Teresa López, actriz en la obra 'Gordas': "Queremos que las niñas gordas sepan que pueden brillar por ellas mismas"

Teresa López, protagonista en 'Gordas'.
Teresa López, protagonista en 'Gordas'.
BENDITA INOCENCIA/NAT ENEMEDE
Teresa López, protagonista en 'Gordas'.

"¿Qué tienen en común Satanás, una estrella de cine, dos monjas, una lesbiana convertida a la fuerza, las ganas de follar y un donut?". Así es como se define Gordas: un conjunto de ingredientes que, aunque parezcan combinarse sin sentido… Dan lugar a un menú "completo, sazonado con fina ironía y mucho humor".

Teresa López, junto a Mara Jiménez, es una de las carismáticas protagonistas de esta obra de teatro que lucha por encontrar ese espacio que la sociedad ha decidido limitar, desde el escenario de Luchana (Madrid). Lo describen así: "Dos gordas que hacen de gordas, pero que pueden ser todo". Y tan todo, yendo más allá de la barrera de una belleza estigmatizada en la sociedad y luchando por la visibilidad de unos cuerpos que también son válidos. Una idea disfrazada aquí de simpática comedia.

¿Qué significa para usted la obra Gordas? Para mí, Gordas significa todo lo que he querido ser en la vida. Junta todas las cosas que me definen como persona: he conseguido hacer una obra teatral con mis mejores amigos, que son unos profesionales como un castillo, es una obra de teatro, que llevo como actriz desde que tenía 4 años y es lo que siempre he querido ser... Y el mensaje es mi modus operandi, lo que lanzo en redes y lo que siempre quiero defender allá donde voy. 

¿Cuándo empezó a entender lo que era el body positive y a aplicarlo en redes? Cuando tenía unos 18 años, lo típico: empiezas a buscar perfiles que se parezcan a ti, vas investigando por redes a gente que tenga una vida parecida a la tuya y haya pasado por lo mismo que tú. Empecé con el perfil de WeLoverSize, que son nuestras patrocinadoras y nos han apoyado dándonos visibilidad, financiándonos y haciéndonos un hueco en su empresa. A raíz de ellas, Elena, Rebeca y Perra de Satán, pioneras del movimiento entonces, me metí bajo su ala para lanzar su mensaje.

Al final, ¿ayudan las redes sociales a las personas a aceptarse, o crea el efecto contrario? Siempre digo que las redes son una herramienta, y las herramientas las podemos utilizar bien o mal. Si consigues tener unas redes limpias, con mensajes que te interesan, y rodearte de contenido de calidad, que te van a ayudar, son estupendas y te pueden orientar en todos los sentidos de tu vida. Puedes obtener tips para conocer y saber qué mensaje quieres lanzar en la vida, o buscar referentes que te hagan mal, te hagan sentir insegura y sentir que tu vida no es suficiente. Hay que elegir bien.

Por tanto, ¿es necesario inculcar este movimiento desde la niñez y adolescencia? Sin lugar a dudas. Creo que el mensaje de Gordas, el que lanzamos Mara y yo, junto a tantas compañeras en redes sociales, debería enseñarse en el cole desde que los niños tienen uso de razón para que cale poco a poco.

¿Percibe suficiente representación o visibilidad desde este mismo punto de vista en la ficción? Qué va, no tenemos hueco. Uno de los mensajes de Gordas, donde, evidentemente, hablamos de gordofobia, TCA y todos los problemas que se pueden tener alrededor del cuerpo, hablamos de la representación. Cuando un gordo sale en la televisión, sale para hablar de que es una persona gorda. No tiene ninguna característica que vaya más allá. 

¿Qué personaje de ficción ve que encaja con ese estereotipo? Celina, de RBD, porque todo en ella giraba en torno a ser gorda: 'pobrecita, qué gorda estoy, me gusta el guapo pero a él le gusta Mia Colucci'. Yoli y Boliche de Los Serrano también: dos hermanos que son gordos. La actriz protagonista lo decía en una entrevista, que cambiaron su personaje y ella pasó de ser la protagonista a la amiga de la guapa y le manchaban la camiseta con chocolate, tomate... Al final, creció siendo Yoli. Todas las niñas gordas que la veían se quedaban con 'yo tengo que ser la otra chica, no la guapa'. Yo no era Teté, la guapa, yo era Yoli. Tú tienes que resignarte a ser Yoli, a ser Celina, a ser la que no brilla, la que está por debajo, la que no está buena y mira el amor desde lejos. Creces creyendo que ese es tu papel en la vida, eso es con lo que en Gordas queremos erradicar. Queremos que las niñas gordas tengan referentes, que sepan que pueden brillar por ellas mismas y no tienen que verse reflejadas en la chica que nunca llega a nada.

Teresa López y Mara Jiménez en el cartel de la obra.
Teresa López y Mara Jiménez en el cartel de la obra.
BENDITA INOCENCIA

¿Y qué percibe en series como My mad fat diary? Me parece que está supercuidada, que es superreal y no esconden la realidad. Al final, parece que las gordas que eligen para series o películas es 'gorda hegemónicas'. Mara y yo lo somos: tenemos kilos de más pero somos 'agradables a la vista'. En My mad fat diary apostaron por una chica alta, grande, no estaba proporcionada y su belleza no era hegemónica. Es un acierto al 200% dar cabida a este tipo de cuerpos en personas que no son normativas en todos los aspectos de su vida. Esa serie está muy cuidada, muestra una realidad y no romantiza la gordura.

"La moda es el mayor creador de TCAs que hay, no te ves representado"

¿Les han cerrado muchas puertas a nivel laboral por su físico, como se refleja en la obra? Totalmente. Este viene a ser mi segundo trabajo profesional y el primero de Mara. Mi primera obra fue La noche del año, también con Carlos Mesa, que está con nosotras en Gordas. Para todo lo demás, nos presentábamos a castings para hacer de 'la gorda', y luego cogían a otra chica más delgada de una talla 38. ¿De verdad 'tu gorda' es una 38? ¿Qué mensaje estás mandando a quien lo vea, que realmente esté gordo, si tratas a una 38 como 'la persona gorda'? No hemos tenido oportunidad de demostrar de lo que somos capaces y de dejar claro que, más allá de un cuerpo, somos unas profesionales en el mundo de la interpretación. Es lo que demostramos en Gordas: cada una hace ocho personajes distintos y no tienen nada que ver. Venimos a decir: 'mira, aquí estoy, y no me has dado trabajo o la oportunidad de conseguirlo'.

Con lo de la talla 38, ¿cree que ocurre algo así en las tiendas de ropa? En Bershka yo no me he podido vestir nunca, ni cuando era pequeñita, no me ha cabido nada. También es su forma de lanzar su mensaje: 'no quiero que gente como tú se vista con mi ropa'. Cogen un segmento de la población y eligen quién sí. Luego hay marcas, como Mango, que deciden sacar colaboraciones: de repente sale Violeta by Mango, y lo que hacen es ponerte una percha, un solo perchero, en cada tienda. Si quieres una marca grande, tienes que pedirlo online, que te llegue a casa y, si no te gusta, luego te toca cambiarlo. Lo que no quieren es que nos vean en sus tiendas y nos vistamos con sus ropas. Que no se hagan un lavado de cara porque no incluyen. La moda es el mayor creador de TCAs que hay, no te ves representado, nada te cabe. Desde pequeño, no entiendes lo que estás haciendo mal.

¿Cierran estas puertas por el físico en más sectores, además del suyo? Una persona que tiene un sobrepeso real tiene problemas en cualquier empleo donde haya uniforme de trabajo porque no hacen tallas para poder vestirte en la ropa normativa del día a día. Esta problemática está en todos los extractos de nuestra sociedad. Si voy a una entrevista de trabajo, para lo que sea, y una chica delgada tiene las mismas actitudes que yo, la van a coger a ella. Aunque vayamos con el mismo currículum y caigamos a igual de bien. Pero vamos a luchar por cambiarlo, que vaya calando el mensaje como en nuestra obra.

"La palabra 'gorda' no es un insulto, es una palabra que define una parte más de tu vida"

¿En qué momento decidieron hacerla? Estábamos haciendo La noche del año, que la llevaba Carlos. Un día, saliendo del teatro dijimos: ¿por qué no lo hacemos nosotros? Hicimos una tormenta de ideas los tres compañeros de piso y eso fue un desastre, no salió ni  una buena idea. Al día siguiente, de repente, sale Carlos de la ducha con el albornoz y dio la idea de Gordas. Tardó dos meses en escribir las notas. Yo no me lo creía, no parecía que lo hubiera escrito un chico de 22 años que está superdelgado, porque Carlos, nuestro director, está justo en el otro aspecto de la sociedad. Yo estoy gorda y él está muy por debajo del del peso que debería tener un chico de su estatura. La gente que viene a ver Gordas tiene que flipar cuando sale el director a saludar, pero ahí está él. Tiene un gran sentido de la empatía. 

¿Cómo se puede llegar a empoderar con una palabra como 'gorda'? Yo he crecido un montón porque le he perdido el miedo a la palabra 'gorda'. Jamás te hubiera dicho que alguien está gorda porque pensaría que le insulto. Y es lo que hemos descubierto durante el proceso de ensayos y todo el proceso que hemos tenido con Gordas. La palabra 'gorda' no es un insulto, es una palabra que define una parte más de tu vida. No hay que tratarla como algo negativo, es como decir de alta, baja, flaca.

Teresa López y Mara Jiménez, durante la obra.
Teresa López y Mara Jiménez, durante la obra.
BENDITA INOCENCIA/NAT ENEMEDE

Si tuviera que destacar alguna escena de la obra, su favorita, ¿con cuál se queda? Va por temporadas, pero ahora me quedo con la escena del donut, que es la primera, la que abre la obra y con la que más tardamos en arrancar. Nos costó muchísimo hacerla porque era la toma de contacto. Ahora mismo es la que más disfruto con diferencia porque es muy liviana: dos compañeras de piso que han empezado la dieta, una se la quiere saltar y la otra quiere mantener el norte. Y me olvido de quién soy, me meto en la interpretación, en lo que estamos viviendo las dos con sus valores y los míos. Me parece tan bonita y nos sale tan natural, tan cotidiana.

Están llenando muchísimas funciones, según he leído. ¿Qué tal están llevando la recepción de la obra? Hasta ahora todas llenas, ni una función sola desde noviembre. Nos está costando ser conscientes de lo que estamos logrando, cada mes con más de mil personas y creo que han venido a ver Gordas casi tres mil personas. La mayoría de veces se queda la audiencia para hablar con nosotros un ratillo y el feedback siempre llega. Es muy fuerte cómo estamos calando en la gente.

¿Han recibido alguna crítica u opinión al respecto, por parte de algún espectador, que se os haya quedado grabada? Una chica nos dijo: a mi madre no le ha gustado, pero no pasa nada. Nos explicó que en su casa su madre siempre ha luchado en contra de su hija por intentar encajar en dietas y otras movidas. Llevar a su hija a un sitio en el que empoderan el estar gorda le creó mucho rechazo pero también nos gustó, porque le dimos en la cara. También hubo otro momento que me emocionó mucho: la fotógrafa que nos hizo el cartel de la obra. Vino a verla y salió llorando, nos dio gracias como gorda, no como fotógrafa ni como parte del equipo. Necesitaba ver esto, necesitaba cerrar una herida o abrirla. Es como ese viaje que hemos llevado todas.

"Creo que empoderamos, todo lo visto durante una hora y media de vulnerabilidad es para que esas personas puedan conseguirlo"

Gracias a sus redes sociales habrán conocido las historias de muchas personas en este sentido, ¿no? Hay cosas horribles en todas partes. Luego también es muy bonito. De hecho, siempre digo que el público que más me gusta que venga a ver Gordas es aquel que no ha conseguido dar el paso a la otra orilla del amor propio, que está en la lucha de intentar aprender a quererse. Salen de ahí diciendo 'a partir de hoy lo intento'. Creo que empoderamos, las veo y pienso: esto es para ti, todo lo que has visto durante una hora y media de vulnerabilidad es para que personas como tú puedan conseguirlo. Es un trabajo muy bonito que gusta a todo el mundo, te vas a reír, además, porque es una comedia con una reivindicación final.

¿Qué falta en la sociedad para que no se den casos como trastornos alimenticios, acoso escolar...? Empatía. Enseñar desde pequeñas que hay que ponernos en la piel del otro y entender que desde fuera no se ve todo, ni con lo que parece más evidente. Tendemos mucho a esconder nuestra vulnerabilidad porque tenemos miedo de que nos hagan algo al respecto, lo que tenemos que hacer es aprender a ir más allá de lo que se ve, incluso de una niña gorda que parece muy segura de sí misma. A mí me pasaba de pequeña.

¿Qué referentes y figuras le han servido de inspiración? Beatriz, Perra de Satán, las directoras Elena y Rebeca, y Mara Jiménez, que es mi compañera. La conocí por redes, tenemos una forma de trabajar muy parecida. Nosotras nos seguimos desde antes de 2016, intercambiábamos mensajes: yo le enviaba vídeo llorando y Mara me alentaba para seguir adelante, y viceversa. Cada vez que una intentaba tirar la toalla, la otra le decía 'lucha, que sale'. Cuando salió el guion de Gordas, pensé en Mara y le hicimos un proyecto de casting, porque ella está muy presente en redes pero no tenía proyectos. Y luego resultó ser una actriz increíble.

Además de Gordas, ¿han pensado en algún proyecto futuro que siga por esta línea de concienciación y visibilidad? Como Bendita inocencia, el nombre de nuestra compañía, tenemos claro el mensaje que queremos lanzar. No queremos hacer ni una obra que sea hueca. Tenemos sobre la mesa dos proyectos, no sabemos cuál vamos a lanzar primero, pero no paramos, queremos seguir adelante, queremos crear un espacio físico, crear escuela e  ir más allá del teatro. Tenemos que crecer poco a poco, nuestro primer gran proyecto es Gordas, pero vamos a seguir luchando y encontrando nuestro espacio. Por el momento, nuestros futuros proyectos irían a partir de septiembre, lo estamos cociendo a fuego lento, no nos queremos estancar. Uno irá entre Mara y yo, otro será con un nuevo proyecto porque estamos a tope con Gordas y no nos deja tiempo físico.

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