Las peticiones imposibles de Putin para llegar a un alto el fuego: "Ningún Estado soberano las firmaría"

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, este jueves.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante una reunión.
EFE
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, este jueves.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante una reunión.
EFE

Rusia quiere que Ucrania quede subordinada a Moscú, casi abandonada a su suerte. Kiev, por su parte, quiere que el Kremlin saque sus manos del país que ha invadido y que ahora está sumido en una guerra que no se vivía en Europa desde hace ochenta años. Vladimir Putin pone condiciones para un alto el fuego, y son solamente tres: la neutralidad ucraniana, el reconocimiento de Crimea como rusa y que también se reconozca la independencia del Donbás. Volodímir Zelenski no pasa por el aro. Pero, ¿son viables las pretensiones de Moscú?

Pablo del Amo, analista de Descifrando la Guerra, y Álvaro de Argüelles, analista del UN Democracy Fund, analizan para 20minutos en qué punto se encuentra cada una de las partes y cómo de factible es un acuerdo a corto plazo que permita, al menos, un cese temporal de un conflicto que sigue cobrándose vidas mientras las negociaciones parecen estancadas.

"No son demasiado realistas porque las dos partes están en posiciones muy maximalistas", considera Del Amo, quien apunta además que lo que pide Rusia "no las firmaría ningún Estado soberano". Lo que pide Moscú "son tres cuestiones muy importantes", refiriéndose a que Ucrania no se sume a la OTAN cuando habla de neutralidad. "Y por otra parte lo que pide Ucrania tampoco se va a dar porque Rusia no está perdiendo la guerra", sino que "sigue avanzando, aunque sea poco a poco".

Para el analista, "un alto al fuego es prácticamente imposible" y resume la situación de forma muy simple: "Estamos en stand by" en cuanto a las conversaciones se refiere. Del Amo tampoco tiene claro que Ucrania acabe asumiendo su neutralidad en el caso de que el conflicto se alargue. "No lo tengo muy claro porque, para que pase, Moscú tiene que haber dejado muy tocado a Kiev", sostiene, y cuenta también con que la OTAN tendrá algo que decir. La mínima opción de que esto se produzca será, comenta, con otro Gobierno en Ucrania, pero no parece una posibilidad real con Zelenski.

Por su parte, Álvaro de Argüelles apunta que esas condiciones "no sirven para lograr ningún avance diplomático" y considera que la que menos sentido tiene de todas es la que pide a Ucrania que "cese sus acciones militares" porque "no tiene ninguna garantía" frente a una invasión. El experto considera además que la neutralidad y el reconocimiento del Donbás "no aportan nada nuevo" porque "ya lo había pedido Moscú y Kiev lo rechazó aún siendo consciente de la amenaza" que suponía Rusia. "No veo por qué iban a aceptar ahora y más viendo que los acontecimientos se están desarrollando de forma favorable a Ucrania (sin que eso implique que vaya a ganar la guerra", sostiene.

"Me parece especialmente irreal la que tiene que ver con la neutralidad de Ucrania"

"Me parece especialmente irreal la que tiene que ver con la neutralidad de Ucrania", añade, porque, dice, "por mucho que esto quedara escrito el pueblo ucraniano va a quedar marcado y es inviable que se puedan posicionar ya de forma favorable a Rusia". De Argüelles cree que esta "rigidez" de Ucrania en las negociaciones puede tener que ver con que sigue teniendo "el convencimiento de que Moscú apuesta por la guerra total" y de que el objetivo de Putin es "tomar Kiev". En ese escenario, por tanto, el Gobierno de Zelenski no se va a sentar a negociar en los términos que propone el Kremlin.

Un "revisionismo activo" frente a la OTAN

Ya antes de la invasión, la investigadora de Elcano Mira Milosevich explicó a 20minutos que desde los noventa "Rusia ha expresado su descontento" con la Alianza Atlántica. Desde la llegada de Putin al poder la OTAN se ha ampliado cuatro veces y el Kremlin ha pasado "del descontento pasivo al revisionismo activo y a impedir el intento de estos países de ser miembros de la OTAN, e impedirlo a través de conflictos". 

En cuanto a la meta del Kremlin, la analista sostuvo entonces que nace, a nivel macro, de "la ambición de Rusia por ser una gran potencia". En ese escenario, Rusia "no quiere dejar a Ucrania sin que la pueda controlar", y en esto hay una intención dentro de "un proceso de reimperalización". Las cinco peticiones que hace el Kremlin, en definitiva, buscan "un cambio en el orden de seguridad europea". Y eso no ha cambiado con el ataque sobre Ucrania.

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