Las líneas 1 y 3 del Metro de Barcelona pronto contarán con 50 nuevos trenes más accesibles, sostenibles y digitales. Los vagones, que se fabrican en la planta de Alstom de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), tendrán pasillos más anchos, barras horizontales para poder agarrarse y pantallas -en lugar del "termómetro" de paradas- que mostrarán más información.

La presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Laia Bonet, ha explicado este lunes, en rueda de prensa tras visitar la planta, que los nuevos trenes comenzarán a funcionar entre finales de mayo -momento en el que llegará la primera unidad a la L3-, y finales de junio -cuando llegará la primera unidad a la L1-. A partir de entonces, la empresa entregará dos trenes al mes para cada línea.

Estos trenes sustituirán a los más antiguos del Metro (las series 2.000, 3.000 y 4.000) y, con ellos, se eliminará la presencia de amianto en el material móvil de la red y se ampliará la flota de la línea 3 con dos convoyes más. Los antiguos trenes que se retiren serán desguazados, ya que el amianto impide que puedan ser reutilizados, aunque sí conservarán un vehículo con motor y dos vagones "como parte del patrimonio" de TMB. 

La incorporación de estos 50 trenes ha supuesto para TMB la compra de material ferroviario más importante de la historia de la empresa, con un importe de 318,85 millones de euros. Con esta compra, ha dicho Bonet, las dos líneas "más frecuentadas" del Metro de Barcelona mejoran su "calidad, fiabilidad, sostenibilidad y comodidad".

Pep Herrero / TMB

Así se construyen los vagones

La planta de Alstom de Santa Perpètua de Mogoda es el lugar en el que se están fabricando estos vagones, desde la construcción de la caja y la aplicación de la pintura hasta la instalación eléctrica y la colocación del mobiliario interior. "Es el proyecto más ilusionante de la fábrica de los últimos años", ha señalado el presidente de Alstom, Leopoldo Maestu.

Judith Calderón

De momento, en la fábrica ya hay cuatro unidades en procesos de validación: una en pruebas de frenada y tracción, dos en proceso de testeo del sistema de señalización y una última lista para para ser entregada en las próximas semanas a TMB y empezar, así, las pruebas de circulación.

Judith Calderón

Los nuevos trenes, señalan desde TMB, se diferenciarán de los antiguos por varios motivos relacionados con el diseño y las prestaciones: facilidad de acceso, iluminación 100% led, ergonomía en el mobiliario interior, nuevos sistemas de información (como las pantallas led que estarán sobre las puertas), cámaras de vigilancia en tiempo real y bajo nivel de ruido, entre otras cosas.

También han insistido en que estos convoyes ganarán en fiabilidad y se evitarán, así, algunas incidencias. En definitiva, han subrayado que la construcción de estos vagones se ha fundamentado en tres pilares: "accesibilidad, digitalización y retirada del amianto".

Más accesibles y sostenibles

Para que los nuevos trenes cumplan con los criterios de accesibilidad, TMB ha contado con la supervisión de la Fundación ONCE. Así, además de tener puertas y pasillos más amplios, los cuatro espacios para personas con movilidad reducida estarán sensorizados y las puertas más próximas tendrán apertura automática en todas las estaciones. 

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Por otra parte, los asientos reservados serán rojos en lugar de grises, los botones de aviso también estarán a baja altura y las puertas estarán pintadas de rojo en el exterior para contrastar con el blanco y hacerlas más visibles. Para hacer el espacio más accesible, "se ha incorporado esta mirada desde el inicio del diseño" en lugar de corregir aspectos concretos, ha dicho Bonet.

La presidenta de TMB también ha detallado que, además de más accesibles, los nuevos trenes serán más sostenibles, con el objetivo de "reforzar la apuesta por el transporte público también como herramienta para luchar contra el cambio climático". Los nuevos trenes van en la línea del Plan Estratégico 2025 de TMB, que busca reducir más de 17.000 toneladas de CO2 mediante medidas como disminuir el consumo energético del Metro en un 6% a través de tecnologías que "permitan recuperar la propia energía generada por los trenes".