El doble dilema de Finlandia y Suecia: desprotegidos ante Putin fuera de la OTAN... y amenazados si entran en ella

La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.
La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.
Michael Kappeler / GTRES
La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.

Vladimir Putin buscaba un dominio ruso sin paliativos. Con la invasión de Ucrania quiere certificar el liderazgo absoluto de Moscú como potencia mundial, pero lo que parece estar consiguiendo es el refuerzo de un mundo bipolar. Occidente de un lado; el Kremlin del otro. Y en ese dibujo no hay ya casi espacio para la neutralidad. "Recordaremos a quienes, en este momento solemne, no estén a nuestro lado", dijo Josep Borrell ante el Parlamento Europeo. Claros ejemplos de cómo cada país se tiene que adaptar al nuevo panorama son Finlandia y Suecia, ambos países amenazados directamente por Rusia con "consecuencias militares" si se acercan a la OTAN.

Jerónimo Maíllo, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad CEU San Pablo, y Astrid Portero, del European Council of Foreign Relations (ECFR), analizan para 20minutos cómo pueden afectar de los giros dados por ambos países al escenario internacional y sobre todo a qué se debe realmente el cambio de estrategia, motivado por los movimientos de Putin pero que puede estar envuelto con otras cuestiones,

Para empezar por Helsinki hay que recurrir a un término que ahora ha vuelto a asomar la cabeza con respecto a Ucrania: la 'finlandización'. Esto es, la posición de neutralidad que eligió Finlandia durante la Guerra Fría. Se mantuvo sin elegir bando entre la URSS y Estados Unidos. Y es que el país ahora mismo no forma parte de la OTAN, aunque sí de la Unión Europea, y el acceso a la Alianza Atlántica era una cuestión que estaba completamente congelada tanto a nivel político como ciudadano. Con Suecia la situación es similar, pues tampoco es un Estado miembro de la OTAN (y como Finlandia es un elemento que se está replanteando). Ambos, además, participan activamente en el envío de armas a Ucrania a través de la UE.

Y es que todo el escenario ha cambiado con la guerra en Ucrania. "Es un antes y un después", comenta Maíllo, quien al mismo tiempo apunta que si bien Finlandia y Suecia "no son miembros" de la Alianza, "sí han estado siempre en su órbita", sobre todo al ser Estados miembros de la UE. "Ya su entrada en la Unión se entendió también precisamente desde el punto de vista de un acercamiento a la OTAN", añade. En el caso de Helsinki, por ejemplo, las últimas encuestas ya dan una mayoría a favor de la entrada en la Alianza.

"Es una cuestión que hay que entender desde el punto de vista político y ciudadano, y tenemos que ver que la opinión pública en ambos países parece haber cambiado", sostiene el catedrático, que además considera que este giro "se va a sostener en el tiempo" porque, considera, "las relaciones con Rusia ya no van a ser igual". Eso sí, Maíllo añade un matiz: "Ahora mismo ambos países cuentan con gobiernos socialdemócratas, cuyos partidos han sido tradicionalmente contrarios a acceder a la OTAN". Pero al mismo tiempo reconoce que son Estados con "cultura del consenso político", sobre todo en asuntos tan relevantes. "Los partidos conservadores sí están a favor de ser parte de la Alianza", así que un cambio en el Ejecutivo -Suecia celebrará elecciones en septiembre- podría reforzar el cambio de estrategia.

"Es una cuestión que hay que entender desde el punto de vista político y ciudadano"

Por su parte, Portero explica que en el caso particular de Finlandia "el debate nunca ha existido" pero dado el panorama ya se ha puesto sobre la mesa "e incluso se han recogido las firmas necesarias para llevarlo al Parlamento". Pero la pertenencia a la OTAN es, en todo caso, una opción "a largo plazo para el país", porque "no hay un consenso" sobre entrar en la Alianza. La experta explica que todavía hay muchos partidos "anti OTAN" y que ahora mismo si se votara "el resultado sería un no".

Sí reconoce Portero que no es una cuestión que vaya a desaparecer aunque el conflicto en Ucrania se calme. "El debate ha llegado para quedarse" en Finlandia, sobre todo porque ha habido un cambio de discurso: se ha pasado no querer "molestar al vecino" a ver peligrar su seguridad. Y así lo ha ido dejando entrever el presidente del país, Sauli Niinistö, un acercamiento hacia la OTAN porque, dijo, "las circunstancias de seguridad están cambiado muy rápido". De todos modos, la primera ministra, Sanna Marin, ha repetido que el paso hacia la Alianza Atlántica no será ni mucho menos inmediato.

Otro caso relevante en torno a la OTAN es el de Moldavia, que además acaba de pedir formalmente ser país candidato para acceder a la UE. También hace frontera con Ucrania y muchos expertos consideran que podría ser el próximo paso de Putin si cumple sus objetivos con Kiev. Además, está previsto que sea uno de los países que reciban un mayor volumen de refugiados ucranianos, para lo que ya ha pedido apoyo a Bruselas. Igual que Suecia y Finlandia tampoco forma parte de la OTAN, y de la misma manera que Helsinki y Estocolmo, Chisinau también se podría replantear ese asunto. 

De hecho, desde la OTAN creen que tanto Moldavia como Bosnia están en la agenda del Kremlin como próximos 'proyectos de invasión' y el secretario general, Jens Stoltenberg, fue muy claro al respecto: "Los riesgos de esos países han aumentado por eso tenemos que aumentar nuestro apoyo". Rusia quiso dividir a Occidente y parece que va camino de unirlo en torno a la Alianza Atlántica.

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