La menor que dio origen a la denominada Operación Sana ha relatado cómo los cabecillas del grupo la engancharon a la droga y ella se prostituía para conseguirla, de manera normalmente consentida, y ha asegurado, cambiando su versión inicial, que su padre no la prostituía ni sabía que se drogaba.

El Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid ha arrancado este viernes el grueso de las diligencias de este caso con la exploración —declaración de menores— de la primera testigo protegida, la que dio pie a la investigación, en la que fueron arrestadas más de treinta personas, ocho de la cuales están en prisión.

Ha sido en el salón de actos de los juzgados de Plaza de Castilla, y con una fórmula novedosa, según fuentes jurídicas, que aseguran que para algunos letrados era la primera vez asistían a una exploración en la que todos los investigados han estado presentes, en el mismo lugar que la menor, de la que solo les separaban biombos.

La menor estaba en una zona del amplio salón, los investigados que han llegado de la cárcel en otra y los investigados que siguen libres en otra, y en este escenario la menor, que ahora tiene 15 años, ha contestado a las preguntas de las partes.

Se trata de la joven que según la investigación policial ejercía la prostitución con el consentimiento de su padre, que llegó a venderla a uno de los cabecillas de la red, el Kalifa, por dos bolsas de cocaína, algo que el propio joven reconoció.

La Policía Nacional y Municipal de Madrid tuvieron que llevar hasta en cinco ocasiones a esta niña al centro de menores en el que era tutelada por la Comunidad de Madrid.

Ahora la menor tiene 15 años y, según ha relatado ante la jueza, empezó a salir con el Kalifa con 14 años y fue su novia durante un año. Él le empezó a dar drogas, hasta que se habituó y, para conseguirlas, se prostituyó con varios jóvenes en diferentes pisos, algunos de ellos ahora investigados, han informado fuentes jurídicas.

Ha detallado que en el piso de uno de ellos tenía que dar la mitad del dinero para poder quedarse la otra mitad, y que se acostaba con los jóvenes de forma consentida normalmente, salvo una vez que sí pudo sufrir una agresión. Y ha añadido que algunos chicos le gustaban porque tenían músculos y casas grandes.

Ha asegurado, en contra de lo que consta en declaraciones previas, que su padre no sabía que ejercía la prostitución ni que tomase drogas.

El próximo lunes está previsto que se celebren las primeras ruedas de reconocimiento, que seguirán el miércoles, y el viernes se prevé que declare la testigo protegida número dos.

La Operación Sana se llevó a cabo entre el 30 de marzo de 2021 y enero de 2022 con la detención de más de 30 personas y la liberación de diez menores, cinco de las cuales estaban tuteladas por la Comunidad de Madrid. Actualmente, solo ocho de los arrestados están en prisión.