Los bombardeos y la tensión en el este de Ucrania ponen en riesgo la vía diplomática entre Rusia y Occidente

Un militar ucraniano contempla el impacto de un proyectil lanzado por los separatistas prorrusos en la región del Donbás.
Un militar ucraniano contempla el impacto de un proyectil en el Donbás.
EP
Un militar ucraniano contempla el impacto de un proyectil lanzado por los separatistas prorrusos en la región del Donbás.

El Donbás es un polvorín y la vía diplomática se tambalea. Esa puede ser la conclusión de una nueva jornada en la crisis entre Rusia y Ucrania en la que las acusaciones se han cruzado de nuevo entre Moscú y Occidente, que pese a la tensión siguen manteniendo sus posiciones: EE UU avisa de que el ataque será "inminente" y que el Kremlin solo está buscando "un pretexto" para ello, y Rusia insiste en la "histeria" y en que una nueva invasión "no está en los planes" del régimen de Vladimir Putin.

En ese escenario, Donetsk y Lugansk, dos regiones prorrusas en el este de Ucrania, se han vuelto a convertir -como en 2014- en el foco central de un conflicto que todavía no es militar, pero puede serlo pronto. Los bombardeos y el presunto final del alto al fuego (ya vulnerado en otras ocasiones) son el reflejo de que la situación se complica. Sin ir más lejos, los rebeldes prorrusos denunciaron este viernes la detonación de un coche bomba por parte de efectivos ucranianos. Pero Kiev lo niega y asegura que no quiere una revuelta en la región porque "causaría muchas pérdidas humanas".

Lo que sí han hecho los prorrusos es empezar el 'refugio' de la población de la zona. Denis Pushilin, líder de los separatistas prorrusos en Donetsk, incidió en que "cuando el enemigo está bombardeando la república, la vida y salud de nuestros ciudadanos está en peligro". Así, ha señalado que "se realizará una evacuación masiva centralizada de la población hacia territorio ruso". Las mujeres, los niños y los ancianos tendría prioridad en esa retirada y el propio Putin reconoció dado el escenario que se está dando un "empeoramiento" de la crisis.

Y es que el presidente ruso no ha rehuido el tema. "Todo lo que Kiev tiene que hacer es sentarse a negociar con representantes del Donbás y acordar medidas políticas, militares, económicas y humanitarias para terminar este conflicto", sostuvo, pidiendo una nueva oportunidad a la vía diplomática mientras parece tensar la cuerda por detrás. Ucrania sostiene en este sentido que su presidente, Volodimir Zelenski, ha llamado a los prorrusos a ese encuentro y estos lo han rechazado. Además, el Gobierno ucraniano ha acusado a Moscú de "desinformación".

EE UU insiste en el "pretexto" que busca Moscú

¿Puede ser el "pretexto" que dicen la OTAN y Estados Unidos que Rusia está buscando? El jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, cree que sí, y así lo dijo en la Conferencia de Seguridad de Munich. Washington mantiene que Rusia crea "falsas provocaciones" en el este de Ucrania para "tener que responder" y, en última instancia, "cometer una nueva agresión" contra el país.

Eso no quiere decir que la Casa Blanca dé por finalizada la vía diplomática. "Incluso haciendo todo lo posible para dejar claro que hay una vía diplomática, que esto tiene que resolverse, que las diferencias tienen que resolverse con diálogo, diplomacia, estamos profundamente preocupados por que Rusia no haya elegido ese camino", esgrimió Blinken. Además, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, llamó a una nueva reunión con Rusia para desescalar. Finlandia y Suiza, asimismo, ya se han ofrecido para acogerla.

Pero el relato de Moscú también se mantiene, y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, repitió que Occidente está causando "histeria" y que Moscú "no tiene previsto" invadir Ucrania. "Afirman que aunque Rusia retire sus tropas (de las fronteras de Ucrania), la amenaza seguirá. Están allanando el terreno para el futuro", expresó, en una entrevista a la cadena RT. Llegó incluso a tirar de ironía. "Si se lo pasan bien, vamos a dejarles que disfruten", sentenció, dejando también la puerta abierta a otro cara a cara presencial con Blinken.

Ucrania mantiene la calma

Entre todo, Ucrania trata de llamar a la calma y pese al cruce de acusaciones el Gobierno de Kiev considera que el riesgo de invasión es "bajo", contrariamente a lo que plantean tanto Estados Unidos como la OTAN. Pero el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, asume que no "minimizan" ese riesgo y reiteran que la retirada de tropas rusas no se está dando pese a lo que dice Moscú. Reznikov lo tiene muy claro: "No confirmamos las declaraciones de la parte rusa sobre el retiro de sus tropas". Es más, EE UU ya habla de unos 190.000 efectivos, cuando hace solo unos días los cifraba en 150.000.

La preocupación también va en aumento en la UE, pese a que el mensaje sigue siendo de calma tensa y los 27 avisan una y otra vez de que el paquete de "duras sanciones" contra Rusia está preparado para activarse. Ante el devenir de la crisis, los ministros de Exteriores de los socios comunitarios debatirán este lunes con su homólogo ucraniano, Dimitro Kuleba, la evolución de los acontecimientos. Por lo pronto, Alemania ya ha puesto sobre la mesa un componente delicado: el gasoducto Nord Stream 2, que uniría Rusia con territorio germano para el suministro energético, y que todavía no está activado. El Gobierno de Scholz ya asume que quizás tenga que sacrificar el proyecto. La crisis dirá.

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