Los positivos de Covid más allá de los 7 días de cuarentena, un riesgo asumible para evitar aislamientos generales

Varios inquilinos toman el sol en sus balcones durante el confinamiento domiciliario por el coronavirus.
Varios inquilinos toman el sol en sus balcones durante el confinamiento domiciliario por el coronavirus.
Jorge París
Varios inquilinos toman el sol en sus balcones durante el confinamiento domiciliario por el coronavirus.

Una persona contagiada por Covid puede salir de su casa, según la norma en vigor, a los siete días del diagnóstico si al menos tres días antes ya no tiene síntomas. Pero lo que le ocurre a mucha gente es que sigue dando positivo durante más días pasado ese plazo. Lo saben porque, a diferencia de lo que ocurría antes, el autodiagnóstico mediante test de antígenos está a a la orden del día, permite una vigilancia en casa casi diaria, con una sobreinformación que en muchos casos provoca el dilema entre salir a la calle porque está permitido y no hacerlo por "responsabilidad" ante la posibilidad, aunque sea lejana, de contagiar a otras personas. A estas alturas de la pandemia, los expertos ya lo consideran un mal menor en comparación con decretar aislamientos de dos semanas como antes.

Al principio de la pandemia, el periodo de aislamiento que debían guardar los contagiados era de 14 días, luego pasó a 10, después a siete y previsiblemente volverá a reducirse dentro de no mucho o incluso a eliminarse totalmente para personas asintomáticas, como reclama sin cesar Cataluña en el caso de las escuelas o han hecho ya otros países como Dinamarca. Esta reducción progresiva discurre en paralelo con la mejora de la situación epidemiológica y supone hacer un "balance" entre la normalización de la vida y el riesgo que existe siempre de que un aislamiento cada vez más corto permita salir a personas potencialmente contagiosas todavía. 

"Estás todo el rato balanceando, que se escape alguna gente que contagie un par de días más con encerrar a toda la población, primero durante 14 días, luego diez y ahora siete", dice Salvador Peiró, investigador del Área de Servicios de Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio), organismo referencia en investigación sobre la Covid.

En medio de este debate entre expertos y el Ministerio de Sanidad y las comunidades, se da la paradoja de que la proliferación de test de antígenos para hacer en casa ha provocado que cada persona con Covid pueda llevar a cabo un seguimiento más exhaustivo que cuando no había tanta disponibilidad. Esto les lleva a constatar algo que ya era conocido, que el virus permanece en las vías respiratorias durante más tiempo -varios meses incluso- del que dura la infección y la capacidad de contagiar y que por eso una PCR o un test de antígenos con la suficiente sensibilidad pueden seguir dando positivo durante días, semanas o incluso meses. Lo que es más novedoso es una reacción bastante habitual de personas que al cabo de siete días ya podrían salir de casa pero que no lo hacen porque, aun sin síntomas, siguen teniendo las dos rallitas rojas en el test de antígenos.

Eso, a partir de los siete días, es un riesgo que se da ya por asumido, que personas que ya no deberían contagiar lo sigan haciendo, más cuando el positivo es por test de antígenos. "Son restos del virus pero la persona no es contagiosa, por eso nunca hemos recomendado la PCR para el fin del aislamiento", dice Peiró, que también advierte de que si el positivo al cabo de estos días es con test de antígeno, esa persona "en principio tiene una carga viral más alta".

"No me encontraba bien saliendo"

Luis Bachiller estuvo dando positivo durante 13 días seguidos el pasado mes de enero. En la primera dio negativo. Se la repitió al día siguiente porque seguía encontrándose mal y dio positivo por primera vez. Pasó su periodo de aislamiento durante siete días, los últimos cuatro sin fiebre u otros síntomas. Al cuarto día -un lunes- se hizo otra prueba "para ver si podía ir a trabajar" y seguía dando positivo. Dos días después, lo mismo. "Ya me asusté", explica, y días después se hizo una PCR, que le indicó que por el elevado número de ciclos a partir de que seguía saliendo carga viral, "estaba punto de salir". Eso ocurrió un lunes dos semanas después de empezar el aislamiento, en los que solo tuvo síntomas tres días.

Luis no salió de casa hasta que no dio negativo y pasó esas casi dos semanas en el "sótano" de su casa, alejado de su familia y con la suerte de que su trabajo como ingeniero industrial le permite teletrabajar. "No me encontraba bien saliendo, me daba cosa estar con la gente, me daría mucho apuro pegárselo a alguien", afirma.

Aunque siempre existe esta posibilidad, que alguien sea contagioso dos semanas después del diagnóstico es muy infrecuente. Según apunta José María Molero, miembro del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) sobre enfermedades Infecciosas, muy al principio de la pandemia se eliminó la realización de pruebas para confirmar los negativos, que es algo que hoy solo persiste en el caso del personal sanitario. Que ahora todo el mundo se haga un test de antígeno para saber si ha dejado de dar positivo da una información suplementaria con la que hasta hace meses no se contaba. 

"Incluso en el tiempo de aislamiento, si han transcurrido siete días, ya pueden hacer una vida social, laboral y personal normal. Es lo que hacíamos antes pero como antes no se hacían test...", dice sobre la posibilidad de hacerlos todos los días en casa. "El séptimo [día] coincide con la cuarentena, pero aunque no coincidiera, se sabe desde el principio de la pandemia que es el límite en que la capacidad de contagiar es posible que sea menor"

Otra de las cosas que se van sabiendo, añade Molero, es que la vacunación hace que la carga viral baje "más rápidamente". Esta es una de las hipótesis que, a su juicio, podría explicar que a partir del quinto día desde el inicio de los síntomas con la variante ómicron los contagios secundarios sean infrecuentes, como constató un reciente estudio de un grupo de expertos de Salud Pública del gobierno de Cantabria.

Nada de esto evitó que Esteban Ruiz se negara a salir de su casa durante los 12 días que ha estado dando positivo por Covid. En lugar de siete días, dio por terminado su aislamiento el sábado pasado, cinco días más tarde. Él también puede teletrabajar aunque, dentro del sector de la comunicación, también ha perdido trabajos que requerían presencialidad.

"El límite legal son siete días, pero me siguen saliendo los test a tope", decía tres días antes de dar por fin negativo. "Si soy positivo, cómo voy a estar con gente en el trabajo a la que puedo contagiar", se preguntaba.

Más de una semana después de estar aislado en casa, cundía el "desánimo". "La idea que se había extendido es que esto es un resfriado y lo pasas en tres o cuatro días. Pero no lo pasas en tres o cuatro días. Es verdad que lo paso leve y no tengo síntomas graves, pero me estoy medicando como el primer día", dice Esteban, que se había puesto la dosis de refuerzo apenas 10 días antes. 

"Me siento más agobiado" que durante el confinamiento, admite, "y me estoy dando cuenta de que todo el mundo te cuenta que tiene Covid dos o tres días y me da la sensación de que no hay control verdadero", decía Esteban cuando ya le habría estado permitido salir "pero estoy en casa principalmente porque no quiero contagiar".

Síntomas frente a recuperación

Sobre qué habría que hacer en estos casos, Molero recuerda que a los siete días y sin síntomas durante al menos tres, se puede salir. Si se tienen síntomas, incide en que hay que distinguir entre los que pueden indicar que la enfermedad aún sigue su curso e incluso podría empeorar y los que son propios de que el cuerpo se está "recuperando" de la infección.

"Lo que realmente es importante es si una persona que ha llegado al periodo de siete días y sigue teniendo más de 37 de fiebre, dificultad para respirar o dolor en el costado tiene que tener en cuenta que no va bien" y consultar con un médico. "Pero tos seca o cansancio no quiere decir que vaya a ir a peor, si que la persona tiene que ir recuperándose".

Aun en recuperación, Eduardo García también se aisló durante 13 días, los mismos que tardó en dar negativo mediante test de antígenos. También por "responsabilidad" dejó de ir a clase, aunque al octavo día sí salió a dar un paseo "con dos mascarillas".

Tuvo síntomas -fiebre- durante dos días, pero "lo peor vino a partir del día séptimo, cuando en teoría yo ya debía salir de casa" pero seguía dando positivo. "Era una decepción continua, porque en los test me salía una raya aún más gruesa que el primer día, era todo contradictorio", dice ya 'liberado' de una Covid que terminó siendo más larga de lo esperado.

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