Rusia y Ucrania pactan abrir corredores humanitarios de ayuda a los civiles con un posible alto al fuego temporal

Segunda reunión entre Ucrania y Rusia para el alto al fuego.
Segunda reunión entre Ucrania y Rusia para el alto al fuego.
EFE
Segunda reunión entre Ucrania y Rusia para el alto al fuego.
Ucrania y Rusia han acordado este jueves en su segunda reunión en Bielorrusia desde que comenzó la guerra el establecimiento de corredores humanitarios para la evacuación y la entrega de alimentos y medicinas. Es lo que ha anunciado el asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, quien ha lamentado al mismo tiempo que Ucrania "aún no ha conseguido los resultados que necesita". (Fuente: EBS / RIA Novosti / DPA / Ruptly / Presidencia de Ucrania )
Europa Press

Rusia y Ucrania han dejado una ventana para la vía diplomática y de momento sigue entrando luz por ella pese a que el asedio de Moscú sobre las principales ucranianas se agudiza día a día. El Kremlin dice que la invasión irá "hasta el final", pero las partes volvieron a sentarse este jueves a negociar en Bielorrusia y acordaron establecer "corredores humanitarios" mediante un posible alto al fuego temporal, con el fin de que los civiles puedan salir del país. 

El cese temporal de los ataques, en cualquier caso, es condición sine qua non para que se den esas vías humanitarias. Para Iñigo Vila, director de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja, "la situación es muy complicada, porque mientras siga habiendo enfrentamientos, bombardeos y suenen las sirenas la seguridad del personal no está asegurada", según reconoce a esta medio. "Tiene que haber un alto el fuego pactado entre todas las partes para que la ayuda humanitaria se pueda mover de un lado a otro".

"El personal que está allí es el que habla con las partes para que nos permitan hacer esos corredores y que logísticamente nos podamos desplazar de un lado a otro", afirma Vila, que añade que desde Cruz Roja "informan en todo momento a las partes del conflicto para intentar que no haya lo que militarmente llaman 'daños colaterales' y que todo vaya lo mas fluido posible".

Este segundo cónclave se produjo en un momento en el que la ofensiva rusa va en aumento, centrada ya en las grandes ciudades ucranianas y en una jornada de verdadero asedio contra ellas. Así, Jersón está ya en manos rusas, según el Kremlin, y tanto Kiev como Odesa y Járkov se mantienen como los objetivos más inmediatos de las tropas de Putin. La tensión es máxima y el intercambio de mensajes cada vez más intenso.

Rusia quiere controlar el acceso al mar

Con el objetivo de aislar a Ucrania de su acceso al mar, los asedios a varias localidades de la costa han sido intensos en los últimos días. El más importante se ha producido en la ciudad de Jersón, que tiene una situación estratégica en el río Dnieper y desde donde la información sobre el control real de la ciudad era contradictoria hasta ahora. No ha sido hasta este jueves cuando el alcalde de la ciudad, Igor Kolijaiev, ha confirmado las conversaciones con las tropas rusas en el edificio del Ayuntamiento, aunque ha negado que sean negociaciones y se resiste a reconocer que la ciudad esté bajo control de Rusia, algo que sí confirma Moscú.

Otra ciudad del sureste de Ucrania que está bajo un intenso asedio es Mariupol, que pertenece a las regiones separatistas del Donbás, zona en guerra contra el Estado Ucraniano desde 2014. Su alcalde, Vadim Boichenko, ha confirmado que la población ha pasado la noche de este miércoles sin suministro de agua, calefacción y electricidad, debido a los daño que causados por los bombardeos rusos. Este miércoles más de 120 personas resultaron heridas en esta ciudad tras uno de estos ataques. Asimismo, Putin anunció que Rusia pagará 5 millones de rublos (unos 40.000 euros) a las familias de los soldados rusos fallecidos y tres millones de rublos a aquellos que han resultado heridos durante la invasión. Mientras tanto, Odesa (en el otro extremo de la costa ucraniana del mar Negro) se prepara para una invasión de la ciudad al haber tomado posición varios buques frente a sus playas. 

Occidente ya habla de nuevas sanciones contra Rusia ante las nulas cesiones del Kremlin, el presidente francés Emmanuel Macron volvió a hablar tanto con Putin como con Zelenski para pedirle una desescalada al primero y darle su apoyo al segundo. En cambio, el Kremlin no recoge el guante del Elíseo y Putin avisó de que el intento de "ganar tiempo" por la vía diplomática solo hará que "aumenten" las peticiones de Moscú en materia de seguridad. Los grandes reclamos de Putin siguen siendo "la desmilitarización" de Ucrania y su "neutralidad" respecto a la OTAN.

Putin no es para nada conciliador y le reiteró a Macron que su ofensiva "se recrudecerá" y se alargará durante días. Rusia reitera que la invasión "va según lo previsto" e insiste en que la guerra "irá hasta el final", aunque más allá de discursos sigue sin quedar realmente claro cuáles son los objetivos que se ha marcado el Gobierno ruso. Ante eso, Macron consideró que "lo peor para Ucrania todavía está por llegar". Además, Moscú ha avisado a los ciudadanos rusos de que dejen de participar en las protestas contra la ofensiva porque, dicen, "puede conllevar responsabilidad penal". La cifra de detenidos asciende ya a más de 7.000 personas.

"Nunca renunciaré a mi convicción de que los rusos y los ucranios son un solo pueblo, incluso a pesar de que algunos de los habitantes de Ucrania fueron intimidados, muchos fueron engañados por la propaganda nacionalista", expresó el presidente ruso en otra rotunda alocución.

"Estoy dispuesto a hablar de todos los asuntos, sobre Ucrania, sobre los idiomas y el Donbás"

Una figura que se va engrandeciendo con el paso de los días es la del propio Zelenski, que este jueves compareció exhausto ante los medios de comunicación e hizo una petición a Putin: quiere resolver el conflicto directamente con él. Cara a cara. "Es la única forma de detener la guerra. Estoy dispuesto a hablar de todos los asuntos, sobre Ucrania, sobre los idiomas y el Donbás; sobre en qué nos parecemos, en qué nos diferenciamos", pidió el presidente ucraniano, ataviado con su ya representativa camiseta verde y con la bandera de fondo. Y miró directamente a su homólogo ruso: "Siéntate conmigo. Pero no a treinta metros como con Macron".

La guerra golpea muy duramente a una población que solo busca una salida. Así, en escasos siete días han escapado de Ucrania más de un millón de personas (de las cuales un 40% son niños, según Save The Children), y ante esa situación la UE alcanzó un acuerdo para activar la directiva de protección internacional. ACNUR estima que podrían ser más de cuatro millones de refugiados los que lleguen a otros países europeos de la región y un total de 10 millones los ciudadanos que tengan que "huir de sus casas". De confirmarse este pronostico, estaríamos hablando del mayor éxodo de refugiados en Europa desde hace 75 años.

"Amenaza real de una guerra nuclear"

Asimismo, la Rada Suprema, el Parlamento ucraniano, avaló eximir de responsabilidad judicial a todos aquellos civiles que hagan uso de armas de fuego para repeler la invasión rusa. Quedó aprobada de esta forma la Ley para Garantizar la Participación de Civiles en la Defensa de Ucrania, que permite el uso de armas de fuego por parte de civiles. Esa legislación también libera a los militares, algo que ya resultaba evidente.

Por su parte, el periodista ruso Dmitri Murátov, premio Nobel de la Paz 2021, pidió este jueves "un alto el fuego incondicional y una tregua" y afirmó que "existe la amenaza real de una guerra nuclear" a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Así lo que quiso dejar claro Murátov durante una comparecencia por videoconferencia en la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. "Todo esto parece una pesadilla, pero no excluyo la posibilidad de que en un momento dado, se vean tentados a pulsar el botón rojo", señaló.

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