"No podía parar de absorber la ternura de sus labios, que eran gruesos y jugosos"

  • "Hacía años que no sentía este tipo de felicidad".
  • ¿Cómo envío mi rollete de verano?
  • Vota si crees que esta historia es verdadera

Estaba estudiando inglés en Irlanda, había llegado apenas dos semanas antes. Un chico de la academia enloquecía mis sueños por las noches, lo que hizo, junto a largos meses de discusiones, que me quedara soltera de nuevo. Relax mental... Ya había salido alguna vez a tomar pintas en el típico pub irlandés con mis nuevos amigos, pero esa noche fue especial. Caminando de pub en pub, nos quedamos solos. Yo tenía que ir a cambiarme porque me iba al aeropuerto a recoger unos amigos y le dije que no me podía entretener más... Mi sorpresa fue que se invitara a acompañarme. Acepté.

De camino al hostal, aún con la cerveza removiéndose en mi hígado, le expliqué que había cortado con la pareja gracias a un sueño detrás de otro, en dónde él y yo, sólo él y yo, éramos los protagonistas. Nunca había sido tan sincera y descarada a la vez, pero quedaban pocos días para mi partida hacia España, y necesitaba explicárselo. En la parada del autobús nos besamos. Interminablemente. Pasó un bus, y otro, y otro... no podía parar de absorber la ternura de sus labios gruesos y jugosos, de mirar sus ojos verdes, su enorme y dulce sonrisa, acariciar su melena de seda... "My honey, my sweet honey"...

Llegué tarde al aeropuerto con cualquier excusa. Hacía años que no sentía este tipo de felicidad, y no me importaba arriesgarme más, era libre y podía hacer lo que quisiera... Estuve con mis amigos dos impresionantes días, con los que disfruté cada hora y cada minuto que pasaba. Esa misma noche, volví a quedar con mi "green eyes". Qué ganas, qué emoción, ¡qué locura!

Nos entretuvimos durante horas sentados en una terraza de un pub, charlando de sexo, de experiencias pasadas, de la familia, del amor, de la vida. Me moría de ganas de que lo dijera, me moría de ganas de escucharlo... "Vuoi venire alla mia stanza?". Oh, sí. ¡Claro que sí! Sin saber cómo, sin ropas, sin complejos, nos teníamos el uno al otro, derrochando dulzura y besos por todo el cuerpo, tan cerca... Parecía uno de los sueños que había soñado, sólo que esta vez estaba despierta y vibrando de emoción. Jamás olvidaré a ése hombre ni sus palabras... "I never forget you".

  • Vota si crees que esta historia es verdadera
Mostrar comentarios

Códigos Descuento