Juanra Bonet, sobre '¿Quién quiere ser millonario?': "Te sientas en la silla del concursante y empiezas a dudar de todo"

Ensayos del concurso '¿Quién quiere ser millonario?', con Juanra Bonet.
Ensayos del concurso '¿Quién quiere ser millonario?', con Juanra Bonet.
Jorge Paris
Ensayos del concurso '¿Quién quiere ser millonario?', con Juanra Bonet.
​Juanra Bonet repite como presentador del formato de Antena 3.

Se estrenó por primera vez en la televisión inglesa ITV en 1998 y conquistó medio mundo. Casi 25 años después ¿Quién quiere ser millonario? sigue poniendo en vilo a espectadores de todo el planeta. También en España, donde en su última temporada consiguió una media de más de 2,1 millones de espectadores. Juanra Bonet vuelve a ponerse al frente de este concurso de Antena 3 que premia 15 respuestas correctas con un millón de euros. 

¿Qué hace que ¿Quién quiere ser millonario? siga teniendo vigencia después de tanto tiempo? Pues es curioso porque yo presento un concurso en el que si fallas te estalla una bomba con miles de colores. Casi una década ha estado ¡Ahora Caigo! En el que si fallabas te caías por una trampilla… se ha ido innovando en concursos, y al final lo básico para que funcione un concurso es la emoción, la tensión y el misterio y es lo que tiene el millonario. Es el concurso más desnudo que existe. No tiene red, si te equivocas te vas, solo tienes una oportunidad, pero eso sí, respondes bien 15 preguntas y te llevas un millón. Dos personas cara a cara con una pantalla. Creo que la gracia es el misterio.

¿Qué reto supone como presentador respecto a otro concurso? Cuando presentas un concurso entre dos equipos o dos concursantes de alguna manera estás arbitrando, pero en el Millonario no, puedes estar con la persona que está jugando e ir a favor y alegrarte cuando gana y eso es muy bonito. Es una liberación, porque cuando hay dos equipos no puedes querer que gane ninguno, solo repartes cartas. Y como no sé nada de las preguntas, que tengo tres cous, soy un indocumentado y por eso estoy en esa silla y no en la otra.

¿Vive la tensión con el concursante? La vivo con él, con ella y además intento adaptarme a lo que necesita. Si veo que esa persona está un poco confusa hago memoria de todo lo que ha dicho y se lo vuelvo a exponer, pero a veces solo necesitan alguien que esté callado, a veces un confesor, a veces alguien que les diga que no se rayen.

¿No es un mito eso de que se juega contra los nervios? No lo es. Aquí juegas contra tí mismo. No contra lo que sabes, sino contra tu capacidad de hacerte dudar.

Después de Boom y El Millonario, ¿ya es un maestro del Trivial? No, en mi tiempo libre no hago concursos (risas). No retengo nada, nada. Cuando estoy en ¡Boom!, estoy pendiente de las cámaras, del protocolo Covid, de cuando estallan las bombas y hay que cortar… estoy a todo menos a las respuestas. En ese aspecto no paro de decepcionar.

¿Cómo es un día de grabación de ¿Quién quiere ser millonario?? Pues si todo el mundo llega a la pregunta 15 y gana un millón de euros se alarga mucho. En un día estándar puede haber seis o siete concursantes, pero aquí no hay límite de tiempo, porque el concursante puede pensar sin límite de tiempo y nadie le va a meter prisa.

¿Veía este concurso de pequeño, se imaginó presentándolo? Eso era inimaginable, una barbaridad. Es como si de repente te dan las llaves del mejor coche de Fórmula 1 del mundo y con el seguro pagado. En esta silla ha habido gente muy grande.

¿Cuánto de su personalidad puede sacar ¿Quién quiere ser millonario?? Aquí lo más importante es el juego. En otros concursos sí puede ser más importante la presentación o las preguntas o la forma de hacerlas, pero aquí el presentador tiene la dificultad de no querer hacer de más, sino ponerse al servicio del programa.

¿Reprime su personalidad bromista? No, qué va, depende de la persona que tenga delante. A lo mejor si estoy más desinhibido el concursante se pone más nervioso o no, o igual ayuda que nos riamos un rato todos. Soy un títere en manos de la persona que juega.

¿Le ha pasado saber alguna de las respuestas y tener que poner cara de póker? Alguna vez ha ocurrido que de chiripa te sabes una y entonces dices ‘ostrás, me la sé’. Y recuerdo perfectamente una ocasión en la que vi una de las preguntas finales, la 14 o la 15 y pensé ‘me la sé’ y luego, ‘o a lo mejor no’, porque es lo que tiene esta silla, que como pienses un poco de más empiezas a dudar. Y luego se resolvió y sí, me la sabía y el concursante se equivocó y se fue.

¿A quién llamaría usted con el comodín del familiar? A un familiar creo que no, que me perdonen, ya hablaremos en Navidad. Me molaría a Javier Cansado, que es una persona súper lista y súper culta.

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