliver, Alexandra Oliver, ha explicado en una entrevista de Europa Press que su sector trabaja con desapariciones voluntarias, ya que en las desapariciones del otro tipo "las fuerzas de seguridad del Estado tienen competencias exclusivas en materia de delitos proseguibles de oficio".

Ha explicado que por sus oficinas pasan unas 60 desapariciones al año, y que la mayoría de las investigaciones se solucionan "de forma óptima", en un proceso que se trata que no sobrepase los 60 días y en el que se mantiene el contacto permanente con las familias.

Asimismo, la detective ha explicado que ayudan a la policía cuando la desaparición tiene matices criminales y aportan "información valiosa y ratificada en sede judicial" a los magistrados o policías que llevan el caso, aunque operan por su cuenta.

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