Enrique Ponce lleva meses alejado del mundanal ruido. Algunos creen que huyó de las redes sociales porque sucumbió a las peticiones o exigencias de palomas mensajeras cargadas de rencores, pero otros insisten en que la decisión del diestro solo esconde el afán de vivir la relación con Ana Soria sin esa sobreexposición innecesaria a la que condenan las redes. Ponce está tranquilo y aunque se muestra esquivo ante las preguntas de los periodistas, agradece cualquier gesto de cariño. En esta nueva etapa no ha perdido la galantería ni sus maneras educadas. Es consciente del interés que genera su vida y, por supuesto, las ganas que los taurinos tienen por verle de nuevo en la plaza.

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20minutos ha podido saber que el valenciano está preparando, con calma, una gira que le permitirá torear nuevamente en las plazas importantes, aquellas que han tenido especial relevancia en su amplia y reconocida trayectoria. Ponce quiere dar una última vuelta al ruedo para despedirse de una vida entera vistiendo traje de luces y haciendo disfrutar a la afición. Todo sucederá en el momento oportuno.

Sin prisa pero sin pausa es el mantra que parece repetir en este momento de su vida en el que las decisiones son tomadas con una visión más amplia y a largo plazo. Si bien es cierto que Enrique alquila la finca La Cetrina para eventos de diversa índole, su intención real pasa por venderla. No le quita el sueño, pero si alguien ofrece por la propiedad el dinero que pide, no dudará en realizar la transacción. Afincado en Almería, tiene poco sentido seguir haciendo frente a los elevados gastos mensuales de mantenimiento.