La banca contraataca. El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha reconocido este miércoles que el problema de exclusión financiera que afecta a los mayores es "real" y ha anunciado un plan "de choque" que para atajarlo se conocerá en las próximas horas.

Las palabras de Roldán llegan apenas 24 horas después de que Carlos San Juan, el urólogo jubilado detrás de la campaña Soy mayor, no idiota, entregara 600.000 firmas en el Ministerio de Economía denunciando la falta de atención personal en los bancos. San Juan habló también con la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, que le trasladó que el asunto es una "prioridad absoluta" para el Gobierno y se comprometió a tomar "medidas eficaces" antes de que concluya febrero. 

El presidente de la AEB no ha querido revelar detalles sobre las medidas que van  este miércoles, pero sí ha deslizado que se modificará el protocolo estratégico que aprobaron las principales asociaciones bancarias para incluir "soluciones de carácter más permanente para aquellos mayores que ya no puedan utilizar los canales digitales". 

Hasta el momento, la banca se había centrado en los problemas de exclusión financiera en el mundo rural y la formación a los mayores, pero la campaña de San Juan ha cambiado el foco. "Estamos agradecidos porque hemos identificado un problema con carácter estructural, cualitativamente distinto al identificado y al que vamos a poner remedio", ha explicado Roldán, que ha intervenido esta mañana en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum.

"Al menos hay un lugar al que ir"

España ha perdido la mitad de sus oficinas bancarias en diez años y el 56% de los municipios no tiene ninguna

No obstante, Roldán ha defendido que los problemas que trae consigo la digitalización no son exclusivos del sector bancario, ni son más severos en él que en otros sectores. "Al menos en la banca hay un lugar al que ir", ha dicho en referencia a las sucursales, que si bien es cierto que muchas han cerrado, ha resaltado que siguen siendo "numerosas" en comparación con los países del entorno europeo.

El presidente de la AEB ha mostrado también su preocupación porque "todo esto lleve a una especie de neoludismo, de reversión, de crítica hacia el mundo digital" y ha insistido en la necesidad de potenciar la educación financiera y digital en la administración pública y todos los sectores.

La exclusión financiera es un problema de "acceso al efectivo" y también de "formación" de la población, ha dicho Roldán, que ha recordado que la AEB tiene programas de educación financiera desde hace tres años. Pero también es importante garantizar a los mayores el acceso a otros canales para que estén bien atendidos, ha apuntado. Pese a todo, ha dicho, "el futuro es digital y es un buen futuro".

Un sector en la encrucijada

La banca se encuentra en pleno proceso de transformación digital en un momento en el que la rentabilidad de su negocio está cada vez más en entredicho. Tras la gran crisis financiera de 2008, el sector inició un proceso de cierre de sucursales bancarias y despidos de personal que se prolonga todavía en la actualidad. En la última década, los bancos han cerrado la mitad de sus oficinas y el 56% de los municipios ya no tienen ninguna. Actualmente, el ratio de oficinas por habitante es similar al de 1975.

Además, desde que estalló la crisis de 2008, los bancos se han movido en un entorno de tipos de interés oficiales históricamente bajos. La política monetaria adoptada por el Banco Central Europeo desde entonces ha llevado los tipos incluso a terreno negativo, lo que ha reducido la rentabilidad del negocio.

De igual manera, la banca se enfrenta también a la fuerte competencia de las tecnológicas digitales -fintech-, que ofrecen servicios que tradicionalmente eran territorio exclusivo de los bancos y además lo hacen con el menor coste fijo que supone no contar con la presencia física que sí tiene la banca tradicional.

Todos estos factores han llevado a los bancos a desprenderse de oficinas y empleados para tratar de aumentar su rentabilidad y desplazar la atención al público a internet. Sin embargo, este proceso de digitalización está dejando atrás a una buena parte de la población, que no se mueve con tanta soltura en la esfera digital.