El aterrador viaje de Alonka desde Kiev a Polonia: "Solo se oyen bombas, es muy doloroso dejar aquí a mis padres"

Refugio para ucranianos en Polonia.
Refugio para ucranianos en Polonia.
20minutos
Refugio para ucranianos en Polonia.

Son las 05:00 horas del jueves 24 de febrero, los habitantes de la ciudad de ucraniana de Hostómel --a tan solo 36 km de Kiev-- duermen tranquilamente hasta que una explosión desata un infierno que nadie se espera: "Son aviones, nos están bombardeando", señala Alonka. Esta joven, con cabello largo, negro y ojos grandes llenos de luz, vio como ese día todo iba a cambiar en su vida, y también en el resto del mundo.

Este 24 de febrero de 2022 quedará señalado en los libros de Historia como la fecha en que se quebró la paz en Europa. Tras semanas de amenazas, Ucrania despertaba este día entre bombardeos ordenados por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidido a "invadir" el país vecino con el objetivo de su "desmilitarización y desnazificación".

"Mis padres y yo nos despertamos ese día alrededor de las 05:00 de la mañana debido al bombardeo de los aviones, estaba muy asustada, hablamos con los vecinos y ellas tampoco sabían lo que estaba sucediendo", relata Alonka a 20minutos, mientras hace su maleta, junto a su hermana y su sobrina, para poner rumbo a Polonia.

Desconcertados y sin saber muy bien lo que estaba sucediendo, Alonka y su familia decidieron resguardarse en el sótano. A través de las redes sociales, comenzaron a leer algunas noticias de lo que estaba sucediendo en el país, no se lo podían creer, Putin había ordenado una "operación militar especial" sobre Ucrania. "Nos están invadiendo, es una guerra", fue la primera expresión de esta joven ucraniana.

"Cuando parecía estar todo tranquilo fui a la cocina, y ahí escuché sonidos aterradores. Primero, helicópteros rusos y luego cazas aéreos pegando tiros mientras sobrevolaban nuestra casa en Hostómel. Hubo un verdadero infierno," describe entre lágrimas.

La entrada principal de tropas rusas se ejecutó por el este, en especial a través de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, reconocidas tres días antes como repúblicas independientes por el Kremlin; y desde Crimea, al sur, la península que el presidente ruso ya se anexionó en 2014.

Tras escuchar durante toda esa noche los bombardeos rusos, Alonka y su familia tomaron la decisión de marcharse por la mañana rumbo al oeste de Ucrania, cerca de Leópolis, donde vive su hermana con su sobrino, y donde al parecer todavía "hay calma" en Ucrania.

"El camino fue muy duro, veíamos casas y carreteras destruidas, el puente que dejamos atrás para ir a casa de mi hermana fue destruido a las pocas horas de pasar por allí", cuenta Alonka, mientras confirma que el camino que la ha llevado al oeste del país también ha sido "destruido" por el ejército ruso. "No me puedo creer que esto nos esté pasando", sostiene.

Ataque a la capital

Uno de los principales objetivos de Putin para ganar la guerra es conseguir el control de la capital, Kiev. Aquí se han producido numerosos bombardeos y combates, mientras el ejército ucraniano resiste. "Mis amigos de Kiev se encuentra en estado de shock, cerca de mi distrito los tanques rusos han disparado contra las casas de los civiles", le cuentan a Alonka sus seres queridos más cercanos.

Esta joven asegura que no pueden seguir más tiempo en Ucrania, tienen mucho miedo. Su hermana, su sobrino y ella ponen rumbo a la frontera con Polonia donde se reunirán con otros miles de refugiados que huyen de este infierno bélico. Solo pueden salir del país las mujeres y los niños.

"Mi padre no puede irse de Ucrania, y mi madre lo ama y no se va a separar de él. Por supuesto que no me quiero ir de mi país, pero tengo que trabajar para poder ayudarles económicamente. Es muy doloroso irme y que mis padres se queden aquí, porque no sé si podré volver a verles o no", relata.

Llegada a Polonia... y destino Madrid

La guerra en Ucrania ha llevado ya a más de un millón de civiles a huir de su país, según informó la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Alonka y su familia se unirán a estos miles de refugiados que huyen de este conflicto. Se dirigen a la ciudad polaca de Przemsyl, cuya escuela se ha convertido en un centro de acogida para quienes llegan a la frontera sin prácticamente nada.

Refugio para ucranianos en Polonia.
Refugio para ucranianos en Polonia.
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"Vamos de camino a Polonia, vamos a intentar recuperar energías e ir asumiendo todo lo que está sucediendo", escribe en un mensaje con síntomas de claro agotamiento. Preguntada sobre qué piensan hacer cuando estén seguras, Alonka lo tiene claro, su destino es la capital de España. "Queremos ir a Madrid, mi hermana estuvo viviendo allí un tiempo y me dice que es una ciudad maravillosa y acogedora", se vislumbra un cierto brillo en su voz.

Este conflicto bélico está dejando millones de historias como las de Alonka, personas normales que una noche se fueron a dormir para ir a trabajar al día siguiente y se despertaron en mitad de una guerra, que le has hecho huir de su país por miedo, sin saber si podrán volver, ni siquiera sin saber si su tierra volverá a ser la misma. La historia se repite después de más de 75 años: un solo hombre atemorizando el mundo...

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